Cuando terminó la final de la Copa Mundial Sub-17 de la FIFA™ de 2011, apenas México le ganó a Uruguay por 2-0, Arturo González buscó a su familia. Se abrazó con su padre, que estaba en las gradas, y lo escuchó llorar. No era habitual. Poncho nunca había visto llorar a su papá. Pero aquella vez había un motivo especial: su hijo era campeón del mundo en el Estadio Azteca, ante 100.000 mexicanos que deliraban por el segundo título mundial de la categoría. Once años después, González creció y se convirtió en un jugador importante del Monterrey que viaja a Abu Dabi con el sueño de dar el gran golpe en la Copa Mundial de Clubes de la FIFA.

FIFA: ¿Qué recuerda Copa Mundial Sub-17 de la FIFA™ en 2011?

Arturo González: Los estadios llenos. Disputar un Mundial es el sueño de todo futbolista, y hacerlo a los 16 años, en casa, con el estadio Azteca repleto, fue de película. No hay palabras para describir lo que sentí en ese momento. Después de haber dejado mi hogar, de haberme ido a Guadalajara para empezar a pelear por el sueño de ser futbolista, y que tan pronto se presente una oportunidad así, fue una bendición para mi familia. Y de la final recuerdo que no tuve la sensación del ruido, de las 100.000 personas, hasta el primer gol. Ahí fue como si hubiesen activado el sonido. También me acuerdo que terminó el encuentro salí corriendo a ver a mi familia y en la zona de familias había 80 personas, y todos lloraban de emoción. Yo me abracé con mi papá que me decía: “Lo lograste”. Ver así a mi familia fue un momento inolvidable.

-Haber ganado un Mundial FIFA siendo tan joven, ¿es una ventaja para disputar tu segundo Mundial de Clubes? -No sé. Ahora me considero un jugador más maduro. Quizás por ese lado sí. Me siento con más experiencia. Pero cada Mundial es diferente y sé que la competencia es a tope. Y esta vez no lo voy a vivir como un joven, si no como un jugador más maduro.

-Nicolás Sánchez le dijo a FIFA que el secreto para jugar este tipo de torneos es no cargarse de presión y disfrutarlo. ¿Coincide? -Sí, hay que disfrutarlo porque todos jugamos al fútbol desde pequeños y no se puede perder la alegría de hacer lo que uno ama. Pero debemos ser conscientes de la oportunidad que tenemos de estar en este torneo otra vez. No solo representamos a Monterrey, si no también a todo México.

-¿Para qué cree que están en Abu Dabi? -Para cosas grandes. Siempre dije que este equipo pelea todos los torneos. El Mundial de Clubes no va a ser la excepción. Tenemos un plantel muy vasto con jugadores de mucha calidad. La expectativa es alta. Sabemos las enormes posibilidades que tenemos. Queremos hacer un gran papel. -Delgado dice que es el mejor plantel que lleva Monterrey a un Mundial de Clubes de la FIFA en su historia. ¿Lo ves así? -Sí. Jugador por jugador tenemos un plantel muy amplio y competitivo. Monterrey tuvo grandes camadas de jugadores y grandes triunfos: es un halago que alguien como él diga eso. Pero tenemos que demostrarlo dentro del campo. A la vez, el plantel siempre estuvo muy unido en los buenos y en los malos momentos, y eso es importante porque los títulos importantes primero se consiguen en el vestidor. Este grupo destaca en eso.

-¿La posibilidad de evitar a Chelsea en semifinales es una oportunidad para soñar con llegar a la final por primera vez? -Debemos verlo paso a paso. Primero hay un encuentro previo. Tenemos que hacer un buen juego, ganar y llevarlo partido a partido. Cada rival es diferente, pero creo que tenemos una posibilidad de avanzar a semifinales, y por qué no llegar a la final y por qué no ganarla.

-¿Viaja su familia a Abu Dabi? -Viene mi novia con su familia. No le toca a la mía por distintas situaciones, pero siempre están pendientes de mí. Eso me llena de confianza y seguridad. Mi familia es mi equipo de toda la vida. Pero ahora estará mi novia, que es súper importante para mí.

-¿El mejor final sería que terminen llorando de alegría como en 2011 en el Estadio Azteca? -(Se ríe) Ojalá así sea.