Lo intentaron una, dos, tres veces. Sin embargo, las puertas nunca se le abrieron a México en el primer tiempo del partido contra Francia en su debut en el Torneo Olímpico de Fútbol Masculino Tokio 2020.

En algunas ocasiones, fue el arquero rival el que mojó la pólvora mexicana. En otras, simple y llanamente la caprichosa suerte de ver la pelota escapar a centímetros de la portería. Y la desesperación comenzó a asomarse. 

“En el primer tiempo a ambos equipos nos costó adaptarnos al ritmo de juego. De nuestro lado el equipo se dividió bastante y eso no era lo que estábamos entrenando”, comenta Alexis Vega en una plática exclusiva con FIFA.com.

Pero es justo en esos momentos nublados es cuando los líderes alzan la mano y traen la luz al resto del equipo. Un grito al compañero, un pase preciso, una jugada distinta... Y Alexis Vega es justamente uno de ellos. 

“He tenido varias lesiones que me ayudaron a madurar un poco más rápido, a ver las cosas de otra manera y valorar muchísimo donde estoy parado. Pero también es gracias a mis compañeros que me dan la oportunidad y hacen que todo sea súper fácil. Adentro de la cancha me siento muy cómodo”.

Pitó el árbitro y en el vestidor Jaime Lozano, su seleccionador, solo tuvo palabras de aliento para el Tri durante el descanso: 

“Nos dijo que lo estábamos haciendo bastante bien, pero que el equipo se partía en varios lapsos. Teníamos que estar más compactos y ser más agresivos. En el segundo tiempo ya se vio el cambio”. 

Entonces jugaron por nota. No habían pasado ni dos minutos cuando Vega anotó el primero de la tarde, desencadenando la goleada azteca. “Rescatamos la posición del balón, tuvimos una idea de juego y fuimos merecedores del resultado. Esperábamos un partido muy cerrado, pero tuvimos las oportunidades y las concretamos”. 

“Desde antes de que llegáramos a Tokio los veníamos estudiando. El cuerpo técnico nos pasaba vídeos de todas sus líneas y nos daba todas las herramientas para saber qué hacer. Luego ya nosotros en la cancha tomamos decisiones, las que creemos convenientes de acuerdo al momento del partido”.

Con las lecciones aprendidas del primer partido, ahora miran hacia adelante y solo piensan en Japón, país anfitrión de los Juegos Olímpicos: 

“Va a ser el rival más complicado. Es el local y juega bastante bien al fútbol. Ya los hemos estado observando para ver cómo les podemos hacer daño. Estoy seguro de que si seguimos trabajando de la misma forma, va a ser un gran partido”. 

Y parte de ese trabajo de preparación será no perder los pies del piso luego de la goleada ante Francia, uno de los equipos cuyo nombre siempre se ha mencionado entre los candidatos al oro. 

“Seguir trabajando con la misma humildad. El sacrificio de cada uno de nosotros, poniendo nuestro granito de arena, será fundamental. Va comenzando el torneo, no hemos ganado nada; sabemos que debemos tener los pies en la tierra para seguir cosechando porque venimos con la mentalidad de jugar seis partidos”. 

México ya mostró sus cartas al mundo y buscará repetir la gesta de Londres 2012 en unos Juegos Olímpicos peculiares. “Son diferentes por la pandemia. Pero es algo increíble de todas formas y quedará en la historia. Está siendo muy padre. En la Villa Olímpica todo es muy padre; nos han tratado súper bien y estamos conviviendo con atletas de otras disciplinas. Luego en los estadios no hay gente, pero sabemos que a lo lejos nuestra gente nos apoya”.

El mensaje a sus siguientes rivales, desde luego, es tan contundente como él lo es en la cancha. “Nuestro sello es que somos muy intensos y presionamos bastante. Somos un equipo compacto que estamos en la misma sintonía; muy vertical, que le gusta contragolpear mucho y somos contundentes en la definición. Estamos muy motivados para hacer historia”, finaliza.