sábado 28 mayo 2016, 07:43

Eugénie Le Sommer, éxito y felicidad

Pese a la aparente dificultad de la tarea, marcar goles, ganar partidos o alzar trofeos se ha convertido en algo habitual para Eugénie Le Sommer. En cambio, hacerle reconocer en voz alta que tiene mucho talento y que ocupa un lugar destacado entre las mejores futbolistas del planeta es un trabajo mucho más complicado. Oyéndola hablar parece que sus dos galardones a la mejor jugadora francesa (2010 y 2015), los dos a la máxima anotadora de la

Division 1* (2009 y 2012), el de mejor jugadora de la Copa del Algarve 2015, además de sus tres coronas de la Liga de Campeones Femenina de la UEFA, seis títulos de la liga francesa y cinco copas, sean méritos de de sus compañeras en el Olympique de Lyon y de la selección.

No hay duda de que es más fácil deslumbrar cuando se está rodeada de grandes profesionales, pero hubo un tiempo en el que la delantera llevaba todo el peso de las Bleues sobre sus hombros. Fue en la Copa Mundial Femenina Sub-20 de la FIFA Chile 2008, cuando la jovencisima jugadora brilló con luz propia y dio el primer paso de una carrera rutilante.

Hubo que insistir para que dejase a un lado su modestia y hable de su papel en aquel torneo. "Ya formaba parte del núcleo de la selección y de las mejores jugadoras, era consciente de eso", admitió la discreta y sonriente Eugénie al micrófono de FIFA.com ocho años después de su debut en una cita mundial. "Fui titular en todos los partidos, por lo que era, creo, una figura importante del equipo. Pero de ahí a terminar tercera mejor jugadora del certamen y marcar tantos goles, ¡imposible estar preparada para algo así!".

Presión y ambición En concreto fueron cuatro goles, en seis excelentes encuentros, que alzaron a Francia hasta una inesperada cuarta plaza y otorgaron a Le Sommer el Balón de Bronce adidas. Sólo hay que ver quién la superaron en el podium para darse cuenta de la calidad de su rendimiento.

"Lo recuerdo muy bien, fueron Alex Morgan y Sydney Leroux", contestó sin pensárselo dos veces. "Contra nosotras, en la primera ronda, Leroux fue suplente y marcó dos tantos. Y Morgan también metió muchos. Me impresionaron. Tercera por detrás de dos grandes como ellas, ¡no está nada mal!", añadió acerca de las dos artilleras, que posteriormente ganaron con Estados Unidos la Copa Mundial Femenina de la FIFA™ y el Torneo Olímpico de Fútbol Femenino.

¿Podrían haber llegado más lejos las jóvenes Bleuettes? A toro pasado, a Le Sommer le pesa un poco haber caído en semifinales a manos de la RDP de Corea, antes de perder el duelo por la tercera plaza ante Alemania. "Llegar a semifinales fue algo enorme. Pero lo cierto es que no fuimos a ganar", reveló la ariete, que por aquel entonces militaba en las filas del Saint-Brieuc.

"En aquella época, el fútbol femenino en Francia aún no era tan bueno y ninguna de las generaciones anteriores había pasado de cuartos de final. Nosotras conseguimos plantarnos en semifinales, eso ya era un paso más, no teníamos ninguna presión. Quizás no dimos el do de pecho como debimos. Si la situación se repitiese hoy, puede que todo fuese diferente. En retrospectiva, creo que podríamos haber sido más ambiciosas porque teníamos un buen equipo".

Sin plan B Aquella formación gala contaba con futbolistas que, al igual que Le Sommer, se han consolidado en estos años en las filas de las Bleues, como Wendie Renard, Karima Benameur o Marie-Laure Délie. Pero, una gran mayoría nunca dio el salto a la categoría superior. "No hay casi nadie de mi generación que participara en esa Copa Mundial y que siga en activo actualmente", confirmó nuestra protagonista al hablar de un fútbol femenino que, en Francia, no tenía muchas perspectivas de futuro.

"Mi objetivo siempre fue llegar lo más lejos posible, a la absoluta. Era mi sueño y sabía que me iba a esforzar al máximo para lograrlo. Sin embargo, había quien decía que el fútbol era simplemente una diversión, que no era lo más importante. Si alcanzaban el alto nivel bien, y sino también", precisó. "El fútbol no era profesional, por un lado estaban los estudios y por otro el fútbol. En aquella época, eso frenó a muchas, era difícil compaginar las dos cosas".

Eugénie ni se lo planteó. Nunca. Triunfar en el fútbol o nada. No tenía plan B. A sus 27 años, su vida sigue girando en torno al balón, gracias a aquella experiencia en Chile que le permitió confirmar su vocación. "Aquella fue para mí una primera etapa que me sirvió para darme cuenta de lo que era capaz y para compararme a nivel mundial", explicó con respecto al impacto que el torneo tuvo en su carrera. "Cuando gané el Balón de Bronce me dije: 'bueno, vale, ¡entonces estoy entre las mejores!'. Eso me reafirmó en mi idea y en mi elección. Siempre quise llegar más lejos y comencé a creer en la selección francesa. Pensé que como yo ya sabía dónde estaba, era algo factible. Me abrió los ojos sobre mi nivel".

Un nivel que la llevó a participar en dos ediciones de la Copa Mundial Femenina (quizás tres en Francia 2019) y a aspirar a una medalla olímpica dentro de poco en Río de Janeiro. Y aunque su humildad y su sencillez aún le impiden admitirlo, la tercera mejor jugadora de Chile 2008 sigue siendo una de las mejores del planeta. Como muestra un botón: estuvo entre las nominadas al galardón a la Jugadora Mundial de la FIFA 2015.