jueves 13 mayo 2021, 16:41

D’Agostino confía en vivir una experiencia única en Tokio

  • Nick D’Agostino marcó el gol que puso fin a la sequía olímpica de Australia

  • “Al acabar el partido, algunos jugadores rompieron a llorar”

  • El ariete firmó cinco tantos en el clasificatorio pese a jugar poco con su club

Independientemente de lo que consiga Nick D’Agostino en su carrera a partir de ahora, lo cierto es que ya se ha hecho un hueco en la historia. Su gol en la repesca del clasificatorio va a permitir que Australia ponga fin a trece años de sequía en el Torneo Olímpico de Fútbol Masculino, después de que la prueba se haya aplazado doce meses, en Tokio 2020.

Solamente dos australianos más, Ned Zelic en 1992 y Adrian Leijer en 2008, pueden decir que un gol suyo fue fundamental para que el combinado australiano acudiera a una cita olímpica. Ahora, D’Agostino y sus compañeros quieren seguir los pasos de algunas de las mayores leyendas del deporte.

Usain Bolt, uno de los reyes del panteón olímpico, es el primer recuerdo que tiene D’Agostino del evento polideportivo más importante del planeta. El australiano, un campeón de la velocidad en su etapa escolar, podría haber seguido perfectamente los pasos del atleta jamaicano, pero la idea no agradaba en absoluto a su familia, de orígenes malteses y aficionada al fútbol.

“Yo quería practicar atletismo, pero creo que mis padres no me habrían dejado”, dice medio en broma D’Agostino a FIFA.com.

El centro de todas las miradas

Pese a marcar tres goles en el torneo de clasificación, incluida la diana decisiva en la repesca contra Uzbekistán —vigente campeona continental sub-23—, la trayectoria de D’Agostino con su club no hacía presagiar lo que vendría después. De hecho, el delantero apenas había jugado 14 minutos en la A-League en los ocho meses anteriores con el Perth Glory.

No obstante, acabó convirtiéndose en el máximo realizador de Australia en una campaña agotadora y con una humedad sofocante en Bangkok. D’Agostino marcó un doblete contra los anfitriones en su triunfo por 2-1, y anotó dos goles decisivos más en el preclasificatorio contra República de Corea, que siempre es una de las favoritas en las competiciones continentales.

“Aquel torneo fue, seguramente, el mayor punto de inflexión en mi carrera”, señala este atacante de 23 años. “Nos propusimos marcar un gol y Arnie [el seleccionador Graham Arnold] me dio la confianza suficiente para salir a la cancha y hacer lo que él sabe que soy capaz de hacer. Tener un entrenador que cree en ti es fantástico para tu bienestar mental”.

El reciente sorteo de Tokio 2020 deparó un nuevo reto para Australia, que se enfrentará a la realeza europea y sudamericana —España y Argentina—, además de a Egipto, cuartofinalista en Londres 2012.

“El proceso para llegar hasta donde estamos ahora ha sido largo”, indica D’Agostino. “Ojalá la espera merezca la pena y podamos plasmar en la cancha lo que queremos hacer allí”.

yzznuu9l896fsjybhipz.jpg

Emociones a flor de piel

D’Agostino afirma que la plantilla es consciente de la historia de la selección australiana, tanto de la más reciente como de la más lejana, pero no les pesa. Australia había participado en seis ediciones consecutivas del torneo hasta su ausencia en Londres 2012. Las emociones, lógicamente, se dispararon cuando el equipo cumplió su objetivo en el emblemático estadio Rajamangala de Tailandia.

“Nada más acabar el partido, algunos [jugadores] rompieron a llorar, la verdad”, reconoce D’Agostino. “Llegar hasta allí nos había costado mucho, pero sabíamos que todo el esfuerzo habría merecido la pena si conseguíamos los resultados que necesitábamos”.

“Cuando sonó el pitido final, nos dimos cuenta de que aquello por lo que tanto habíamos luchado había valido la pena. Nos quitamos un gran peso de encima. Fue una sensación increíble, única en la vida, sin duda”.

“Arnie siempre inculca esa confianza en sus jugadores. ‘Vamos a clasificarnos’, nos dijo antes de subir al avión. Y nos propusimos ganar el torneo. Al final no lo conseguimos, pero creo que jugamos muy bien en los partidos a todo o nada, sobre todo en el último. Ellos [Uzbekistán] tienen futbolistas de calidad, y nosotros estuvimos sólidos en defensa y atacamos bien. Tuve la suerte de poder colarme entre la defensa y enviar el balón al fondo de la red”.

“Será una gran experiencia para los futbolistas que entren en la convocatoria [de Tokio 2020]. Uno siempre quiere jugar contra los mejores. Queremos ponernos a prueba. Es genial compararte con otros futbolistas de tu edad procedentes de todo el mundo... No hay mucha gente que tenga esa oportunidad”.