Mencionar a Javier Saviola es hablar de un jugador que gozó de grandes momentos y éxitos como jugador de fútbol.

Internacional con Argentina, con la que ganó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de 2004 y la Copa Mundial Sub-20 de la FIFA en 2001, ese mismo año dejaba River Plate como una de sus principales perlas para comenzar su aventura europea. Comenzaban buenos años en equipos como Barcelona, Real Madrid, Benfica o Sevilla, que le valieron para sumar bastantes torneos domésticos, además de la Copa de la UEFA con los andaluces en 2004.

Decidió colgar las botas en 2016, pero le faltaba algo. Desde pequeño había sentido el amor por el futsal, por lo que más que colgar las botas, lo que hizo fue cambiarlas por otras, las que no tienen tacos. "Siempre me encantó, y una vez que terminé de jugar al fútbol de manera profesional tuve en mente poder jugarlo, divertirme a otro nivel”, comentaba Saviola a FIFA.com.

"Me gustó siempre. En Argentina cada 400 metros tenemos una cancha de ‘baby fútbol’, que es como nosotros le decimos al futsal. Aunque al final nos trasladamos a lo que es el campo grande, todos empezamos así y por eso tenemos esa pasión después", contaba ‘El Conejo’, apodo por el que se le conoció en su época de jugador. El argentino, que en diciembre cumple 40, ha estado estos últimos cuatro años brillando y sumando más títulos a su palmarés en el FC Encamp. “Allí encontré una familia. Apenas llegué a Andorra me lo propusieron y tiré para adelante. Comencé a jugar, conocí a mis compañeros y ya llevo cuatro años", resalta al ser preguntando por ese salto al fútbol 'pequeño'.

Saviola ha tenido que adaptarse a un futsal que difiere mucho del fútbol, por eso no duda al ser preguntado por las diferencias entre ambos. "No tiene nada que ver un deporte con el otro. El futsal es exigente, físico, riguroso, tenés que pensar en fracciones de segundo, hay equipos que saben manejar los tiempos… Es totalmente distinto”.

Tras ganar títulos ligueros con el Encamp, tuvo la oportunidad de dar un salto más y jugar contra otros equipos europeos. "Quería competir y saber cuál era el máximo nivel y lo encontré cuando jugamos las fases de la Champions League de Futsal. Ante los campeones de cada país te das cuenta del nivel que hay".

Como jugador de fútbol, Saviola era un delantero rápido, de área, que si tenía dos ocasiones las aprovechaba: "Siempre digo que soy un jugador de fútbol de cancha grande metido en una de futsal. Hay muchísimas cosas que no las sé y se me pierden y hay jugadores de futsal que me las hacen dar cuenta".

No duda en descubrir sus cualidades: "Defensivamente es lo que más me cuesta. A veces me pierdo y me desconcentro. En mi equipo intentamos tener siempre jugadores detrás de mí, que me ayuden, lo que es el jugador de futsal", destaca Saviola, que también habla de su parte 'positiva': "Hablando de las cosas buenas intento jugar arriba, meter goles para mi equipo, crear espacios y aprovechar mi definición rápida".

Ha habido alguien que ha marcado mucho a Saviola como jugador de futsal. No es otro que Ricardinho. La estrella lusa y el argentino comenzaron una buena relación en sus años en el Benfica, relación que a día de hoy mantienen: "Charlamos y estamos mucho en contacto. Es un jugador que siempre admiré. En Ricardinho encontré a una muy buena persona, charlamos mucho y disfruto viéndole jugar".

Preguntado sobre si le pidió algún consejo, Saviola no duda: "Es difícil. Ricardinho está por encima de todo. Es como pedirle un consejo a Messi o a Cristiano Ronaldo. Hablamos de jugadores extraordinarios, los mejores del mundo. Me encanta la velocidad con la que él puede definir una jugada o un partido".

Como argentino, Saviola tendrá sus ojos puestos en la Copa Mundial de futsal de la FIFA que comienza este domingo. Sus compatriotas buscarán repetir el título logrado hace cinco años en Colombia. "¡Ojalá! Como jugador argentino y que he estado muchos años en la selección [de fútbol] me encantaría que volvieran a salir campeones", aunque avisa de los rivales: "Están España, que siempre tiene un futsal maravilloso, que me hace disfrutar, y Portugal, que se está acostumbrado a llegar a lo más alto".

Saviola, al igual que gran parte de sus paisanos, se llevó una tremenda sorpresa agradable con el título de 2016. "Fue una sorpresa para todos. Pero después, viendo los partidos, cómo se iba dando el Mundial, nos dimos cuenta que Argentina tenía un potencial enorme. Fue tremendamente merecido y para nuestro futsal fue extraordinario", destaca.

Para concluir, quiere mandar un mensaje a los internacionales argentinos que lucharán por revalidar título en Lituania. "Están en un país tremendamente pasional y futbolero, donde se respira fútbol a cada centímetro. El consejo es que disfruten ya que uno como profesional uno nunca sabe cuándo volverá a estar en una situación tan linda e importante como una Copa Mundial".