jueves 15 noviembre 2018, 14:12

Ngah, del llanto al sueño cumplido

  • Se quedó fuera de Jordania 2016 por ser demasiado joven

  • Ahora puede ayudar con goles a su selección

  • Camerún va por la recuperación ante Alemania

Sonoros y entusiastas, los cánticos del equipo se oyen antes incluso de que aparezcan las futbolistas. La selección camerunesa está a punto de debutar en la Copa Mundial Femenina Sub-17 de la FIFA 2018. Cuando su autobús arriba al Estadio de Colonia, las jugadoras, al principio de forma tímida y luego ya todo el camino hasta el vestuario, acompañan sus canciones con una curiosa coreografía.

Las jóvenes jugadoras camerunesas están ya habituadas a cantar y bailar. “Es una tradición”, explica Marie Ngah. “Lo hacemos antes de cada partido”, continúa. La sonrisa de la joven delantera de 16 años resulta especialmente radiante estos días.

“Estoy muy feliz por representar a mi país y por disputar un Mundial finalmente”, declara.

gvknu6wxl8islqp6g9tx.jpg

Justo antes del partido contra Estados Unidos, cuando saltó al césped y sonaron los himnos nacionales, Marie Ngah fue consciente de que lo había logrado. Aunque con dos años de retraso, su sueño se había hecho realidad.

“Es un gran honor participar en esta competición en representación de todas las chicas que juegan al fútbol en Camerún”, aseguró.

Cuando el balón echó a rodar, los ojos de Ngah brillaron. La jugadora dejó constancia de sus habilidades técnicas con el balón en varias acciones, e incluso gozó de una ocasión de gol, pero el duelo acabó saldándose con victoria estadounidense por 3-0.

“Quiero marcar el mayor número posible de goles con mi equipo”, añade la internacional camerunesa, que tendrá una nueva oportunidad en el partido frente a Alemania.

Ese día, la selección camerunesa volverá a animar su viaje en autobús y llegada al estadio con cánticos, bailes y risas, y una de las integrantes de la expedición africana disfrutará de todo ello de manera especial, porque estará viviendo un sueño por el que ha trabajado y luchado como nadie.