martes 24 enero 2017, 11:12

Ricar: "No podemos perdernos otro Mundial"

Aquella noche de noviembre de 2009, tras perder con Portugal el partido por el tercer puesto de la Copa Mundial de Beach Soccer de la FIFA de Dubái, en Emiratos Árabes Unidos, Ricardo Martínez supuso que tendría revancha apenas dos años más tarde en Rávena, Italia.

En ese entonces nadie, ni compañeros, ni rivales ni entendidos, se habría atrevido a cuestionar a Ricar, como se lo conoce en el mundo del fútbol playa. Si Uruguay nunca había faltado a un Mundial desde la edición inaugural en 2005 y además había sido subcampeón en 2006 y tercero en 2007...

Y sin embargo, aquel fue el último partido mundialista de la Celeste sobre la arena hasta hoy.

"Es cierto, jamás se nos hubiera cruzado por la cabeza que podíamos perdernos todos los Mundiales siguientes", confiesa a FIFA.com el ala de 34 años, único sobreviviente del plantel de 2005. "Pero la realidad no miente, y dice que no nos ha dado para hacerlo", agrega el jugador con más encuentros (25, junto al ya retirado Parrillo) y goles (27) de Uruguay en la competición madre.

La pregunta del millón, por supuesto, es por qué. "Por un lado, el deporte es cada vez más profesional, más exigente, y no nos hemos adaptado tan rápido a ese cambio en Uruguay", razona Ricar, quien comparte el fútbol playa con su trabajo como electricista en el área de mantenimiento de AEBU -Asociación de Bancarios de Uruguay-  en Canelones, su ciudad natal.

"Por el otro, mucho ha tenido que ver nuestro rendimiento, tanto colectivo como individual. Y es algo que nos pesa, claro. Pero hemos aprendido a cambiar el chip, porque si no el asunto de no ir al Mundial te come la cabeza. Lo que pasa es que llega el momento de encarar la eliminatoria y eso vuelve. Y esta vez no es la excepción".

Objetivo Bahamas 2017 El clasificatorio es en Paraguay entre el 5 y 12 de febrero, y pone en juego tres plazas para Bahamas 2017. En la primera fase hay dos grupos de cinco, donde jugarán a una ronda todos contra todos. Uruguay quedó en el Grupo A junto al local, Argentina, Chile y Bolivia. Los dos primeros de cada zona se cruzarán en semifinales. Los finalistas y quien complete el podio irán al Mundial.

Es ahí donde Ricar hace hincapié. "Las eliminatorias ahora son más competitivas, mucho más difíciles", sentencia. "Para empezar, algo que no cambió es que Brasil se lleva un cupo seguro, y por suerte no la tenemos en la zona. Es difícil que se le escape, está muy por encima de todos. Le podés ganar, pero una cada 1000 veces. Entonces peleás por dos lugares, no tres".

"Después, el resto ha crecido muchísimo: Paraguay, Chile, Ecuador, Venezuela... Antes sabías que, con todo respeto, había partido 'ganables', pero hoy son todos una 'guerra'. Hasta a Argentina, que se ha clasificado siempre, cada vez le cuesta más. Ya nadie llega mal preparado".

Ricar lo sufrió como nunca dos años atrás en el clasificatorio de Ecuador, cuando una victoria ante Perú en la última jornada de fase de grupos le hubiera dado a Uruguay el pase a semifinales. Pero una impensada derrota, sumada a una más inesperada victoria de Argentina sobre Brasil, lo dejó sin la doble chance que significaba disputar las instancias decisivas.

"Si en la previa del torneo nos decías que dependeríamos de ganarle a Perú para meternos en semifinales, lo firmábamos. Pero cometimos errores imperdonables, que antes no te salían tan caro contra la mayoría de los rivales. Ahora casi siempre terminan dentro de tu arco".

Ricar confía en que sea distinto esta vez, y esgrime razones futbolísticas. "Hemos trabajado mucho para recuperar la marca, que era el sello del equipo subcampeón del mundo en 2006. Hoy el juego pasa por defender, ya no es todo 'jogo bonito'. Por eso Brasil perdió los últimos mundiales".

Uruguay terminó cuarto en la pasada Copa América, que se jugó en diciembre de 2016, por detrás de Brasil, Paraguay y Venezuela. "Si bien todos llevamos jóvenes para foguear, sirve como medida. Estamos para dar pelea", avisa Ricar, quien se inició en el fútbol playa a fines de 2004, cuando el arquero Diego Monserrat, otro de los históricos ya retirados, lo invitó a probarse en la selección.

Con el clasificatorio encima, no es hora de analizar el retiro para el último de los mohicanos, lo corone o no con el viaje a Bahamas. Sobre todo, después de superar una hernia de disco que lo tuvo a maltraer durante gran parte del año pasado. "Ya tengo el fútbol playa muy adentro, y no me imagino dando un paso al costado todavía. Hoy solo pienso en la eliminatoria: no podemos perdernos otro Mundial".