sábado 04 septiembre 2021, 19:00

Beasley: "No clasificarse para el Mundial fue una bendición encubierta"

  • Es el único internacional estadounidense que ha jugado en cuatro Copas Mundiales de la FIFA

  • Ganó el Balón de Plata adidas en la Copa Mundial Sub-17 de la FIFA 1999

  • Beasley cuenta anécdotas de las eliminatorias mundialistas y opina sobre la actual selección de EE.UU.

DaMarcus Beasley fue uno de los principales nombres en las alineaciones de Estados Unidos desde el momento en que irrumpió en escena en la Copa Mundial de la FIFA 2002™ unos días después de celebrar su 20º cumpleaños.

Tras dos décadas de carrera con una regularidad asombrosa, Beasley pasó a ser el único jugador de la selección masculina de Estados Unidos que ha jugado en cuatro fases finales mundialistas y en cinco fases de clasificación.

El carrilero izquierdo se retiró del fútbol al concluir la temporada 2019 de la Major League Soccer (MLS). En una semana de eliminatorias mundialistas en la que Estados Unidos inicia su camino hacia Catar 2022, FIFA.com contactó con un jugador que lo sabe todo sobre esa competición preliminar, y que nos habla de cómo está yendo la transición a su nueva vida tras colgar las botas.

"No ha sido fácil. No voy a edulcorarlo", admite Beasley. "Supe cuando me retiré que quería tomarme un tiempo lejos del fútbol".

El de Fort Wayne (Indiana), que el año pasado se convirtió en copropietario del Fort Wayne FC (club de reciente creación que juega en divisiones inferiores), ahora puede pasar más tiempo con su hija, que nació justo antes del Mundial de 2014, cuando Beasley militaba en el Puebla mexicano.

"Falté al entrenamiento para estar con ella en su nacimiento, y al día siguiente teníamos un partido… ¡y de hecho marqué! Ella ya estaba dándome suerte y fuerza sin saberlo siquiera… Su mamá me enviaba fotos (cuando yo estaba en Brasil), y eso me hizo sentirme pleno de verdad. Pero ahora que estoy retirado, el fútbol se acabó para ella; ¡para ella todo es gimnasia, natación y baile!", señala.

Cuando el propio Beasley era niño, su camino hacia el fútbol estaba predeterminado y era irrenunciable en muchos sentidos, porque seguía los pasos de su talentosísimo hermano mayor, Jamar. "Quería ser como él. Era una bestia por entonces… Mucha gente no lo sabe, pero fue el primer jugador en ser fichado directamente después de acabar el instituto para jugar en la MLS, en 1998", resalta DaMarcus.

Jamar jugó con la selección sub-20 de Estados Unidos en 1999, junto a jugadores de la talla de Tim Howard, Taylor Twellman y Carlos Bocanegra, antes de pasar a tener una exitosa carrera en el fútbol sala. A finales de ese mismo año, DaMarcus jugó con la selección sub-17 en el Mundial de Nueva Zelanda, donde se adjudicó el Balón de Plata adidas y ayudó a Estados Unidos a quedar cuarta.

Reflexiones sobre las eliminatorias mundialistas

Luego acabó trasladando su éxito en categorías menores a la selección absoluta, donde se convirtió en uno de los jugadores más laureados que ha dado nunca el país, totalizando 126 internacionalidades. Las fases de clasificación mundialistas constituyeron una parte importante de su carrera con la selección, ¿y qué es lo que más recuerda de esas eliminatorias?

"¡Lo que más recuerdo es clasificarnos! [risas]. Cada vez que lo hicimos fue genial, pero la única vez que no lo hicimos… bueno, no tenemos que hablar de eso. Siempre recuerdas el encuentro en el que te clasificas. Ese sentimiento es indescriptible. Era complicado…", recuerda.

"La gente dice que la CONCACAF es una de las regiones más fáciles para salir airosos, pero la gente no entiende lo difícil que era. La CONCACAF te endurece. Ir a lugares como Guatemala, El Salvador, México y Honduras… hacía calor, y la hierba parecía que te llegaba hasta las rodillas", continúa.

"Nada más bajarte del avión, al ir al hotel, siempre resultaba que había algún tipo de festival el día antes del encuentro. Siempre. Tus teléfonos sonaban. Había una fiesta fuera del hotel, intentando hacer que nos costara dormir. Algunas veces nos ponían en el piso 13º para darnos mala suerte. Antes de que la selección tuviese su propio cocinero, la comida no era muy buena. Era difícil", insiste Beasley.

"Todos los países y jugadores quieren jugar en un Mundial. Es el sueño. A veces teníamos que jugar un fútbol feo para ganar un encuentro. Cada partido era una batalla. Además de México, todas las selecciones quieren vencer a Estados Unidos. El equipo que veíamos en vídeo nunca era el mismo que veíamos en el campo", puntualiza.

"El país entero apoyaba a cada selección a la que nos enfrentábamos, desde el personal del aeropuerto hasta el del hotel, pasando por los taxistas, el presidente… todos apoyan a su selección. Eso es la realidad, y es a lo que nos enfrentábamos como equipo. Mentalmente era duro, pero tenías que llegar allí y ensuciarte a veces. Es difícil explicarlo todo y entender cómo era a menos que lo vivieras de verdad", recalca el ex internacional.

Durante su etapa en la selección, Estados Unidos vivió muchas alegrías y gozó de éxito cuando jugaba en Jamaica. Beasley recuerda que el DJ y cantante de reggae Beenie Man interpretó temas antes de un partido: "Estábamos calentando y él estaba cantando y rapeando de fondo... estuvo bastante guay. Y también, ¡la fruta que tomamos allí sabía mucho mejor que la que recibimos en Estados Unidos!".

Opiniones sobre la nueva generación estadounidense

Estados Unidos ha iniciado su andadura en el camino hacia Catar 2022 con un ex compañero de selección de Beasley al frente: Gregg Berhalter. El formato para la ronda final de estas eliminatorias se amplía, y cada nación participante en el ‘octagonal’ de la CONCACAF jugará 14 partidos (7 en casa y 7 fuera). Beasley se muestra optimista sobre las posibilidades del equipo.

"Creo que ha adquirido un buen ritmo ahora mismo. No clasificarse para el Mundial de 2018 fue una bendición encubierta. Lo digo porque no creo que hubiésemos tenido todo este impacto de los jóvenes si nos hubiésemos clasificado. Era hora de dejar fuera a muchos de los veteranos y empezar de nuevo y desde cero. Hay muchísimo talento en Estados Unidos. Todos podemos verlo por los clubes en los que juegan algunos de estos chicos, y son verdaderamente importantes para esos clubes", resalta.

Un jugador que será crucial a la hora de transmitir la experiencia del fracaso en el pasado ciclo clasificatorio al actual equipo será Christian Pulisic, del Chelsea, cuyo mensaje para el equipo será claro: nada se regala.

"Él sabe lo que se siente", afirma Beasley. “Sabe lo duro que es. En 2017 era un chaval y, para muchos, ya uno de nuestros mejores jugadores. Le estaban dando patadas y golpes por todos lados, pero él simplemente se levantaba y jugaba. Eso es básicamente lo que va a hacer falta. No puedes arriesgarte a recibir tarjetas rojas intentando meterte en un partido de combate con otros jugadores. Él manejó la situación como un auténtico profesional, y se levantó y metió el balón al fondo de las mallas".

"[Catar] 2022 va a ser difícil", continúa. “Muchos de los jugadores están haciendo sus pinitos con la selección. Jugar por tu país es otra historia. Creo que este Mundial será una gran curva de aprendizaje. Estoy ilusionado al respecto, y pienso que lo harán bien. Ya sé que todavía no se han clasificado, pero cuando efectivamente lleguen allí, lo harán bien por esa exuberancia juvenil. Estoy deseando verlos clasificarse".

DENVER, CO - JUNE 03: United States head coach Gregg Berhalter chats with United States forward Christian Pulisic (10) i

Los mejores recuerdos de Beasley de cada Mundial

Corea/Japón 2002: “Fue mi primer Mundial. Me incluyeron en la convocatoria cuando tenía 19 años, y cumplí 20 en el avión a Corea del Sur. Fue una locura. Enfrentarnos a la época dorada de Portugal… con Figo, Conceiçao, Rui Costa, etc. Nadie nos daba ninguna opción de ganar. Ser titular en ese encuentro y ganar mi primer partido [en un Mundial] fue un momento que nunca olvidaré. Tenía esa actitud sin miedo a nada porque era joven”.

Alemania 2006: “Fue difícil. Nuestra peor actuación con diferencia… Solamente jugamos un periodo decente en ese campeonato (la segunda parte de un 1-1 contra la futura campeona, Italia). Mentalmente no estábamos ahí, simplemente. Quizá porque estuvimos leyendo todo el bombo mediático; porque estábamos cuartos o quintos en la clasificación de la FIFA en el momento de acudir allí…”.

Sudáfrica 2010: “Estar en África por primera vez fue increíble. La forma en que recibieron el Mundial como país fue extraordinaria. ¡Eso sí, podría haber prescindido de las vuvuzelas [risas]! Aparte de eso, fue precioso. Me acuerdo mucho de la canción de Shakira ‘Waka Waka’. [También de] vencer a Argelia, y ese gol que marcó Landon [Donovan]: estar en el campo para vivir eso fue increíble. ¡Acababa de terminar de defender el centro y no pude seguirle el ritmo a Landon!”.

Brasil 2014: “Simplemente estar en Brasil, donde el fútbol es tan rico e intenso. El fútbol es la vida. El fútbol es Brasil. Los brasileños son el fútbol. El país entero se detenía cuando jugaban... Estuvimos muy cerca de llegar a cuartos de final, pero también me acuerdo mucho de la victoria contra Ghana. Timmy (Howard) hizo un partido increíble contra Bélgica”.