jueves 17 febrero 2022, 03:00

Klimková: “Conmigo Nueva Zelanda va a salir a ganar”

  • Jitka Klimková se hizo cargo de la selección femenina neozelandesa en septiembre

  • Quiere que las Football Ferns progresen y den espectáculo como coanfitrionas del Mundial

  • Sus discípulas se medirán con Estados Unidos, Islandia y su país natal, la República Checa, en la próxima SheBelieves Cup

Jitka Klimková, seleccionadora de Nueva Zelanda, no es la única persona que ha tenido que teletrabajar durante la pandemia. Pero para ella la lejanía conlleva algo más que no ir la oficina: ha supuesto tener que estar fuera del país. 

Las estrictas normas establecidas con motivo de la COVID-19 y los rigurosos controles fronterizos han hecho que Klimková todavía no haya podido pisar el “país de la larga nube blanca” desde su designación, en septiembre del año pasado. Pero la reciente flexibilización de estas restricciones y un enfoque adaptable para afrontar las dificultades iniciales que experimentó hacen que la técnica checa tenga muchas razones para el optimismo. 

“Ya se ve un poco de luz al final del túnel en cuanto a poder entrar en Nueva Zelanda”, afirma Klimková, que ha trabajado principalmente desde su República Checa natal, a 18.000 kilómetros de distancia. “Tengo muchísimas ganas de estar allí, de llegar a la oficina y conocer a la gente en persona, en vez de hacer tantas llamadas de Zoom. Pero una cosa que he aprendido durante esta pandemia es a ser adaptable, a centrarme en controlar lo que controlo y a estar dispuesta a cambiar mis planes”. 

“Las restricciones han hecho que las cosas sean bastante impredecibles porque, además de no poder entrar en Nueva Zelanda, también está siendo muy difícil que la gente salga del país. Cuando fuimos a jugar a Canadá el año pasado, en realidad allí no hubo nadie de Nueva Zelanda, así que tuvimos que formar un cuadro con gente de confianza”, recuerda.

“Afortunadamente, nos fue muy bien en esos partidos, y también cuando viajamos a Corea [para disputar los siguientes amistosos, en noviembre]. Me alegro mucho de que aceptásemos la situación tal y como era y asumiésemos el riesgo de jugarlos, porque de lo contrario estaríamos empezando ahora los preparativos y nos habríamos quedado sin las lecciones que extrajimos de ellos”.

Jitka Klimková, New Zealand women's coach, smiles during training.

Una mentalidad ofensiva

La lección clave que depararon los encuentros de Canadá y Corea fue la relativa al cambio de estilo que está llevando a cabo Klimková. La entrenadora, de 47 años, que ha dirigido a las selecciones juveniles de Estados Unidos, Nueva Zelanda y la República Checa y ha ganado un título de la A-League con el Canberra United, ha manifestado su intención de hacer que las Football Ferns sean más atrevidas y audaces en su planteamiento. Pese a todo, cambiar desde un enfoque centrado tradicionalmente en la solidez y en ser un conjunto difícil de superar no es algo que vaya a producirse de la noche a la mañana. 

“Se trata de cambiar la mentalidad y hacer que las jugadoras entiendan que, en la medida de lo posible, queremos conservar el balón y controlar el juego”, explica. “No somos ingenuas y sabemos que contra algunos rivales habrá que prepararse para pasar fases sin la posesión del balón y estar listas para contraatacar, siendo rápidas en las transiciones”. “También tenemos que ser muy compactas en defensa y fuertes en las acciones de una contra una. Pero las jugadoras tienen afán de conseguirlo y quieren llevar la iniciativa, y creo que están preparadas para que salga bien”. 

“Aún quedan cosas por trabajar, claro. En nuestro primer partido, contra Canadá, las jugadoras estaban entusiasmadas y preparadas para adoptar este nuevo enfoque, pero cuando nos pusimos con el marcador en contra pude ver que volvían a jugar a la defensiva. El juego que queríamos desplegar desapareció. Pero nos hacía falta esa lección, y en el siguiente partido [contra el mismo rival] se pudo ver que ya era totalmente distinto, eso se reflejó el resultado [una ajustada derrota por 1-0, tras haber perdido 5-1 el choque anterior]”. 

“Para las futbolistas fue positivo ver lo que ocurre cuando juegan para no perder y luego la diferencia con hacerlo para ganar. Tienen que ver que salir a ganar nos da más posibilidades en estos partidos y convencerse. Eso puede llevar un tiempo, pero yo soy una entrenadora muy paciente y les prometo que no voy a rendirme. Juguemos contra quien juguemos, Nueva Zelanda es un equipo que va a salir a ganar”.

Y lo cierto es que ganar no ha sido una sensación familiar para las Ferns en los últimos años, de modo que el excelente 2-0 logrado sobre la República de Corea —subcampeona de la reciente Copa Asiática Femenina— en su último compromiso sirvió para algo más que para poner fin a una secuencia de ocho derrotas consecutivas. “Fue una recompensa para las jugadoras, por la entrega que mostraron y su implicación con el fútbol que queremos practicar”, apunta Klimková.

Esas mismas jugadoras y el nuevo enfoque táctico de su seleccionadora se pondrán a prueba con motivo de tres formidables desafíos durante la próxima semana, cuando Nueva Zelanda participe en la SheBelieves Cup. Y la liguilla que les ha tocado también tiene una significación personal para la técnica, puesto que las kiwis jugarán contra la República Checa, Estados Unidos e Islandia.

“En Estados Unidos hay mucha gente con la que tengo relación y, por supuesto, jugar contra la República Checa va a ser muy especial para mí”, confiesa. “Además de ser mi país, es una selección en la que jugué y a la que he entrenado, así que será maravilloso jugar contra ella con Nueva Zelanda en un torneo de tanto prestigio. Estamos muy contentas de participar y es el tipo de prueba perfecta para nosotras de cara al Mundial”.

Partidos de Nueva Zelanda en la SheBelieves

  • ante Islandia (18 de febrero)

  • ante EE.UU. (20 de febrero)

  • ante República Checa (23 de febrero)

Jitka Klimková, New Zealand women's coach, speaks during training.

Con la vista puesta en 2023 y más allá

La cita mundialista del año que viene, que se organizará conjuntamente con Australia, nunca está lejos de la mente de las neozelandesas. Pero a pesar de todas las emocionantes y grandes oportunidades que traerá disputar un Mundial en casa, también hay presión para el equipo en el que ha depositado sus esperanzas toda una nación y para la persona que lo dirige. John Herdman la describió como “asfixiante” cuando Canadá ejerció de anfitriona del torneo en 2015 y Klimková es consciente de la importancia que tiene hacer que sus jugadoras no sientan ese mismo peso. 

“Estamos esforzándonos en la planificación de todo el ciclo hasta el Mundial y uno de los aspectos fundamentales en los que nos estamos centrando es la presión que conlleva ser la selección anfitriona”, reconoce. “Estamos viendo cómo podemos afrontarla de forma positiva, porque esa presión puede ser un privilegio, pero también sabemos que tiene el potencial de destruir todo el buen trabajo que estamos haciendo en los preparativos. Hay que conseguir que actuar ante nuestro público inspire y motive a las jugadoras para que puedan salir al campo y hacer lo necesario para superar la liguilla”.

Para obtener esa clasificación en la fase de grupos, Nueva Zelanda tendrá que hacer, por supuesto, algo que no ha conseguido en cinco ediciones anteriores de la Copa Mundial femenina: ganar un partido. No obstante, si bien poner fin a esa larga espera es algo que obsesiona a las jugadoras, las autoridades futbolísticas del país, aun siendo optimistas respecto a las perspectivas de las Ferns, miran más allá de 2023. Esa visión y ese compromiso a largo plazo se reflejan en la duración del contrato de Klimková, y la propia entrenadora está encantada con el mensaje que transmite haber firmado por seis años. 

“Para mí significa mucho”, dice. “Creo que es estupendo que el fútbol neozelandés piense a largo plazo y ahora mismo nos estamos centrando mucho en las jugadoras jóvenes que esperamos que nos acompañen en este trayecto. Todavía estamos al principio, solo llevo cuatro meses en el cargo, pero queremos que haya una verdadera integración de la selección absoluta con las de categorías inferiores y empezar a planificar más allá de este año e incluso más allá de 2023”. 

“Veo un potencial enorme en el fútbol femenino neozelandés y estoy muy contenta de que se me haya dado esta oportunidad. Es un gran reto y una gran responsabilidad, por supuesto, al ser coorganizadores del Mundial. Pero la mayor motivación para mí fue el potencial que vi al trabajar con las jugadoras en 2013 y 2014 [como seleccionadora nacional femenina sub-17], y al ver a las Ferns. Entonces tuve la sensación de que Nueva Zelanda puede conseguir muchas cosas, como la tengo ahora. Para mí es un privilegio poder contribuir a que lo haga”, concluye.

Imágenes por cortesía de Photosport