domingo 29 agosto 2021, 21:01

Los anfitriones, en una nube tras un campeonato mágico

  • Los jugadores de la RFU se muestran eufóricos tras ganar en casa la Copa Mundial

  • Boris Nikonorov dedica la victoria a su padre, que le dijo que debía “soñar en grande”

  • El seleccionador ruso, Mikhail Likhachev, considera este tercer título “el más difícil”

La RFU levantó la Copa Mundial de Beach Soccer de la FIFA por tercera vez, pero este triunfo siempre tendrá un sabor especial, ya que nada supera a proclamarse campeón mundial de tu deporte en tu propia casa. FIFA.com conversó con unos jugadores rusos muy cansados pero exultantes, que explicaron con sus propias palabras cómo obtuvieron la victoria.

Boris Nikonorov, delantero de la RFU:

"Le contaré una historia que nadie más sabe. Soy de un pueblo pequeño con una población de 2.000 habitantes. Cuando tenía 6 o 7 años, hubo un evento para niños en el centro comunitario local. A los críos les preguntaron por sus sueños. Preguntaron al chico que estaba delante de mí que con qué soñaba, y respondió: "Con ositos de peluche". A continuación se acercaron a mí y no tenía nada mejor que decir, así que repetí su respuesta. Todo el mundo se rió y, posteriormente, mi papá me dijo: 'Tienes que soñar en grande, con cosas como convertirte en campeón mundial'".

Mi padre ha olvidado esa historia, pero yo la recuerdo como si fuera ayer, aunque ocurrió hace 25 años. Y ahora, puedo decir: 'Papá, soy campeón mundial. Te quiero. ¡Esta victoria es para ti!'.

Siempre había querido jugar por mi país, y ese sueño se hizo realidad en 2016. Estuve en la plantilla que disputó el clasificatorio para la Copa Mundial de 2017. Sin embargo, fuimos la primera selección rusa en 10 años que no se clasificó para la máxima competición de fútbol playa. Fue un trago amargo difícil de asimilar, pero aprendí más de esa derrota que de cualquier victoria.

Ha sido realmente complicado jugar un Mundial en casa, pero cuando vi en acción a las demás selecciones, es cuando creí que podíamos conseguirlo. No empezamos demasiado bien, alternando luces y sombras durante un tiempo, pero al final superamos todos los obstáculos. Hemos evolucionado como equipo, así como individualmente, durante el campeonato.

No hay nada mejor en el fútbol playa que llevarte el título en tu propia casa. Aunque ganar en el extranjero es increíble, ¡hacerlo en casa es algo de otro planeta! Sinceramente, no sé cuál es mi próximo objetivo".

Anton Shkarin, capitán de la RFU:

"Sigo sin poder creerme que hayamos quedado campeones. Parece como una victoria rutinaria; normalmente se tardan cinco o seis días en asimilar lo que has conseguido. Descargué todas mis emociones en la semifinal contra Suiza. Ese fue el partido más difícil. Después de ganarlo, sabíamos que nadie podría pararnos, ni siquiera Japón".

Mikhail Likhachev, seleccionador de la RFU:

"Estoy cansadísimo, pero muy feliz. Esta es nuestra tercera corona mundial. La primera llegó hace 10 años, y fue un poco como tener tu primer hijo. Nuestro segundo triunfo en Tahití 2013 fue muy complicado, pero este ha sido el más difícil. Estoy súper orgulloso del equipo; han recorrido un largo camino y han invertido un volumen de trabajo colosal. Lo más importante en estos certámenes es ir mejorando en cada partido. Eso es lo que hemos conseguido hacer. Tras ese complicadísimo partido inicial contra Estados Unidos, hemos jugado cada vez mejor. Creo que hemos merecido ganar".

Fedor Zemskov, delantero de la RFU:

"Todo ha ido según lo planeado; quizás estaba escrito en las estrellas. Basta con fijarse en lo que ocurrió en cuartos de final, cuando tres de nuestros jugadores recibieron un partido de sanción y tuvimos que poner a nuestro tercer portero en el banquillo para la semifinal, ¡y luego éste salió para la tanda de penales y fue el héroe! Es un milagro…

Y hoy, Yury Krasheninnikov, que sufrió un golpe bastante fuerte en la fase de grupos, sale a escena, ¡se deshace de cuatro jugadores japoneses y mete el balón dentro! ¡Sencillamente increíble!".