miércoles 22 junio 2016, 12:14

Gillespie: "Han llenado de orgullo al país"

No hay mejores recuerdos en la carrera de un futbolista que los que suceden en un torneo importante. Una Copa Mundial de la FIFA™, una Eurocopa, una Copa América… Esos momentos quedan grabados para siempre en la mente de quien los disputa.

Debe de ser difícil para un jugador que nunca pudo participar en una de esas citas ver a sus ex compañeros saltar a una cancha y hacer historia para el país. ¿Cuántas veces vendrá a su cabeza el “y si yo hubiera”…?

Pese a esa sensación, Keith Gillespie es un hombre feliz. Pilar de la selección de Irlanda del Norte durante años y retirado en 2013, ahora disfruta desde la tribuna de las hazañas de sus compatriotas en la Euro de Francia 2016. Y comparte el entusiasmo indescriptible de los aficionados.

Con la emoción a flor de piel por el gran trabajo del equipo de Michael O’Neill, el ex jugador del Newcastle y Blackburn Rovers ha hablado en exclusiva para FIFA.com tras el partido de los norirlandeses ante Alemania.

Una clasificación histórica El silbatazo final acababa de sonar, y Gillespie, de pie, graba con su teléfono celular a los aficionados irlandeses que no dejan de cantar. “‘No nos vamos a casa, no nos vamos a casa’, eso es lo que dicen”, explica. Y así es. Los resultados sucesivos certificaron el avance de Irlanda del Norte a la segunda fase de la competición como uno de los mejores terceros.

Recuperado un poco de la emoción, el ex centrocampista de 41 años explica lo que significa este momento para su país. “No habíamos calificado a un torneo importante desde la Copa Mundial de la FIFA México 1986™. Nunca habíamos estado en una Euro antes. Sólo hace falta escuchar a nuestros fans en cada partido para darse cuenta de lo especial que es para nosotros estar aquí. Es increíble”.

Para la leyenda norirlandesa, que acumuló 86 internacionalidades con su selección, la actuación del equipo ha dejado un gran sabor de boca en Francia. “Han jugado de una manera realmente excelente. El primer partido quizá no tanto (ndlr: derrota ante Polonia por 1-0), pero sin duda el triunfo contra Ucrania (2-0) ha sido nuestro punto más alto de la competición. Y bueno, caer sólo por 1-0 ante los campeones del mundo significó mucho para nosotros”.

Un equipo de grandes competiciones No es la primera vez que Irlanda del Norte desafía a los pronósticos para conseguir resultados insospechados. Hace 34 años, en España 82, terminaron encabezando un grupo que incluía nada menos que a la anfitriona y a la poderosa Yugoslavia. Alcanzaron la segunda fase. En ese sentido, el equipo actual es el heredero de aquella generación.

“Conseguir esta calificación es una alegría, pero no sólo para los jugadores, sino para todos aquellos conectados con el país”, afirma Gillespie con una sonrisa. “Tenemos una Fan Zone en Belfast que estaba planeada para 10.000 aficionados, y la tuvieron que aumentar a 15.000 para el partido contra Alemania. ¡Y obviamente no sólo es la capital, es el país entero!”

¿Qué sigue ahora para Irlanda del Norte? ¿Podrá avanzar como matagigantes? El ex capitán no lo descarta. “Aún no sabemos quién será el rival, podría ser Gales, podría ser Francia... pero ciertamente el equipo nos ha hecho sentir orgullosos a todos. Desde el principio del torneo no teníamos nada que perder, porque calificar puede ser considerado ya un éxito. Y bueno, ahora en la segunda ronda cualquier cosa puede pasar. ¿Por qué no?”

Keith Gillespie irradia sincera alegría y optimismo. Pero, ¿no queda un poco de desasosiego por no estar en la cancha para disfrutar esa experiencia que a él se le negó? Con humildad y franqueza, nuestro protagonista nos abre su corazón.

“¡Por supuesto que me gustaría estar! Creo que cualquiera tendría envidia en una situación así. En un torneo importante, frente a nuestros maravillosos aficionados… Lamentablemente no me tocó hacerlo, pero sí he conseguido lo más cercano a eso, que es estar aquí alentando al equipo y disfrutando de estos días con ellos. Eso tampoco lo cambio por nada”, asegura. Un aficionado más. Un aficionado especial.