miércoles 02 febrero 2022, 08:00

Rooarii Tinirauarii, de misionero mormón a misionero futbolístico

  • Rooarii Tinirauarii fue misionero en África y ahora es agente de policía

  • Tuvo que escribir una carta al jefe de la policía tahitiana para tener días libres para EAU 2021

  • El delantero habla de su fascinante historia y de sus metas para el campeonato

En 2018, un misionero mormón destinado en Togo se despertó a las 5:10 en lo que creía que sería un domingo normal. Su día comenzó de forma habitual. A las 6 de la mañana estaba estudiando las Sagradas Escrituras. A las 8:30 estaba celebrando la eucaristía.

Luego, mientras comía fufu para almorzar, la jornada dominical dio un giro inusual. Al veinteañero tahitiano le dijeron que le concederían unas horas libres esa tarde; un hecho insólito en la inflexible agenda de sol a sol de un misionero.

El motivo fue otra religión: la que Pelé bautizó como O jogo bonito. Ponían por televisión la final de su gran cita cuatrienal, y N’Golo Kanté, nacido en París de padres malienses, defendía el pabellón de África occidental. Togo era un hervidero de pasión, y Rooarii Tinirauarii, como un togolés más, aplaudió cómo el incansable centrocampista ayudaba a Francia a conquistar la Copa Mundial de la FIFA™.

N'Golo Kante of France with the FIFA World Cup trophy

Kanté aspira ahora a volver a proclamarse campeón mundial; vistiendo también una camiseta azul… pero de un tono diferente. Esta vez, no obstante, Rooarii no estará apoyándolo desde la sala de descanso de una iglesia de los Santos de los Últimos Días. En un hecho que trasciende sus oraciones más delirantes, el tahitiano de 24 años competirá contra la estrella del Chelsea por el trofeo de la Copa Mundial de Clubes de la FIFA Emiratos Árabes Unidos 2021™.

“No puedo creer que esto esté pasando de verdad”, afirma Rooarii a la FIFA. “Cada vez que me despierto, tardo unos pocos segundos en darme cuenta de que no sigo soñando… ¡Estoy de verdad en el Mundial de Clubes! ¡Es una locura!”.

“Somos jugadores aficionados. Todos tenemos trabajos [diarios]. Apenas fue durante las Navidades cuando nos enteramos de que esto podría estar pasando. Fue un sentimiento de pura euforia; ir al Mundial de Clubes, pensar que mi nombre figurará en la lista de las plantillas junto con los de Kanté, Thiago Silva, Lukaku...”, recuerda.

Enseguida, ese sentimiento de euforia se tiñó de temor. Rooarii trabaja a tiempo completo como policía, y era demasiado tarde para pedir vacaciones. Ni siquiera le quedaban suficientes días de permiso anual. La única salida posible era escribir una carta al jefe de policía de Tahití. Y como dice Rooarii, “suplicar y rezar”.

“Tenía muchísimo miedo”, admite el delantero. “Estaba temblando mientras escribía la carta. Estaba preocupadísimo porque era un aviso con muy poca antelación, y creía que pensaría que el fútbol es un hobby y diría que no. Estuve noches sin poder dormir. Estaba convencido de que diría que no”.

“Pero finalmente dijo: ‘Es un honor tener a un policía jugando en el Mundial de Clubes. Irás. Representas a todos los agentes de policía de Tahití’. No tengo palabras para explicar lo agradecido que estaba… Y aquí estoy. Me siento como un personaje de cómic”.

Rooarii, sobrino del entrenador del AS Pirae Naea Bennett y nieto de Erroll Bennett (dos de los mejores jugadores en la historia de la Polinesia francesa), fantaseaba con tener una carrera futbolística de héroe de cómic cuando era niño. Pero no por mucho tiempo… “Cuando era un crío, mi sueño era llegar a ser futbolista profesional”, revela. “Me encantaba Ronaldo ‘O Fenômeno’. Solía fingir que era él cuando jugaba con mis amigos. Pero cuando me hice más mayor, me di cuenta de lo difícil que sería llegar a ser futbolista profesional, al proceder de una isla pequeña en la que no dispones de muchas oportunidades”.

“Quería ser periodista deportivo, pero he de confesar que no era muy aplicado en mis estudios [risas]. Así que estuve de misionero dos años en África occidental, hasta 2019. Eran días muy largos, desde la madrugada hasta bien entrada la noche; todos los días estudiando la Biblia, rezando y predicando a la gente. Fue una experiencia magnífica. Cuando eso acabó, hice el examen para ser policía y aprobé”, relata.

Rooarii descubrió enseguida que compaginar detener a maleantes con meter goles no es nada sencillo.

“Trabajo una semana por el día y la semana siguiente por la noche”, explica el delantero. “Cuando tengo turno nocturno no puedo entrenar con el equipo, por lo que tengo que ejercitarme por mi cuenta. Resulta bastante complicado entrenar por tu cuenta para un deporte de equipo como el fútbol, pero yo salgo a correr, voy al gimnasio y practico los disparos”.

El Pirae confiará en que esas sesiones en solitario den fruto y los disparos de Rooarii den en el blanco este jueves, cuando el conjunto tahitiano intente la proeza futbolística de derrotar al Al Jazira emiratí.

“Al Jazira es un equipo muy bueno”, subraya. “Es totalmente profesional; tiene jugadores excelentes con mucha experiencia. Mi primo no para de pedirme que consiga una camiseta del Al Jazira”.

“Para nuestros aficionados es un sueño, pero queremos ganar. Ellos son los favoritos, pero esto es fútbol y puede pasar cualquier cosa. Nuestro entrenador nos ha dicho que hagamos nuestro propio juego, y que no nos sintamos intimidados. Queremos pasarnos el balón y atacar”, añade Rooarii.

“Somos de una pequeña isla del Pacífico. Ni se imagina lo grandioso que es esto para mi país... Nuestra población está muy orgullosa. Es una oportunidad increíble de representar a Tahití en un Mundial”, resalta.

“Hace un mes, ni siquiera podríamos haber imaginado que esto era posible. Estamos disfrutando cada momento de nuestra estancia aquí, pero sabemos que tenemos una responsabilidad para con los niños de Tahití, las generaciones futuras. En la cultura tahitiana, tienes que estar preparado para morir en la cancha”, asevera el ariete.

Rooarii tiene otro objetivo más en Abu Dabi…

“Este último mes ha sido una locura para mí”, continúa. “He recibido muchísimos mensajes de apoyo de mis familiares y amigos. La gente le ha estado gritando a mi abuelo por la calle: ‘¡Tu nieto va a ir al Mundial de Clubes!’. Es surrealista…”.

“No he tenido tiempo para hacer nada ni para hablar con nadie, pero esta noticia no se le ha escapado a nadie. La semana pasada recibí un mensaje de un misionero con el que estuve en Togo. Me emocioné al recibir su mensaje. Estaba contentísimo por mí; me deseaba suerte. Y me dijo: ‘Por favor, mete un gol en el Mundial de Clubes por mí y por todos los misioneros’”.

Hinchas del Pirae, tahitianos, polinesios, cuerpo de policía, misioneros: Rooarii Tinirauarii tiene la misión de hacer que todos ellos se sientan orgullosos.