jueves 14 mayo 2020, 08:10

La inspiradora Ali predica con el ejemplo en Pakistán

  • Karishma Ali ha puesto en marcha un club de deportes pionero en Pakistán

  • La futbolista de 22 años ayuda a su comunidad a través de varias iniciativas

  • Su talento la ha llevado a la pasarela de Milán y a la revista Forbes

Karishma Ali se crio en una aldea de la remota región pakistaní de Chitral, y de niña su padre le preguntó a qué quería dedicarse cuando fuese mayor. “A algo distinto”, dijo de inmediato, sin pensárselo dos veces. Sin embargo, a pesar de ese vivo deseo de la infancia, y de tener la capacidad y una clara voluntad de hacer realidad sus sueños, a veces ni siquiera ella puede creer lo ya conseguido.

Representar a Pakistán en torneos internacionales cuando en Chitral el fútbol femenino era inexistente ya es extraordinario. Y si a eso le añadimos la creación del primer club de deportes femenino de su región, subir a la pasarela de la Semana de la Moda de Milán del año pasado y aparecer en la lista “30 Under 30” de la revista Forbes, que reconoce los méritos de treinta jóvenes menores de 30 años en materia de innovación y emprendimiento —por no mencionar que lo ha hecho todo antes de cumplir los 22—, parece rozar lo increíble.

Incluso ahora, cuando sería lógico que la pandemia de COVID-19 interrumpiese temporalmente su vertiginosa lista de logros, Ali se dedica a recaudar fondos para los gastos de alimentación de familias de su región y obtener los equipos de protección individual que tanto necesita el personal sanitario. En medio de todo ello, ha hecho un hueco para hablar con FIFA.com. Nos cuenta cómo es su vida tan poco común y qué es lo que la impulsa.

¿Por qué amas de casa y no futbolistas?

“Me crié en una sociedad patriarcal y quería hacer algo diferente”, explica. “Estaba mal visto que las chicas practicasen cualquier tipo de deporte. Una buena chica era la que se casaba pronto, no hablaba nunca de sus derechos y se dedicaba a cocinar”.

“Pero yo quería jugar al fútbol. En aquel momento, era algo muy extraño, tratándose de una muchacha de Chitral: las únicas veces que podía jugar era cuando iba de excursión con mi padre. Aun así, siempre he creído que lo imposible puede ser posible. Sabía que llegaría a ser futbolista algún día”.

“Después de terminar los estudios primarios me mudé a Islamabad, aunque volvía a mi localidad y daba clases de inglés como voluntaria en una escuela. En 2016, cuando me seleccionaron para representar a Pakistán en los Juegos del Jubileo, vi una publicación de Facebook en la que se contaba que yo era la única chica de Chitral que jugaba al fútbol. Me sentí orgullosa, claro, pero me puse a pensar que no tenía por qué ser la única, cuando en Chitral viven más de 220.000 mujeres”.

“Y en ese momento decidí poner en marcha el Club de Deportes Femenino de Chitral. Quería provocar un cambio para las niñas y las mujeres de allí que soñaban con hacer algo y llegar a ser algo más que amas de casa”.

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Lucha por la igualdad y el empoderamiento

Fue una decisión a la altura de sus ambiciones y también de su valentía. Hubiese sido comprensible que tratase de pasar desapercibida después de algunas siniestras reacciones que suscitaron sus logros deportivos.

“Cuando me seleccionaron para representar a Pakistán, vi una página de Facebook de Chitral en la que había una publicación sobre mí. Los comentarios eran muy desagradables, una persona dijo que deberían ‘cortarme las piernas’ y otra que deberían ‘matarme antes de que hiciese que otras chicas jugasen al fútbol”, cuenta. “Pero seguí peleando por las chicas de mi región, y quiero pensar que he ganado. Hemos pasado de que yo fuese la única de Chitral en jugar al fútbol a tener más de cien futbolistas en nuestro club de deportes”.

“Las chicas que participan en nuestras concentraciones vienen de familias desfavorecidas, por eso se les subvencionan totalmente todas las actividades. Quería empoderar a estas jóvenes y mostrarle a la gente que las chicas pueden lograr cualquier cosa cuando se les garantiza la igualdad de oportunidades”.

De la remota Chitral a la pasarela de Milán

Y la propia Ali personifica esa filosofía de que no existen límites. Más allá de las proezas futbolísticas, superó todos sus sueños de la infancia cuando una colaboración con la diseñadora italohaitiana Stella Jean le permitió exhibir la artesanía de Chitral en la Semana de la Moda de Milán.

“Después, sí que creí que en este mundo cualquier cosa es posible. Estoy cursando estudios empresariales en la universidad y llevaba muchísimo tiempo dándole vueltas en la cabeza a una iniciativa que pudiese ayudar a las mujeres de la región. A principios de 2019 creé el Centro de Artesanía Femenina de Chitral, enfocado en la elaboración de productos que destaquen el patrimonio cultural de Chitral de una forma moderna”.

“Entonces me presentaron a Stella, a la que ahora me une una gran amistad. Ella quería unos bordados de Chitrali-Kalash para sus vestidos y las artesanas de mi centro fabricaron 400 metros de bordado en un mes. Me invitó a Milán para ver el trabajo de los artesanos, eso en sí ya fue una gran sorpresa, ¡pero entonces me sorprendió todavía más al invitarme a clausurar con ella el espectáculo!”.

Ayuda solidaria contra el COVID-19

Y en vista de todo lo que ha logrado Ali siendo aún tan joven, no nos sorprenderá descubrir que tenga grandes planes para el futuro. Ahora están paralizados por la COVID-19, pero ha respondido a la pandemia como ella sabe: de forma decidida, productiva y espectacular.

“En Chitral la mayoría de la gente trabaja en la construcción, en distintas ciudades, pero debido al confinamiento han perdido su empleo y han tenido que volver a casa. Algunos no tienen dinero suficiente para alimentar a sus familias, así que me puse a recaudar fondos para dar comidas a quienes necesitan ayuda y entregar material a los médicos y el personal sanitario”, explica.

“Hasta ahora he conseguido dar raciones a 125 familias y facilitar a médicos del hospital de aquí distintos equipos, como trajes EPI, mascarillas, guantes, protectores faciales y gafas. Voy a seguir haciendo todo lo que pueda por ayudar, porque esto es algo en lo que todos estamos juntos”.

Chitral, como tantas otras aldeas, pueblos y ciudades, afronta un futuro difícil e incierto cuando termine la pandemia. Pero si Karishma Ali es representativa de la determinación y la actitud positiva de sus ciudadanos, seguro que la región será capaz de recuperarse de forma brillante.