Los voluntarios son el alma de cualquier gran torneo, ya que transmiten ese ambiente mundialista tan especial a todos, desde los aficionados hasta las selecciones, al mismo tiempo que ayudan a resolver todo tipo de problemas sin perder nunca la sonrisa.

Y adquieren además con ello una experiencia inestimable, en particular los que sienten pasión por el deporte rey.

Por ejemplo, Pavel Martynov, de 36 años, y Fedor Klygin, de 31. Ambos son árbitros que se inscribieron en el programa de voluntariado para ver de primera mano lo que es dirigir partidos de selecciones asistiendo a los profesionales de la Copa Mundial de Beach Soccer de la FIFA Rusia 2021™.

“Nos reunimos con los árbitros antes de los partidos, los llevamos al vestuario y les ayudamos en lo que necesiten. Cuando terminan y rellenan la documentación, los acompañamos a la salida del estadio: les indicamos por dónde tienen que ir y nos cercioramos de que puedan salir sin problemas”, explica Fedor.

Pavel y Fedor se conocieron en el torneo, pero desde entonces han descubierto que tienen mucho en común: les encanta el arbitraje, son grandes admiradores de Pierluigi Collina, el beach soccer les ha embelesado y están dispuestos a hacer todo lo posible por desarrollar esta disciplina donde ellos viven.

Fedor lleva quince años arbitrando en distintas categorías del fútbol. “Me interesé cuando vi la primera división de la liga rusa por televisión. Fui y me inscribí en un curso, y me encanta desde entonces. Me encontré con el beach soccer por casualidad, pero me cautivó enseguida, es un deporte increíble y dinámico; incluso he dirigido un par de partidos de la Copa de Rusia”.

Pavel nunca ha actuado en un encuentro profesional, pero arbitra habitualmente fútbol juvenil y de categoría sénior. “Ayudé a organizar torneos para niños y mayores de 60 años donde vivo, en Ulyanovsk, y siempre era difícil encontrar árbitros. Así que probé yo mismo y me gustó”. 

Hablar con los expertos del Mundial de Beach Soccer ha ayudado a Fedor y Pavel a ver esta profesión bajo un nuevo prisma.

“He charlado con Lukasz Ostrowski, de Polonia, con el árbitro ruso Roman Borisov, con Vitalij Gomolko, de Lituania, y con el japonés Yuichi Hatano. Me han abierto los ojos a cosas que uno ni siquiera piensa. Quizás lo más importante que hemos aprendido es que cualquiera puede convertirse en árbitro de torneos de selecciones. Sí que hace falta saber en profundidad las reglas, comprender el juego, pero cada árbitro tiene su propio estilo. Si te gusta mucho lo que haces, puedes alcanzar un nivel alto. Es accesible para todos”.

Pavel y Fedor no solo son árbitros: también les gusta organizar torneos de fútbol en su país, en Voronezh y Ulyanovsk, y los dos están entusiasmados por poner en práctica lo que han aprendido en Moscú.

“Las emociones están siendo increíbles; es genial poder verlo todo entre bastidores. No solo hemos visto a los árbitros manos a la obra, sino también cómo se prepara el estadio, cómo se organiza todo para los espectadores. Intentaremos transmitir todo lo que hemos visto aquí cuando volvamos a casa. A lo mejor hasta nos da el empujoncito que necesitamos para ayudar a desarrollar el beach soccer en nuestras zonas”.