En el fútbol liberiano, la condición de héroe puede trascender ampliamente los límites del terreno de juego. El ejemplo más famoso es George Weah, convertido en Presidente de la República tras una carrera fuera de serie en el mundo del balompié.

No creemos que el portero Ashley Williams, gran artífice de la clasificación de las Estrellas Solitarias para la segunda ronda de la fase de clasificación africana para la Copa Mundial de la FIFA Catar 2022, vaya a pedir tanto. Lo que está claro es que él también entró en la leyenda del deporte liberiano, con apenas 18 años, el 8 de septiembre de 2019.

Tras imponerse por 3-1 a Sierra Leona en la ida de la primera ronda de las eliminatorias africanas para Catar 2022, Liberia iba perdiendo por 1-0 en la vuelta ante sus vecinos y grandes rivales. Los locales pudieron rubricar su clasificación en el minuto 95, cuando su capitán y cerebro Umaru Bangura tomó carrerilla para lanzar un penal. ¡Pero Williams se lo impidió eligiendo el lado correcto para tirarse!

"No me considero un especialista en parar penas máximas; de hecho, no es un ejercicio al que tenga especial cariño. Pero ese día estuve inspirado", explica nuestro protagonista a FIFA.com. "Mi técnica es de lo más básica: en función de la pierna buena del lanzador, me estiraré hacia un lado o el otro. Los diestros disparan con más frecuencia al lado izquierdo del portero, y los zurdos a la inversa. ¡Y en esta ocasión volvió a cumplirse esa teoría!".

¿Habla la voz de la experiencia? No precisamente. Cuando detuvo ese famoso penal, Ashley Williams solamente llevaba cuatro temporadas jugando como portero.  Tras formarse como lateral izquierdo, decidió ponerse los guantes de forma tardía. "Me faltaba tono físico para ser jugador de campo. No obstante, el puesto de guardameta es menos exigente. Un día le hacía falta un portero a mi equipo, así que probé suerte. Y la prueba resultó concluyente: ya no abandoné la portería", explica Ashley Williams, cuyo padre, Emmanuel Williams, así como su tío Sunday Seah, también eran arqueros.

Y cuatro años después, gracias a él, Liberia se ganó el derecho a seguir soñando con su primera participación en un Mundial. A su vez, Williams pasó de ser casi anónimo a una estrella nacional. "El 8 de septiembre de 2019 es un día que, evidentemente, no olvidaré nunca. El reto era grande para nosotros, y las expectativas eran igual de grandes. Pero todo transcurrió como en un sueño", explica. "Desde entonces, muchas cosas han cambiado en mi vida, ¡empezando por mi traslado a Europa!".

Actualmente, Ashley Williams milita en el Linense, en la tercera categoría del fútbol español (Primera División RFEF). Pero ya no pone límites a sus sueños: "Soy un gran seguidor de Manuel Neuer. Tiene las cualidades que a cualquier joven portero le gustaría tener. Mi mayor deseo sería seguir sus pasos y jugar en el Bayern de Múnich. ¿Quién sabe? Vengo de tan abajo, y he hecho frente a tantos obstáculos para llegar finalmente donde estoy… ¡Soy la prueba de que todo es posible y de que nunca hay que rendirse!".

Su confianza en sí mismo no estará de más a la hora de emprender la segunda ronda de la fase de clasificación mundialista, con un choque contra Nigeria este viernes 3 de septiembre para empezar. "Estamos muy impacientes por dar inicio a esta segunda ronda", afirma Williams. "Hay calidad en el seno de las Estrellas Solitarias, y una buena mezcla entre juventud y experiencia: ¡suficiente para hacer que el 'objetivo Mundial' sea realista!".

Hace 20 años, de hecho, Liberia no estuvo lejos de materializar ese sueño. En un grupo que incluía a las propias Súper Águilas, a Ghana y a Sudán, las Estrellas Solitarias se quedaron a un solo punto de clasificarse para Corea/Japón 2002, con un equipo donde el emblemático George Weah hacía sus últimas apariciones sobre el césped.

"George Weah no solamente fue el orgullo de Liberia, sino de toda África. ¡Es mi Presidente! Nos impulsa a hacerlo todavía mejor de lo que podemos", subraya Ashley Williams, antes de concluir: "¡Él mostró el camino a seguir y demostró que era factible!".