"El fútbol es compartir, es alegría, es expresar emociones. Es el único deporte capaz de unir tanto a la gente"
Vivimos tiempos inciertos, marcados por conflictos y crisis mundiales. El mundo está dividido.
La Copa Mundial de la FIFA, a través del poder del fútbol, aunará a las personas para cruzar fronteras, unirse y festejar juntos.
Football Unites the World es un movimiento global que busca inspirar, unir y desarrollar a través del fútbol.
Algunas FIFA Legends han compartido con nosotros sus historias cobre cómo el fútbol unió a sus respectivos países en tiempos inciertos, y antes de que suene el pitido inicial en la Copa Mundial de la FIFA Catar 2022™, abrimos el baúl de los recuerdos con Blaise Matuidi.
En la historia del fútbol no son muchos los que pueden presumir de haber participado en una Copa Mundial de la FIFA. Menos aún los que han tenido el privilegio de disputar dos. Y todavía más escasos los que la han ganado. Vencedor en Rusia 2018, cuatro años después de haber quedado eliminado en cuartos en Brasil 2014, Blaise Matuidi aún saborea su suerte, o mejor dicho, su logro.
"Soñaba con todo eso, pero jamás pensé que podría hacerse realidad un día", nos reveló el mediocampista francés. "Fue algo excepcional, diría incluso extraordinario, vivir un momento tan maravilloso con la familia, los amigos, los compañeros. Toda la competición fue pura felicidad".
La historia de amor entre Matuidi y la Copa Mundial comenzó hace veinte años. En 1998, nuestro protagonista tenía once años y entonces los campeones del mundo se llamaban Zinédine Zidane, Didier Deschamps o Lilian Thuram. "Es mi primer recuerdo de la Copa Mundial. Era un niño, soñaba con la selección de Francia, era una generación increíble", rememoró.
"Vivía en una vivienda social en la periferia de París. Estábamos rodeados de edificios altísimos y cada vez que se marcaba un gol salíamos todos a los balcones", añadió. "Sacábamos las cacerolas y las aporreábamos, el eco se oía por todo el barrio. Estábamos todos unidos, todo el barrio estaba unido, Francia entera estaba unida por una misma pasión, el fútbol".
De aficionado incondicional en 1998 a campeón del mundo en 2018, su vida dio un giro radical en 20 años. Sin embargo el efecto "Copa Mundial" sigue siendo el mismo: "Durante el Mundial 2018, mis compañeros y yo también pudimos ver por televisión después de cada encuentro el espíritu de camaradería que reinaba por todo el país. Partido tras partido, pudimos sentir cómo iba adquiriendo más y más importancia. Fue mágico".
Y concluyó: "El fútbol tiene el poder de crear un mundo mejor gracias a ese espíritu aglutinador que une regiones, ciudades, países... ¡y que puede incluso unir al mundo entero!".