lunes 29 noviembre 2021, 16:00

Vasconcellos: "Mis recuerdos de 1991 me siguen emocionando"

  • Claudia Vasconcellos fue la primera mujer que arbitró en una competición de la FIFA

  • Pasó a la historia hace justo 30 años en la Copa Mundial Femenina de la FIFA™

  • Nos habla de la presión que sintió y cómo sigue emocionándose al recordarlo

Fue un pequeño paso para ella, pero un gran paso para las mujeres.

Al fin y al cabo, la distancia entre el vestuario del Estadio Popular Provincial de Guangdong y el terreno de juego no era mucha, pero Claudia Vasconcellos recorrió un camino que iba a revolucionar el deporte.

A principios de los 90, una época marcada por la testosterona en el fútbol, nadie sabía si una mujer arbitraría algún día una competición de la FIFA. Algunos se preguntaban incluso si llegaría a ocurrir. No obstante, se abrió un hueco para la esperanza cuando se anunció que seis mujeres viajarían a la RP China como asistentes en la edición inaugural de la Copa Mundial Femenina de la FIFA™. La gente fantaseaba con que, tal vez, una mujer acabaría arbitrando un partido antes del fin de siglo.

Y así fue. Además, ocurrió antes de lo que nadie había imaginado. Claudia Vasconcellos causó semejante sensación como asistente en la fase de grupos, que la FIFA, a pesar de no haberlo contemplado en la antesala del torneo, anunció para alegría de todas las mujeres del planeta que la brasileña pitaría un encuentro de aquella competición. Y sería nada menos que el partido por el tercer puesto.

Vasconcellos se contagió del éxtasis general, al menos durante unos segundos. Acto seguido, comprendió que "el futuro del arbitraje femenino estaba en mis manos".

Treinta años después de aquel día histórico y revolucionario para las mujeres en el fútbol, Claudia sacó tiempo para charlar con la FIFA desde Montevideo, donde vio a su querido Flamengo jugar la final de la Copa Libertadores.

FIFA: Claudia, ¿podría explicarnos las dificultades a las que se enfrentó cuando empezó a arbitrar?

La cultura brasileña es muy machista, por lo que, desde el principio de mi aventura, tuve que demostrar en cada partido que mi elección como árbitra se debía a mi pasión por el fútbol y mi respeto a su reglamento. Dirigir encuentros de fútbol femenino no suponía ningún problema; más bien al contrario: era una buena solución para que los hombres no tuvieran que arbitrar partidos de mujeres, porque consideraban que ellos estaban por encima de eso. Sin embargo, cuando me tocaba arbitrar un choque masculino, había mucha desconfianza y recelo. No creían que una mujer pudiera dirigir un partido con la firmeza y la imparcialidad que todo árbitro necesita para controlar las disputas entre hombres. Eso sí, después de pitar varios encuentros, la gente se acostumbró a mi presencia.

¿Qué sintió al enterarse de que la FIFA iba a organizar la primera Copa Mundial Femenina?

Una gran alegría, y la esperanza de que, al fin, con su inclusión en las competiciones internacionales, el fútbol femenino iba a tener el reconocimiento que merecía. Así recibiría un mayor apoyo y podría desarrollarse, sobre todo en aquellos países donde predomina la cultura machista.

¿Cómo fue su elección para ser árbitra?

La noticia de que la FIFA, junto con las federaciones nacionales, estaba buscando árbitras para ejercer de asistentes en la primera Copa Mundial Femenina me generó muchas expectativas, incluso a sabiendas de que solo iban a elegir a seis. El sueño de cualquier árbitra es pitar en un Mundial. Yo sabía desde el principio que podía tener alguna posibilidad gracias a mis actuaciones en las competiciones en las que había participado, aunque era consciente de que otras colegiadas tenían las mismas oportunidades. Finalmente, se cumplieron mis deseos y fui la única brasileña que viajó al Mundial.

¿Qué sintió cuando la eligieron como la primera mujer para dirigir un encuentro en una competición de la FIFA?

Me seleccionaron para ser asistente de entre, seguramente, decenas de árbitras de todo el mundo. Aquello ya era un gran triunfo, tanto personal como profesional. Cuando me eligieron para arbitrar el partido por el tercer puesto, algo sin precedentes en la historia del fútbol mundial, sentí una inmensa emoción y, al mismo tiempo, comprendí que tenía una gran responsabilidad.

¿Qué se le pasó por la cabeza antes del partido? ¿Estaba nerviosa?

Pese a que había estado toda mi carrera considerando cada partido como si hubiera un título en juego, era inevitable pensar que aquel encuentro, en particular, podía abrir un nuevo camino a las árbitras en el panorama internacional. El futuro del arbitraje femenino estaba en mis manos, como dijo un miembro de la Comisión de Árbitros en el vestuario, antes del pitido inicial. Aún hoy recuerdo varios momentos de aquel día inolvidable: desde saltar al terreno de juego hasta llegar al hotel, pero, sin duda, lo mejor fue cuando levanté los brazos para dar por finalizado el partido, con una profunda sensación de haber cumplido con mi deber.

¿Se siente orgullosa de haber sido una pionera en el fútbol femenino y de haber contribuido a su crecimiento?

Soy consciente de ello y me siento orgullosa de la función que desempeñé, junto con el resto de árbitras que también han aportado su granito de arena.

Claudia Vasconcellos lines up between the Sweden and Germany sides

¿Qué jugadoras le impresionaron más en RP China 1991?

Tuve el privilegio de estar en partidos en los que participaron selecciones muy desarrolladas y futbolistas espectaculares. Una jugadora en concreto, Michelle Akers, se mostró imparable, y además tuvo un comportamiento impecable. Ella y Mia Hamm fueron las estrellas de aquel Mundial.

En líneas generales, ¿qué le pareció la primera edición de la Copa Mundial Femenina de la FIFA™?

Solo tengo palabras de elogio para la organización del evento, tanto por parte de China como de la FIFA. Todas las infraestructuras de los hoteles, los centros de entrenamiento, el transporte a los encuentros, la gente que nos ayudó en cada momento... Todo eso fue esencial para que pudiéramos tener la tranquilidad necesaria para concentrarnos solamente en los partidos. Guardo todas las insignias, gorras, recuerdos, balones… En definitiva, tengo una colección de objetos que me emocionan, y muy buenos recuerdos del Mundial de China. En especial, el uniforme que utilicé en el partido por el tercer puesto.