jueves 05 agosto 2021, 07:56

Suecia-Canadá: Los expertos analizan a las finalistas

  • Los expertos técnicos de la FIFA ponen bajo la lupa a las aspirantes al oro

  • La variedad ofensiva de Suecia y el sólido rombo en la medular de Canadá, en el foco

  • Pascal Zuberbühler da su punto de vista sobre las porteras Lindahl y Labbé

Un extraordinario Torneo Olímpico de Fútbol Femenino, lleno de emoción y súper entretenido, está tocando a su fin, y ya solo quedan dos selecciones en la pugna por subir a lo alto del podio.

Con vistas al histórico duelo decisivo de Tokio 2020 que disputarán este viernes Canadá y Suecia, los expertos técnicos de la FIFA comparten sus reflexiones sobre el partido por la medalla de oro y resaltan las cualidades de algunas de las protagonistas que podrían resultar decisivas.

April Heinrichs (Experta técnica de la FIFA)

Los aficionados pueden esperar un juego ofensivo y positivo con unas transiciones en ataque constructivas, una posesión en progresión y ocasiones de calidad creadas en ambas áreas. Preveo un partido muy abierto porque ambas selecciones pueden percibir una oportunidad especial para ganar la medalla de oro por primera vez y, por ese motivo, atacarán incesantemente.

Suecia parece tener ventaja en la variedad de su juego ofensivo. Es capaz de cambiar el sentido del ataque en el mediocampo desde un juego vertical por el centro hasta generar superioridades numéricas por las bandas que concluyan con centros de calidad para buenas rematadoras en el área, como Stina Blackstenius, Sofia Jakobsson, Fridolina Rolfo y Kosovore Asllani. Además de ser siempre buena en las jugadas a balón parado, Suecia también puede jugar rápidamente en transición a lo largo del campo y penetrar al área con internadas organizadas.

Canadá, por su parte, se muestra tranquila, confiada y paciente en la progresión de la posesión. También tiene algunas excelentes jugadoras ofensivas, empezando por la máxima goleadora de todos los tiempos en el fútbol internacional, Christine Sinclair, que está apoyada competentemente por jugadoras de la talla de Janine Beckie, Jessie Fleming y Nichelle Prince. Con esta calidad arriba, Canadá también es peligrosa a balón parado.

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Pascal Zuberbühler (Especialista en guardametas de la FIFA)

En Hedvig Lindahl, Suecia tiene una portera muy experimentada que sabe cómo jugar en los partidos importantes, lo cual podría resultar crucial en la final. En la Copa Mundial Femenina de la FIFA Francia 2019, Lindahl hizo un campeonato fantástico, ayudando a su selección a quedar tercera. La arquera de 38 años lee el juego excepcionalmente y no solo es magnífica parando disparos, sino que también comprende cómo y cuándo ayudar a su línea defensiva. Su excelente posición de partida le permite interceptar cualquier balón que se envíe a la espalda de la defensa. Con el balón en los pies, Lindahl también tiene el repertorio completo al distribuir el juego: puede cambiar de una progresión lenta a una rápida, así como variar entre pases cortos y patadones largos.

La defensa de Canadá también sabe cómo proteger su portería, como demuestra claramente su balance de sólo 3 goles encajados (conseguido a través de un sólido esfuerzo colectivo). Stephanie Labbé, su portera de 34 años, aporta una enorme experiencia y transmite confianza a sus compañeras de selección. Es muy valiente a la hora de lidiar con balones altos o situaciones de uno contra uno; y físicamente es una guardameta fuerte que, claramente, se ha preparado bien para este torneo.

Ha hecho muchas paradas cruciales durante estos Juegos Olímpicos, incluidas dos en la tanda de penales de los cuartos de final contra Brasil. Tenemos interés en ver cómo hará frente Labbé a los balones que seguramente se enviarán buscando ganar la espalda a la defensa canadiense, así como a los balones altos que Suecia tratará de colgar al área. Conseguir batir a estas dos porteras en la final podría resultar todo un reto.

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Harry Lowe (Analista de rendimiento futbolístico de la FIFA)

El impresionante balance defensivo de Canadá en estos Juegos Olímpicos puede atribuirse a su estructura compacta y disciplinada en un 4-4-2, con una formación en rombo de su medular sin posesión del balón. Este esquema ha hecho que a las selecciones de este torneo les resulte muy difícil avanzar por el centro, como pudimos observar en la semifinal contra Estados Unidos. La pareja de delanteras canadienses, Prince y Beckie, desempeñan un papel esencial a la hora de perturbar la progresión en origen, canalizando las transiciones defensa-ataque rivales hacia zonas centrales, mientras que la pantalla de tres jugadoras que forman en el mediocampo Fleming, Desiree Scott y Quinn se mantiene compacta para impedir la penetración por el centro.

Suecia, con su sistema 4-2-3-1, es una selección que trata de avanzar verticalmente y con rapidez a través y por encima de las líneas defensivas de sus rivales, otorgando una responsabilidad importante a sus jugadoras centrales para subir el balón desde la zaga hasta la delantera. Las defensas centrales Nathalie Björn y Amanda Ilestedt y las mediocentros Caroline Seger y Filippa Angeldahl tienen la misión de penetrar en el mediocampo de las rivales. Las jugadoras de banda de Suecia comparten la responsabilidad de venirse hacia el interior para asociarse con una jugadora ofensiva central entre las líneas medular y defensiva.

Chris Loxston (Analista principal de rendimiento y perspectivas de la FIFA)

Suecia hizo una clarísima declaración de intenciones en su primer partido, al imponerse por 3-0 a la ganadora de la Copa Mundial Femenina de la FIFA 2019, Estados Unidos. Se ha mostrado muy regular durante todo este torneo; e incluso cuando fue por debajo en el marcador contra Australia en la fase de grupos, mantuvo su filosofía de juego y acabó saliendo airosa. Sus movimientos ganando la espalda a las defensas están siendo un rasgo impresionante y destacado de su juego.

En particular, en el perfil de movimiento de Sofia Jakobsson vemos carreras de fuera hacia dentro, de dentro hacia fuera, de estar en fuera de juego a no estarlo… todo ello seguido por rápidos movimientos ganando la espalda a la defensa contraria. El gran problema para Canadá en la final será que Blackstenius, Rolfo y Asllani también tienen perfiles de movimiento similares. Asimismo, Suecia ha venido mostrando una tendencia a sobrecargar el área con varias jugadoras cuando se acerca al área contraria. No resulta sorprendente cuántos goles y ocasiones se han creado a partir de centros y cabezazos, así como de pases de la muerte. Sin duda, será un aspecto con el que tendrá que lidiar Canadá en la final. Las canadienses lo están haciendo muy bien en este torneo entorpeciendo al equipo contrario en la creación de juego y la progresión del balón. En la semifinal contra Estados Unidos, ejercieron constantemente una presión directa sobre cualquier jugadora que trataba de subir el balón por el centro, lo que a menudo provocó una pérdida de la posesión y una oportunidad de contraatacar para Canadá.

El combinado de Bev Priestman es peligroso en estas situaciones porque varias jugadoras suelen hacer una transición rápida para apoyar el ataque. Esa combinación entre la intención de Suecia de romper las líneas para una rápida progresión vertical y la presión constante de Canadá será un aspecto fascinante de ver en la final. Canadá es otra selección que se ha mantenido coherente con su filosofía de juego y ha aprovechado sus ocasiones cuando se presentaban. Priestman, su seleccionadora, ha creado un equipo bien organizado y bien preparado que afronta cada partido con un planteamiento muy claro.

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Elisabeth Loisel (Experta técnica de la FIFA)

Canadá no partirá como favorita frente a una selección sueca que ha causado una muy buena impresión desde el comienzo de este Torneo Olímpico de Fútbol Femenino. La selección canadiense ha mostrado una gran solidaridad en su juego, y su defensa es capaz de asimilar un montón de presión sin resquebrajarse. Es sólida en los duelos individuales, como demostró contra Estados Unidos en semifinales, y es letal con sus ocasiones, que a menudo se crean mediante contragolpes verticales y directos. Estará en una final olímpica por primera vez, y esta motivación podría ser una baza importante para las canadienses. Suecia participará en su segunda final olímpica tras su derrota en 2016, y no cabe duda de que esta vez aspirará al oro. Aunque las suecas tuvieron más dificultades en la semifinal contra Australia que las que habían tenido para vencer a sus anteriores rivales, el potencial que han demostrado durante toda la competición corrobora su etiqueta de favoritas al título. La selección sueca ha desarrollado un juego de calidad construido desde la defensa, y puede alternar un juego ofensivo por el centro en torno a Blackstenius, o bien por las bandas, donde hace muy buen uso del ancho del campo y sabe aprovechar los carriles. Ese segundo método es especialmente eficaz por la derecha, donde la bonita sociedad entre Jakobsson y Glas ha prosperado de veras. En esta final, Lindahl y su defensa central tendrán que volver a demostrar toda su calidad ante los duelos por alto, pues normalmente se trata de uno de sus puntos fuertes. Será interesante ver cómo lidiarán las suecas con el juego directo de Canadá, y cómo gestionarán tácticamente las canadienses, con su rombo en el mediocampo, el juego de Suecia por las bandas.