Paraguay nunca baja los brazos. Y tampoco lo hace su número 9, Fabiola Sandoval. “Nunca me rindo, no me doy por vencida”. Y no lo dice por decir. Es su forma de entender el fútbol… y la vida.

Por eso, cuando las cosas se ponen cuesta arriba, como en el debut de la Albirroja en esta Copa Mundial Femenina Sub-20 de la FIFA Francia 2018, ella sigue corriendo y peleando. “A veces no nos dan las piernas, pero lo seguimos intentando”. Paraguay cayó 4-1, pero estrelló dos balones en el larguero, uno de ellos con Fabiola como protagonista. “Cuando pasa eso estoy tranquila igual”, cuenta a FIFA.com. Porque si algo tiene el fútbol es que da revancha.

Como muchas jugadoras de la Albirroja, la de Sandoval es una historia de superación que arranca jugando y entrenando con los chicos, hasta que a los 14 años convenció a su madre y dejó el interior del país para vivir sola en la capital y probar que valía para el fútbol. “La primera vez que me sentí futbolista, que sentí que sabía jugar y que iba a poder seguir fue cuando me convocaron para unas pruebas de la selección. Estábamos unas 90 o 95 chicas y, de todas ellas, yo me quedé. No lo creía ni yo”.

Desde entonces, la Albirroja cuenta con esta volante versátil que aúna potencia, buen disparo, madera de líder dentro y fuera de la cancha… y ganas de seguir mejorando. “Cada día mejoro, trabajo mucho, intento… porque no me quiero estancar. Quiero salir del país para jugar fuera y ayudar a mi familia”. Mientras tanto, combina su pasión con los estudios de fisioterapia.

Sandoval sabe que el Grupo C de este Mundial Femenino Sub-20 es especialmente complejo. Tras la derrota contra España, le esperan otros dos rivales fuertes: Estados Unidos y Japón. “Sabemos que es difícil, pero nuestro objetivo es pasar la fase de grupos, que Paraguay no logró nunca. Está costando mucho, pero faltan dos partidos y el jueves vamos a intentar ganar ante Estados Unidos. Creo que sí vamos a hacer un buen partido”. Pase lo pase, algo está claro: Paraguay y Sandoval van a dar pelea hasta el final.