martes 13 noviembre 2018, 15:12

Pérez prepara tanto su cabeza como sus pies

  • México obtuvo un empate frustrante contra Sudáfrica

  • La capitana Nicole Pérez ya piensa en Brasil y en Japón

  • El equipo se preparará para el reto con una psicóloga deportiva

Cabeza gacha, ojos enrojecidos, dificultades para expresarse y ganas de esconderse más que de presentarse ante los periodistas para hurgar en la herida: esa es la actitud que cabría esperar de una capitana de 17 años cuya selección puso cerco a la portería contraria sin obtener ninguna recompensa. México tuvo que conformarse con un empate contra Sudáfrica tras haber desperdiciado goles casi hechos en su primer encuentro en la Copa Mundial Femenina Sub-17 de la FIFA Uruguay 2018.

Sin embargo, Nicole Pérez no es de las que rehúyen sus responsabilidades, y menos aún de las que se desaniman. “No sentimos decepción; solamente frustración por no haber ganado. No nos lo esperábamos. Pero estoy convencida de que vamos a ganar nuestros dos próximos partidos y olvidarnos de esto”, asevera.

El Tri fue superior a las africanas en todos los aspectos, salvo en la definición. Ahora, las mexicanas deberán reponerse lo antes posible para volver a ofrecer su mejor cara dentro de tres días contra Brasil, antes de medirse a la gran favorita del Grupo B, Japón.

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Si bien la seleccionadora Mónica Vergara tratará de encontrar las palabras adecuadas cuanto antes, también podrá contar con una psicóloga deportiva. “Llevamos trabajando juntas desde hace un año para preparar esta cita. Cada entrenamiento, cada momento con el grupo constituye una etapa del proceso para poner a las jugadoras en la mejor disposición”, precisa Abril Cantú Berrueto, que insiste en la importancia de adaptarse a la personalidad y al funcionamiento de cada jugadora para proponerle las herramientas más adecuadas.

“Procuro establecer una relación de confianza con cada una de ellas, tratando de transmitirles herramientas específicas para estar listas el día del partido. Lo importante es poder relajarse, y eso pasa a menudo por la música antes del encuentro, antes de ir metiéndose mentalmente poco a poco en el partido desde la entrada al vestuario”, explica la psicóloga, al lado de una de sus 21 pupilas. “Nos sentimos bien con ella”, confirma Pérez. “Cada vez que sentimos la necesidad, sabemos que ella está ahí”.

Dar ejemplo con y sin balón

“Trato de estar presente lo más posible para aprender a conocerlas, para observarlas y mostrar que estoy con ellas constantemente, aunque no intervenga directamente como en las sesiones de entrenamiento”, subraya Cantú Berrueto, cuya actitud tranquila y decidida parece encarnar a la perfección la mentalidad que trata de insuflar a las mexicanas.

Su capitana, de hecho, no tarda en evocar la aportación de la psicóloga deportiva: “Me preparé para nuestro duelo contra Sudáfrica visualizando mis movimientos y mis desplazamientos entre líneas, y me funcionó bien”, señala el motor del mediocampo de México, quien también tiene la responsabilidad de transmitir su serenidad y confianza a sus compañeras.

“Trabajamos ese aspecto en las sesiones individuales. Yo intento dar ejemplo en el campo reteniendo el balón en los momentos más críticos, como hemos hecho hoy. Todo ha funcionado bien una vez más; realmente no nos ha faltado mucho [para ganar]”, insiste la centrocampista del Guadalajara, a menudo bien colocada para recuperar el esférico y sacarlo jugado limpiamente hacia delante.

“Me alegro de enfrentarnos ahora a Brasil y a Japón, cuyo juego nos parece tan similar al nuestro. Prefiero jugar contra equipos rápidos y técnicos como nosotras, y más aún cuando se trata de grandes potencias del fútbol femenino”, resalta Nicole bajo la mirada concentrada de su confidente, ya inmersa en su plan de batalla para preparar a sus discípulas frente a sus dos próximos rivales.