"La Virginia de antes no tiene nada que ver con la de ahora. Desgraciadamente he vivido esta enfermedad, pero me ha hecho ser muy positiva, y más valiente y fuerte en muchos aspectos. La Virginia de ahora vive la vida de manera distinta, pero sobre todo mejor".

Son palabras de Virginia Torrecilla. Centrocampista de 28 años del Club Atlético de Madrid e internacional con España, a la que en 2020 la vida le cambió por completo. Mientras el mundo se adaptaba a la pandemia por la Covid-19, a ella le diagnosticaron un tumor cerebral.

Ahora ya recuperada y en una fecha tan significativa como el Día Internacional de la Mujer, Virginia se sienta con FIFA.com para contarnos su experiencia y reflexionar sobre lo complicado que está siendo volver a los terrenos de juego, pero siempre mirando hacia adelante. Sorprende la entereza con la que habla de lo que ha pasado y las sonrisas y las caras de ilusión que regala cuando recuerda la cantidad de momentos buenos que está viviendo, en gran parte gracias al fútbol y al cariño de su gente.

"El fútbol me salvó de muchas cosas, el cariño que recibí… No hablo de mi familia o mis amigos, si no de gente que nunca había visto y que me ha ayudado al 100%. Me contaban vivencias y me decían que me animara. Me hizo darme cuenta de lo importante que era darle visibilidad a todo lo que estaba viviendo", destaca.

Cuando le fue diagnosticado el cáncer y comenzó a recibir tratamiento, dio el paso de hacerlo público. Como jugadora conocida, sabía que su testimonio podía ayudar y ser muy positivo para muchas personas.

"A lo mejor vivía un poco más allá de la vida real y nunca hubiese pensado que podría enfermar de cáncer. Siendo deportista, cuidándome, llevando una dieta buena desde muy pequeñita… Quería hacerle entender a la gente que los deportistas también enfermamos".

"Desgraciadamente la vida es así. Todo el mundo ve que Virginia ha jugado un Mundial Femenino, ha fichado por el Atlético y es una superestrella, pero mira lo que me pasa. Quería enseñar que podemos seguir adelante y ayudar a muchas personas", destaca.

El cuidado de la salud mental aparece cuando habla de lo que ha pasado y lo que está haciendo para volver a ser la que era. "He necesitado ayuda para que esa Virginia volviese a nacer y sonreír. ¡Eso es salud mental! He pasado momentos malos en los que no podía levantarme de la cama por depresión, pero lo hacía porque no me quedaba otra. Aunque quiera ser fuerte, eso no me generaba ser o estar mejor". nos cuenta.

Poco a poco fue afrontando este nuevo partido. Entre ceja y ceja no solo estaba ganarlo, sino también volver a sentirse futbolista. Agarrarse al fútbol para no perder la ilusión. "Lo que pasó es muy duro. La gente y la familia te apoya muchísimo, pero de verdad lo que me hace no pensar y desconectar de todo lo malo es el fútbol, es el deporte. Era el momento en el que volvía a lo que me gustaba. El deporte ha sido lo que ha hecho que siga aquí a día de hoy".

La vuelta a los entrenamientos fue bastante complicada, su primer choque con la realidad. "Siempre he estado con mis compañeras, aunque no fuera en activo. Cuando regresé fue muy bonito. Vuelvo 'calvita', una Virginia muy diferente con 17 kilos menos, pero muy ilusionada con la vida y con lo que había superado, pero a la vez un poco triste porque ya no podía ser la Virginia de antes".

"A día de hoy el fútbol me quita más de lo que me da", nos cuenta la Virginia más competitiva con esa sinceridad que muestra durante toda la entrevista, aunque al instante lo matiza: "Luego pienso y digo '¿cómo puede ser que el fútbol me quite tanto cuando he vivido situaciones super complicadas y me he dado cuenta de lo que es la vida?'".

Esto le sirve de autorreflexión: "Me pasa que no me fijo en lo que estoy haciendo bien. Me fijo en el fútbol, en que no soy como antes y no tengo el peso en el equipo que tenía… Entonces me digo '¿Virginia, como puede ser que estés pensando en eso cuando has vivido todo lo malo?'. Pero desgraciadamente somos así y en este caso me pasa a mi ahora".

Fue una de las jugadoras más destacadas con España en la Copa Mundial Femenina de Francia 2019 y ahora le está costando disfrutar de minutos en su equipo. No es fácil aceptar la realidad que está afrontando tras superar su enfermedad.

"Quiero volver a ser la de antes. Me cuesta volver a tener minutos y asimilar lo que soy a día de hoy, he perdido mucha fuerza… Es importante ser muy competitiva y luchar, y sigo adelante para volver a ser la Virginia que era, pero sobre todo para ser mejor persona”, comenta a la vez que resalta que ha aprendido a apreciar el valor de las cosas más pequeñas.

"Disfruto cada momento como si fuese el último porque no sé lo que va a pasar mañana". Si hay una fecha que Virginia no va a olvidar es el 23 de enero de 2022, el día que volvió a sentirse futbolista. Era la final de la Supercopa de España y su equipo, el Atlético de Madrid, se enfrentaba al FC Barcelona, y por encima del resultado, la gran protagonista fue ella.

"Fue un antes y un después del fútbol femenino en España. Ante el Barça, con muchas amigas desde hace muchos años: Alexia [Putellas], Irene [Paredes], Mapi [Leon], Mariona, Pati [Guijarro]… Fue muy bonito tenerlas allí, pero también a la gente que no conocía, todo el mundo abrazándome, manteándome y deseándome lo mejor. Es el momento más bonito que he vivido después de todo".

Antes de decir adiós, le pedimos que deje dos mensajes muy especiales. El primero a una de sus mejores amigas, Alexia Putellas, que hace unos días consiguió su segundo premio The Best a la Jugadora de la FIFA consecutivo. “Se merece más que nadie todo lo bueno que le está viniendo. No solo como deportista, si no como persona".

El otro, para todas esas niñas que, como ella, dan patadas a un balón y sueñan con llegar algún día a emular a las que ahora son sus ídolos. "Les diría que sé que el camino es bastante duro. Que muchas veces querrán tirar la toalla, pero sobre todo que sigan y que luchen por sus sueños. Siempre podrán estar aquí como estoy yo aquí ahora", concluye.

Fotografías cortesía del Club Atlético de Madrid