"Según me puse la camiseta y salí a cantar el himno para mí fue un día increíble. Lo viví con emoción y salí bastante nervioso. No me creía donde estaba", cuenta a FIFA.com Eduardo Filipe Sousa cuando echa la vista atrás a aquel 3 de diciembre de 2019 en el que debutaba con Portugal en un amistoso ante Francia. Era el premio a un largo camino en el que vestir la camiseta del combinado luso era un objetivo prioritario.

Un tema familiar trajo a España a Edu Sousa con 12 años, aunque el amor por el futsal ya lo traía de serie. “Mi padre fue profesional del fútbol y fútbol sala y lo he vivido desde pequeño. Siempre tuve amor por el futsal”.

Como es habitual en estos casos, probó en el fútbol, aunque no tardó en darse cuenta de lo que era para él: "Empecé en fútbol once en el Eibar, pero un proyecto con amigos me cambió al futsal. El primer día ya me enamoró. Vi que podía parar muchos más balones que con el fútbol y decidí cambiarme", cuenta a FIFA.com.

Inició su carrera en el CD Debabarrena y el Zierbena FS del País Vasco antes de fichar por Osasuna Magna en 2017. Ahí aterrizaba en la máxima división española y comenzaba a subir escalones hasta que la temporada 2019/20 fue su punto de inflexión.

Llegó a Viña Albali Valdepeñas y fue elegido mejor portero de la Primera RFEF Futsal tras completar un maravilloso año en el que llegó a la final de liga y debutó con Portugal. "Salí de Osasuna Magna buscando minutos y jugar. Salió un año espectacular con ese premio y entrando casi siempre en las convocatorias de Portugal", cuenta el portero de 24 años.

Por eso ahora ya asentado como uno de los mejores porteros en España, el siguiente paso es comenzar a coger galones con Portugal. El primer objetivo es disfrutar de minutos en la próxima Copa Mundial de Futsal de la FIFA de Lituania 2021™ aunque no será sencillo. En la selección lusa hay dos leyendas que no se lo pondrán fácil: Bebé (38 años) y André Souza (35). Aun así, para Edu Sousa son todo palabras de elogio para sus compañeros, además del recibimiento que le dieron.

"Compito en la portería con dos monstruos de Portugal, dos veteranos que llevan muchos años en la selección. Desde el primer día me dijeron que estuviese tranquilo. Si estaba en ese grupo tan complicado de entrar, era por algo, que la calidad la tenía. Me acogieron genial, me metieron enseguida en la familia que somos y me siento muy a gusto y cómodo".

Y es que esa veteranía en sus rivales por la titularidad es un punto que Edu Sousa quiere ver a su favor: "Ellos saben que ya tienen una edad algo avanzada, aunque no influye para nada en el rendimiento. Me da alegría poder decir que ahora mismo soy el relevo, pero también sé que detrás vienen grandes jóvenes porteros de Sporting y de Benfica que me van a apretar. Tengo que trabajar e intentar jugar el Mundial, el Europeo y lo que venga", comenta el portero, conocedor de la importancia del trabajo diario.

En este momento el primer paso es estar en la cita de Lituania, donde Portugal llega como campeona de Europa: "Es muy importante tener este status en un Mundial. Estaremos más tranquilos y con confianza, pero sobre todo hará que los rivales nos respeten", cuenta Edu Sousa, consciente de que hay que dar ese paso de por fin llegar a la final de un Mundial tras el cuarto puesto en Colombia 2016.

"Al final hace falta un poco de suerte. Cuando una selección lo da todo y la pelota no entra, no te queda otra que irte e intentar mejorar para la próxima cita. Portugal ya ha dado un salto grande ganando el Europeo. Jugadores de calidad hay de sobra y vamos a demostrar que nos tienen que tener en cuenta porque vamos a dar mucha guerra".

Una guerra que puede ofrecer cualquier selección, como le puede pasar a una Portugal a priori muy favorita ante sus rivales en el Grupo C: Tailandia, Marruecos e Islas Salomón. "En teoría son selecciones que nadie conoce, pero hoy en día el futsal está tan igualado que puede haber sorpresas. Las selecciones que menos conoces son las más complicadas de preparar y eso las hace peligrosas. En un Mundial cualquiera te puede crear problemas".

Edu Sousa confía en estar en Lituania, por eso habla del Mundial en primera persona: "Juego en la mejor liga del mundo y eso me hace verme con opciones de ir". Por eso la pregunta sobre lo que supondría para un país como Portugal un título mundial es obligada: "Sería algo histórico, un hecho que cambiaría el fútbol sala en el país y cómo lo percibe la gente".

El portero se quiere despedir con un mensaje a los aficionados lituanos que acudan al Mundial. "Tienen que ir a ver a Ricardinho, no hay ningún otro como él. Es el mejor jugador de la historia del futsal y ver un partido suyo ya merece la pena por el simple hecho de que está en el campo”, a lo que añade: "Cualquier partido de la Copa Mundial es interesante porque habrá sorpresas y seguro que gustan al espectador".