Jennifer Sosa tiene un carácter alegre, una sonrisa contagiosa y una historia que impresiona para sus 14 años.

La arquera de la selección anfitriona de la Copa Mundial Sub-17 de la FIFA Uruguay 2018 nació en Nueva York porque Héctor, su papá, emigró hacia Estados Unidos buscando oportunidades. Tenía apenas 9 cuando su casa en el Bronx se incendió y perdió todo.

“Estábamos por acostarnos a dormir y vimos humo por debajo de una puerta. La casa se estaba prendiendo fuego y no tuvimos tiempo de hacer nada”, cuenta la gurisa a FIFA.com en un español casi perfecto, aunque con acento.

“Quedamos en la calle y nos llevaron a un refugio en el que te ayudan a encontrar hogar. Algunos demoran años en salir, pero a nosotros nos llevó solo seis meses. Tuvimos mucha suerte”.

En ese momento apareció el fútbol en su vida. “Mi papá me llevaba a jugar para distraerme. Un día empezó a pelotearme, atajé bien y al llegar a casa le dijo a mi mamá que yo tenía condiciones para el arco”.

Jennifer siempre relacionó “al fútbol y a la Celeste con la cultura uruguaya”, y hasta tiene recuerdos de celebrar la Copa América 2011. Pero la pasión por la pelota surgió después, cuando ya había sido descubierta por el New York City FC y debió hacer varios sacrificios para ir a entrenar.

Tras verla competir con chicos mayores, su papá creó una página de Facebook para subir sus fotos y vídeos, una cosa llevó a la otra y Jennifer recibió la convocatoria a mediados de 2017.

Así, todavía con 13 años, pisó por primera vez suelo uruguayo.

“Me quedé entrenando durante tres meses, y en septiembre regresé a Estados Unidos a terminar la escuela media. Me gustó mucho todo lo que viví”, cuenta Jennifer, quien vivió en casa de su padrino.

Recién volvió a Uruguay en mayo, para la gira de preparación por China. A esa altura ya sabía el himno de memoria. “Papá me dijo que, para ser como las otras chiquilinas y totalmente uruguaya, debía aprenderlo. Así que lo practicaba en todos lados”.

De pensar en cómo será cantarlo al próximo martes 13 a estadio lleno en el debut ante Ghana, Jennifer se pone nerviosa y hasta busca en inglés una palabra que no le sale en castellano, pero sin perder el humor.

“Será emotional [emocionante], pero nos hemos preparado mucho para este día. El objetivo es ganar el primer partido, pasar de fase, y ver. Todas soñamos con alzar el trofeo y ayudar a resaltar el fútbol femenino aquí”.