miércoles 17 febrero 2016, 08:31

Sergio Ramos: "No se puede vivir del pasado"

“Mirar a la izquierda y ver a Zinedine Zidane. Mirar a la derecha y ver a Roberto Carlos. ¡La verdad que impactaba!” Así recuerda para FIFA.com su primer día en el vestuario del Real Madrid.

Han pasado 11 años y hoy son otros los que entran y piensan… “Mirar a la derecha y ver a Sergio Ramos…” Él baja la mirada y ríe, restándole importancia. Aquel muchacho de pelo largo que tomó el tren de Sevilla a Madrid con 19 años, es hoy el capitán del equipo que en Roma peleará los octavos de final de la Liga de Campeones de la UEFA. Aquel ídolo que tenía a la izquierda, es hoy su entrenador, que debutará en la competición europea.

“Yo era un niño que venía de Sevilla con mucha ilusión, con mucha ambición y muchas ganas de comerme el mundo. Tardé unos meses en asimilar lo que significaba estar allí. Pero tengo un recuerdo muy cariñoso de todos los compañeros, que me trataron muy bien, y la adaptación fue mágica”, continúa, tirando de memoria, el defensor.

¡Y vaya si se ha comido el mundo! Ha crecido como futbolista, ha madurado como persona, ha tenido dos hijos y luce un palmarés envidiable… No ha desperdiciado ni un minuto de estos 11 años de blanco, pero ni la fama ni los títulos han cambiado su carácter afable.

No importan las prisas, ni la tensión, ni el resultado… Ramos no niega un autógrafo al aficionado, ni un saludo a quien le aborda, ni una palabra a quien le pregunta. Se siente un privilegiado por lo que el fútbol le ha dado, y es generoso en la devolución, a pesar de las enormes exigencias y presiones que conlleva el puesto.

“Llevo 11 años en el mejor club del mundo, donde cada día es un examen. No es fácil aguantar en un club como el nuestro. Por eso me enorgullece y me motiva a seguir trabajando para seguir mejorando. Aquí no se puede vivir del pasado”, comenta el sevillano.

El peso de la historia Pero aunque no se vive del pasado, sí se debe respetar el legado, más cuando a uno le han precedido auténticas leyendas. Ramos recibió el brazalete de capitán del Real Madrid de manos de Iker Casillas, luego de que lo portaran otros grandes nombres como Raúl, Pirri o Camacho… “Y Fernando Hierro, mi ídolo. Tengo muy buena relación con todos ellos. Y son gente que te da muy buenos consejos”, reconoce Ramos, quien en menos de mes y medio cumplirá 30 años.

“El capitán debe ser un ejemplo en todo y un apoyo en todos los aspectos, estar ahí para cualquier problema que pueda tener un compañero. Eso requiere comportamientos siempre adecuados. Hay que intentar que nunca te puedan reprochar nada, ser el primero en dar el paso al frente para ser una referencia ante tus compañeros”, dice el defensa, que ha formado parte del FIFA FIF Pro World XI en seis ediciones.

Esa enorme responsabilidad de estar a la altura del brazalete, la lleva con orgullo y una sonrisa. Y en la selección se la reparte con su ex compañero de equipo, Iker Casillas. Con él ha compartido todo tipo de situaciones en la Roja. El dulce y el amargo. La armonía y el caos. El éxito y el fracaso.

“He tenido la suerte de vivir Sudáfrica 2010. No hay alegría que se pueda equiparar a ganar un Mundial. Es un sacrificio enorme, cuesta mucho, requiere humildad, mucho trabajo y esa pizca de suerte que también hay que buscarla”, rememora el polivalente defensa. “Pero, claro, Brasil nos dejó un sabor muy amargo”.

La primera revancha para la imagen de España llegará en unos meses en la Eurocopa de Francia. “Nos toca defender título. Yo he tenido el gran privilegio de conseguir dos y me encantaría lograr esa tercera. Se han retirado jugadores emblemáticos como Xavi y Xabi Alonso, dos centrocampistas que han marcado una época y que han dado un gran equilibrio de la selección”, analiza. “Pero hoy tenemos una buena mezcla de veteranos y gente joven con la ilusión de conseguir cosas importantes. Hay equipo para confiar. Vamos a hablar en el campo”, advierte.

“Yo soy optimista y ambicioso y me gusta ganar cada día. Lo que gané ayer ya se me ha olvidado, y me gustaría añadir mucho más títulos a mi currículum. Cuando me retire, ya tendré tiempo de valorar lo que he hecho en mi carrera”, concluye.