Si a Rolando Blackburn, delantero panameño de 31 años, le preguntan por los jugadores de fútbol que lo han inspirado, hay tres que vienen rápido a su mente: El brasileño Ronaldo, Edinson Cavani y Carlos “El Apache” Tévez.  

Al Fenómeno lo admira porque conquistó el mundo entero a golazos cuando era él era un joven que soñaba con convertirse en futbolista. Al uruguayo Cavani porque es su referente contemporáneo. Pero con Tévez tiene una conexión especial que va más allá del terreno de juego.

“Yo, como él, vengo del barrio; uno bastante marginado en Panamá llamado San Joaquín. Ahí hay mucho talento para el fútbol, pero también hay muchas muertes y mucha violencia”, cuenta en una plática exclusiva con FIFA.com.

Ahí aprendió a regatear rivales, pero también a esquivar las tentaciones de la vida fácil. “Me tocó lucharla. Me tocó vivir muchas cosas en el barrio, pero nunca me dejé mal influenciar, que es lo verdaderamente importante”.

Entonces el Tauro FC le dio la oportunidad para formarse como juvenil y empezó a moldear una mentalidad que hoy en día, siendo ya un jugador afianzado, todavía le resulta fundamental. 

“Al principio podía ir a entrenar. Costaba 50 centavos el camión. Pero después se complicaron las cosas y entre varios conocidos me daban de cinco en cinco centavos, hasta juntar los 25 de ida y los 25 de regreso. Pero yo ya tenía en mi cabeza, a esa temprana edad, que nunca iba a faltar a un solo entrenamiento. Y eso me ayudo muchísimo a saber ganarme las cosas”.

Lo cierto es que su presente es halagador, ya con dos goles anotados en las presentes eliminatorias de Concacaf rumbo a la Copa Mundial de la FIFA Catar 2022. “A nivel de selecciones estoy pasando por mi mejor momento. Estoy muy agradecido con Dios por lo que vivo, aunque siempre destacando el trabajo de todos los compañeros que hacen posible todo esto”.

Y todo este esfuerzo colectivo se ha materializado en el buen andar de Panamá en el inicio del octagonal final, donde marchan con cinco puntos, a solo dos del líder México. La idea de fútbol de Thomas Christiansen comienza a verse en la cancha, quien tomó las riendas de la selección canalera en agosto de 2020. 

“Hemos tenido un buen arranque, con un fútbol que llevábamos tiempo sin mostrar. Con la llegada de Thomas las cosas han cambiado rápidamente. Ha cambiado la mentalidad del jugador panameño para jugarle de tú a tú a cualquier selección, proponiendo un fútbol bastante intenso y rápido”.

La pelota volverá a rodar en la Zona Norte, Centroamérica y Caribe los próximos 7, 10 y 13 de octubre. Ahí, Panamá enfrentará a El Salvador, Estados Unidos y Canadá, respectivamente. Esos nueve puntos en juego podrían significar anclarse al grupo de vanguardia. 

“Todos los partidos van a ser muy duros. A Panamá nunca le ha sobrado nada, entonces lo tenemos claro, sabemos que tenemos que enfrentar cada partido como si fuera el último. Si queremos aspirar a nuestro segundo Mundial, tenemos que jugar puras finales. Nuestro objetivo es claro: no podemos regalar nada”.

A pesar de que el tramo final recién está comenzando, es inevitable pensar en la Copa Mundial. Y más cuando se trata de Rolando Blackburn, quien se quedó muy cerca de ir a Rusia 2018. Su nombre salió en la lista provisional de convocados, pero en el último corte ya no volvió a aparecer. 

“Los obstáculos los veo como una guerra más. Eso me ayudó muchísimo a hacer las cosas bien en mi club. Sabía que en cualquier momento iba a volver a la selección si seguía haciendo goles en la liga. Estamos trabajando fuerte para ser tomados en cuenta. Primero para lograr la clasificación y luego ya para estar ahí. Me entusiasma mucho la idea de estar en un Mundial”.

Las señales están enviadas a todos sus futuros rivales. “Vamos paso a paso. Sin embargo, en estas tres fechas han marcado el camino de lo que quiere esta selección de Panamá. Si seguimos en este nivel futbolístico y mental, con algunas mejoras y cositas por afinar, estoy muy seguro de que vamos a dar mucha pelea”, finaliza.