jueves 22 septiembre 2016, 09:13

El Mundial con el que comenzó todo para Oparanozie y Orji

Millones de futbolistas sueñan con jugar algún día en los grandes escenarios del fútbol mundial, pero la mayoría nunca consigue su objetivo. Las nigerianas Desire Oparanozie y Ebere Orji no sólo han hecho realidad ese sueño, sino que además lo han logrado en diferentes categorías. Entre ambas suman la increíble cantidad de diez Mundiales disputados, cinco cada una.

Todo empezó en 2008, cuando ambas formaron parte de la selección nigeriana que compitió en Nueva Zelanda en la edición inaugural de la Copa Mundial Femenina Sub-17 de la FIFA. Con 14 años, Orji era la integrante más joven del aquel combinado, y Oparanozie tenía sólo un año más. Todavía recuerda su primer partido, contra la República de Corea: “Empezamos la competición con una victoria que nos dejó un recuerdo maravilloso. Teníamos un gran equipo en aquel torneo; merecimos haber pasado a la segunda ronda”.

Los recuerdos que atesora Orji de su estancia en Nueva Zelanda incluyen la belleza del paisaje. “Era muy joven y no había viajado demasiado. Por eso, ver la belleza de aquellas tierras rodeadas por el mar fue una experiencia increíble. Nunca había visto cosa igual”.

Tras ganar por 2-1 a las surcoreanas en su estreno en aquella fase final, Nigeria cayó por 1-0 ante Inglaterra en su segundo encuentro, por lo que necesitaba una victoria en el tercer partido, contra Brasil, para mantenerse en la competición. Orji y Oparanozie, en particular, no guardan buenos recuerdos del choque contra las brasileñas. “Sabíamos que necesitábamos la victoria para progresar, pero me lesioné y no pude jugar. Fue muy frustrante estar allí sentada sin poder ayudar al equipo”, se lamenta Oparanozie.

Orji, quien igualó el marcador poco después del descanso, también tiene clavada una espina por lo que ocurrió pocos minutos después de su gol. “Vi la roja, y el equipo acusó enormemente mi expulsión. Aunque al final igualamos por 2-2, el empate no bastó y quedamos eliminadas. Nos llevamos una gran decepción”.****

La provechosa experiencia de la sub-17 Pese a que esta primera participación mundialista terminó con una contrariedad, ambas se llevaron de allí algo muy valioso: experiencia. Y las dos hicieron muy buen uso de ella; en el caso de Orji, sólo un par de semanas después.

Transcurridos exactamente 17 días de aquella expulsión contra Brasil, Orji regresaba a los terrenos de juego a más de 9.000 kilómetros de distancia, en Chile, donde Nigeria se enfrentó a Inglaterra en su segundo partido de grupos de la Copa Mundial Sub-20. En esa ocasión, las africanas ganaron su grupo y pasaron a cuartos de final, donde las eliminó Francia.

Dos años después, Orji y Oparanozie volvieron a compartir selección, esta vez en la Copa Mundial Sub-20 celebrada en Alemania. Ambas disputaron los seis partidos de un equipo que se convirtió en el primer representante de África clasificado para la final de un Mundial femenino. Entre ambas contribuyeron a aquel éxito con cuatro de los seis goles que Nigeria anotó de camino al encuentro decisivo. “Fue mi mejor experiencia en un Mundial. Jugar en la final contra las anfitrionas supuso una gesta impresionante. Regresar a casa con una medalla de plata es un logro que atesoraré para siempre”.

Desde entonces, ambas han seguido sumando participaciones mundialistas. Orji entró en la selección de Nigeria que disputó la Copa Mundial Femenina de 2011 y regresó a la competición sub-20 un año después. Oparanozie añadió el Mundial de 2015 a esas otras dos participaciones.****

Una carrera en el fútbol Jugar en el Mundial Sub-17 permitió a estas dos jugadoras emprender una carrera profesional que las ha llevado por diferentes países europeos. Orji juega en Hungría con el Ferencváros y la temporada pasada conquistó el doblete de liga y copa con el club de Budapest. Esto le ha permitido acumular experiencia en la Liga de Campeones Femenina de la UEFA.

“La temporada pasada anoté unos 30 goles en la liga, y esta temporada llevo ya ocho en los cuatro primeros partidos. Pero sé que debo seguir trabajando muy duro para marcar a este ritmo. Es lo que quiero hacer, me encanta meter goles”.

Oparanozie, después de su paso por Rusia, Alemania y Turquía, acaba de aterrizar en Francia y milita en el Guingamp. “Jugar en Francia me ha venido muy bien. Me siento bienvenida en el país. Estoy muy feliz desde que he llegado, y las cosas han mejorado mucho para mí en comparación con los otros sitios en los que he jugado en Europa”.

“Pero todo empezó en Nueva Zelanda. Disputar allí una competición organizada por la FIFA me ofreció una plataforma magnífica. La experiencia fue muy buena, y pensé que, si podía jugar a ese nivel, podría llegar al Mundial absoluto. Me dije a mí misma: ‘No hay razón alguna para no conseguirlo’”.