jueves 13 mayo 2021, 11:03

Brian Rodríguez, el que sentó cabeza

  • Es una de las apuestas jóvenes de Tabárez en Uruguay

  • El extremo lleva 3 goles en 9 partidos con la Celeste

  • Habla de su maduración, la selección y las eliminatorias

Era 2016 y Brian Rodríguez llevaba poco tiempo en Peñarol cuando el legendario José Perdomo, responsable de su llegada al club, lo bautizó “Locura”. “Tenía 15 años y un cohete en la cabeza, era un loco”, dijo el ex volante de la selección uruguaya, campeón de América en 1987 y mundialista en Italia 1990.

Tres años después, Rodríguez emigraría a Estados Unidos como el fichaje más caro en la historia del club, pero bajo otro apodo: el “Rayito”. Un sobrenombre que, en vez de resaltar algo de su personalidad, representa su manera electrizante de jugar: es un extremo diestro, hábil y veloz, desequilibrante por ambas bandas y con poder de gol.

Los que sucedió en el medio, entre un apodo y otro, fue clave para que Oscar Tabárez confiara en él para la selección mayor en 2019, a punto tal, incluso, de ponerlo como titular en el arranque de las eliminatorias para la Copa Mundial de la FIFA Catar 2022™.

El mismo Rodríguez explica qué pasó FIFA.com. “Primero, no me resultó fácil el cambio de Tranqueras a Montevideo. Yo me crié en un pueblo chico y era muy inquieto. A los 5 me portaba mal y una maestra sugirió a mis padres que haga fútbol para que gastara energías. Era vago”, dice el actual jugador del Almería español.

“Después, me costó adaptarme al estilo de vida del profesionalismo, a cumplir con las normas. Con 17 años, debuté en Primera y me sumé a un plantel de gente adulta, que no cometía errores. Yo cometí muchos, viví cosas de golpe que no supe manejar. Por suerte, varios de ellos hablaron conmigo y eso me ayudó a madurar”, sigue Rodríguez, que cumplirá 21 el 20 de mayo.

En ese proceso, si bien fue parte las juveniles uruguayas desde la sub-17, se perdió el Campeonato Sudamericano Sub-20 de 2019. Sin embargo, su crecimiento en Peñarol, donde aportó dos goles y cuatro asistencias para la obtención del Torneo Apertura, del que fue el Mejor Jugador Joven, le permitió viajar ese año la Copa Mundial Sub-20 de la FIFA de Polonia.

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Allí, Rodríguez resultó uno de los jugadores destacados de Uruguay, colaborando con dos tantos y una asistencia en cuatro partidos para que el equipo alcance los octavos de final. “La tristeza por no ir al Sudamericano se pagó con representar al país en un Mundial. No tiene comparación, es lo más importante”.

Al poco tiempo llegó su traspaso a Los Ángeles FC de la MLS estadounidense, otro gran cambio que, aclara, fue bastante menos traumático por una razón puntual. “Ya tenía una ‘mental coach’, y eso me ayudó en lo personal a adaptarme a otro país, a una gran ciudad como Los Ángeles, a otro idioma y a jugar con gente de otras culturas”.

Aún así, le sorprendió la primera convocatoria de Tabárez a la mayor, en agosto de 2019, para sendos amistosos en Costa Rica y Estados Unidos. “Salí de casa para entrenar y mi novia me manda una foto con la lista. ¡No sabía si reírme o llorar! La veía de reojo, pero sin expectativas, no estaba pendiente. No me imaginaba tan joven en la selección, recién llegaba a Los Ángeles y no era titular. Yo esperaba jugar y luego ver”.

La perspectiva de compartir plantel con muchos de los que admiraba de hincha fue otra experiencia en sí misma. “Llegué a Costa Rica un rato antes de almorzar, subí a ponerme la ropa de la selección, ¡y no quería bajar! Me fue a buscar un ayudante del ‘Maestro.’ Cuando lo vi, se me nubló todo. Estaba tan contento como nervioso”.

En la cancha pareció todo lo contrario: fue titular en ambos partidos y marcó ante los estadounidenses su primer gol, en una jugada con su sello: entrando por izquierda a pura gambeta y de zurda. “Venía con la pólvora mojada y me salió todo redondo”.

En la siguiente fecha FIFA, en octubre, marcó su segundo gol, esta vez de derecha, entrando por derecha. Y en noviembre cumplió con otro sueño: conocer a Luis Suárez y Edinson Cavani, con quienes además compartió ataque de movida ante Hungría. Es más, el Pistolero lo asistió para su tercera diana en cinco juegos.

“¿Sabés lo que jugar con tus ídolos? ¡Es fácil! Y afuera del campo, son como cualquier otro, muy normales. Es más, Suárez me ganó a la Play y me volvió loco. ¡Mirá si me voy a quejar porque me cargue Suárez!”, cuenta entre risas.

Tabárez elogió a Rodríguez. “Creo mucho en los futbolistas que vuelven de las difíciles, que se reinventan, y muestran una nueva dimensión. Él ha estado a la altura de las oportunidades. No teníamos un jugador con tanta velocidad, tan buen golpe de pelota con ambas piernas, con esa capacidad para decidir en el último tramo de la cancha”.

Así las cosas, sumado a su buen nivel en Los Ángeles, no extrañó que fuera titular en el inicio del clasificatorio mundialista, ante Chile (2-1) y Ecuador (2-4). “Fueron juegos duros como esperaba. Yo, alguna vez, pensé que, si le ganas a Ecuador en Montevideo, tenés que ganarle en Quito. Pero vas allá y es muy distinto. Muchas cosas influyen en estos partidos”.

El atacante luego no jugó en Colombia (3-0), pero entró desde el banco con Brasil (0-2). Con seis puntos, Uruguay marcha 5º, en zona de repesca. “Apostábamos a más, pero no está mal. Le ganamos a Chile, que es duro, y a Colombia en Barranquilla. Las eliminatorias son bravas, siempre nos cuestan”.

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Con la continuidad del clasificatorio y la Copa América por delante, Rodríguez acepta las obligaciones, pero con reparos. “Somos un país chico, pero futbolísticamente muy grande, que viene haciendo las cosas bien, y eso provoca esperar buenos resultados. Yo, igual, prefiero no sentirme más que nadie”.

Antes de ponerse en ‘modo selección’, Rodríguez se concentra en el presente. Su préstamo en el Almería, a donde recaló a principios de año pero juega poco, vence en junio, y aún no sabe si seguirá allí, volverá a Los Ángeles o cambiará de rumbo. “Estoy bien acá y me gusta el proyecto. Por ahora solo pienso en el ascenso a Primera. Después veré”.

Aún así, admite ilusionarse con Catar 2022. “En el último Mundial hubo muchos jóvenes. Hoy sé que tengo chance de ir al próximo, lo que me motiva a seguir trabajando. Es un objetivo que tengo en mente y está mis planes”.