El tremendo mes de julio de Umtiti

“Está siendo un mes de julio tremendo. Espero que continúe así”. Con esas palabras abandonó el estadio Vélodrome de Marsella este jueves el defensa internacional francés Samuel Umtiti, tras haber firmado una actuación “tremenda” contra Alemania. Pero el mes de julio de Umtiti merece plenamente ese calificativo, porque, en apenas ocho días, el zaguero nacido en Yaundé (Camerún) ha debutado con la selección absoluta de Francia –frente a Islandia–, ha fichado por uno de los clubes más grandes del mundo –el FC Barcelona–, y ha contribuido enormemente a la clasificación de los Bleus para la final de ‘su’ Eurocopa.

“Lo llevo bien. No me como demasiado la cabeza”, subrayaba el ex jugador del Olympique de Lyon tras mencionarle esa bonita sucesión de acontecimientos. “No me hago demasiadas preguntas, por regla general. Vivo al día. Aprovecho lo que está pasando, porque, sinceramente, no pensaba estar presente aquí hoy”, añadía con una amplia sonrisa.

De hecho, pocos lo pensaban… Hace apenas unas semanas, el defensa central lionés solamente formaba parte de los reservas en la lista de Didier Deschamps de cara a disputar la competición. Las bajas de Raphaël Varane y de Jérémy Mathieu, junto a la de Mamadou Sakho por motivos extradeportivos, acabaron abriéndole las puertas de la selección, aunque sin garantizarle la titularidad. Finalmente, la sanción por acumulación de tarjetas de Adil Rami y la baja forma de Eliaquim Mangala catapultaron a Umtiti hasta el eje de la zaga gala para enfrentarse a Islandia en cuartos de final, al lado del inamovible Laurent Koscielny.

“Muchos parecían sorprendidos al verle como titular en el centro de la defensa contra Islandia. Y algunos se mostraron moderados al valorar su debut… Pero no era sencillo estrenarse como internacional en un partido tan importante. Considero que se comportó con mucha sobriedad, sin asumir riesgos, sin entregarse a tope, y, globalmente, sin cometer errores”, analiza para FIFA.com el ex guardameta internacional Joël Bats, campeón de la Eurocopa 1984, y miembro de un cuerpo técnico del Olympique de Lyon que, literalmente, vio crecer a Umtiti.

Y es que hasta su reciente traspaso al Barça, la carrera del defensa central se resumía a una sola camiseta: la del OL. La vistió de todas las tallas y en todos sus equipos de categorías menores, hasta enfundarse la más grande que requería su 1,80 metros de estatura en la plantilla del primer equipo. Tras llegar a Francia cuando tenía 2 añitos y recalar en el club lionés con 8, Sam –como le llaman cariñosamente sus seguidores– ya había ganado una Copa de Francia y era titular en la Liga de Campeones a los 19 años. No hay dos sin tres Con la selección francesa, su trayectoria es similar. Tras haber jugado en todos los combinados de categorías menores de los Bleus, y haber conquistado la Copa Mundial de la FIFA Sub-20 Turquía 2013 junto a Paul Pogba, se incorporó a la absoluta en mayo de 2016 y firmó dos partidos muy completos contra Islandia (100% de acierto en sus pases) y contra Alemania, campeona mundial. “En ese segundo partido demostró que tenía una gran madurez para su edad. En mi opinión, hizo un partido perfecto. Estuvo a la altura de las circunstancias y a la altura de sus compañeros de selección”, resalta Bats.

“Me sentí bien, simplemente”, confirmaba a su vez Umtiti. “Intenté estar tranquilo una vez más y sacar partido a mis cualidades, como sé hacerlo en el fútbol de clubes. Hay que subir tu nivel en este tipo de partidos; eso me hace ir escalando peldaños. Jugar al lado de estos jugadores no es complicado. Uno se adapta fácilmente. A medida que avanzaba el partido me iba sintiendo mejor. Ahora bien, no es fácil jugar una semifinal de una Eurocopa en mi segundo partido…”.

No hay dos sin tres… Todo apunta a que Samuel Umtiti debería ser alineado por tercera vez en la final de la Eurocopa, frente al Portugal de un Cristiano Ronaldo con quien debería cruzarse más a menudo en la próxima liga española. En el punto de mira: conquistar el que sería el tercer título de Francia en suelo patrio en una gran competición, tras la Eurocopa 1984 y la Copa Mundial de la FIFA 1998. ¡Y eso sí que redondearía un mes de julio realmente tremendo!