Calleri, la bronca como motor

Está siendo de enojos el 2016 para Jonathan Calleri. A comienzos de año Boca Juniors decidió venderlo al Sao Paulo pese a que él quería quedarse. A comienzos de julio, se enteró que no iba a ser citado al Torneo Olímpico de Fútbol Masculino Río 2016. En la últimas semanas, ya convocado, el arco parecía habérsele hecho de hockey sobre patines en los amistosos previos. En cada caso, mascó bronca. Tras el gol de la victoria que marcó ante Argelia el domingo, que pone a Argentina dependiendo de sí misma para clasificarse ganándole a Honduras el miércoles, quedó claro que al 9 el fastidio no le actuó como freno sino como motor.

"Al final creo que el enojo me vino bien", le acepta Calleri a FIFA.com. La falta de gol lo tenía rabiando. Una vez convocado, el seleccionador Julio Olarticoechea lo había confirmado como titular antes que a ningún otro pero en los tres partidos previos de preparación no sólo no había convertido sino que también había errado un penal. En el debut contra Portugal también se quedó en cero.

"Estaba cerrado en el arco. El otro día con Portugal no entró y pegó en el travesaño". Contra los argelinos había desperdiciado una situación clarísima -"me comí un gol increíble debajo del arco"-, pero en el minuto 70, con Argentina jugando con 10 y lamentando un 1-1 que la complicaba mucho en el Grupo D, no dando nunca nada por perdido encontró lo que tanto buscaba: "Por suerte el fútbol tiene de esas cosas. Disputé con el arquero, me rebotó en la rodilla y entró.. Es la suerte del 9, ¿qué se va a hacer?"

El pinball afortunado que terminó en el 2-1 argentino no refleja exactamente la valía como goleador de este ferviente admirador del uruguayo Luis Suárez. Con 22 años, sabe lo que es convertir en un equipo pequeño de Argentina, All Boys, de donde surgió, y en dos gigantes de Sudamérica como Boca y Sao Paulo: con los Xeneizes -21 goles en 53 partidos- ganó el campeonato 2015 siendo el más goleador de su equipo (10). También la Copa Argentina ese mismo año. Se fue bufando por no poder quedarse pero también le sirvió. Con los brasileños llegó a las semifinales de la última Copa Libertadores, de la que salió máximo anotador con 9 tantos.

Fastidio y entusiasmo por un sueño Semejante producción le dio una ilusión máxima que desembocó en el enojo restante: su nombre no apareció en la lista de los 18 convocados para Río. Estaba en la preselección de 35 jugadores dada por Gerardo Martino pero, tras la renuncia del Tata, el flamante Olarticoechea decidió dejarlo afuera. El Sao Paulo podía llegar a la final de la Libertadores y, en opinión del seleccionador, si eso pasaba "se presentaría muy tarde, sin ningún entrenamiento". Pero al final Luciano Vietto fue vendido al Sevilla, el equipo andaluz no lo cedió, los brasileños fueron eliminados en semis y "nosotros aprovechamos y lo llamamos", le cuenta Olarticoechea a FIFA.com.

"El Vasco la verdad es que es un buen tipo", le reconoce Calleri a su entrenador. "Me llamó y preguntó si estaba enojado porque no había estado en la lista. Yo le dije que obviamente tenía muchas ganas de estar, que había hecho muchas cosas para venir acá a Río: me había ido a Brasil para estar cerca, para que el técnico de la selección me viera… Por suerte él me llamó y hoy le doy la gracias".

¿Cuán entusiasmado lo escuchó Olarticoechea? "Muuucho. Le pregunté si tenía ganas de estar. Me dijo: “Me muero”. Y eso es bueno". El Vasco suscribe a la teoría del enojo como motor: "Que no haya podido hacer goles en los tres partidos de la gira que hicimos se le fue quemando por dentro. Ya empezó a demostrar quién es Calleri".

Para un pibe que vino e 2014 a Brasil a alentar a Argentina como hincha durante la Copa Mundial de la FIFA cuando ya era jugador profesional, volver a estas tierras para vestirse de celeste y blanco es la gloria.

"Vivir esto significa un montón. De chiquito no hubiera ni siquiera soñado con este momento, con ser parte de los Juegos Olímpicos con la selección argentina. Pensá que hace cuatro años estaba en mi casa, en All Boys, y ni en primera jugaba. ¡Cuatro años! Lo de jugar acá es un sueño".