Más de 300 voluntarios han estado apoyando durante los partidos de la Copa Mundial Femenina de la FIFA en Dunedin/Ōtepoti. Uno de ellos es Josh Perry, que tiene una historia especial que contar.

JP, como le gusta que le llamen, está postrado en una silla de ruedas debido a su parálisis cerebral. El mismo, que encarna el llamamiento del torneo a "Unite for Inclusion" (Unidos por la inclusión), es un respetado miembro del equipo de operaciones de los medios de comunicación en la sede más meridional que jamás haya albergado una Copa Mundial de la FIFA.

Durante los partidos disputados en el Estadio de Dunedin, JP, de 31 años, ha desempeñado varias funciones relacionadas con los medios de comunicación: dirigir a los fotógrafos sobre el terreno de juego, ayudar a los medios en la zona mixta, el lugar dónde se entrevista a los jugadores después de los partidos, y ayudar a los medios durante las ruedas de prensa.

"Esta experiencia ha sido absolutamente increíble", afirma JP, que nació en Melbourne, pero se trasladó a Aotearoa Nueva Zelanda siendo muy joven.

"Especialmente en la zona mixta, el ruido de todas las cámaras era increíble. Todo se disparaba", sonríe JP, a quien la estrella holandesa Jackie Groenen regaló una camiseta después del partido contra Portugal.

Este ferviente hincha del Arsenal no iba a perderse la oportunidad de participar en un Mundial a sólo unas manzanas de su casa, pero también tenía muchas ganas de aprender acerca de la organización de grandes acontecimientos y sobre medios de comunicación.

"He estado dirigiendo mi propia organización sin ánimo de lucro para personas con necesidades de accesibilidad, Enabling Love and Friendship, así que espero poder utilizar en mi ONG todo lo que aprenda aquí", explica JP, cuya organización lleva funcionando casi cinco años, con más de 250 miembros en toda Aotearoa Nueva Zelanda.

"La dirijo con el apoyo de mis padres. Ya he aprendido mucho sobre cómo dirigir la organización de forma más eficiente", dice el voluntario, que fundó la ONG tras terminar su Diplomatura en Marketing en el Otago Polytechnic.

"Ver cómo organiza la FIFA un acontecimiento como éste es algo que me ha abierto los ojos y, sobre todo, cómo colabora con los voluntarios. También somos todos voluntarios en nuestra organización, así que hay muchas ideas que puedo utilizar después de la Copa Mundial."

Perry elogió especialmente a sus compañeros voluntarios de Dunedin/Ōtepoti por ser tan acogedores y solidarios.

"Los primeros días fueron bastante duros, y me sentí un poco fuera de lugar, pero con el apoyo de los demás aprendí rápidamente cuál era mi papel. Tenemos un gran equipo", dice este hombre al que no le asustan los retos.

"Si quieres aprender cosas nuevas, tienes que arriesgarte, y mi trabajo en la Copa Mundial me ha dado mucha más confianza", afirma JP.

El voluntario de Dunedin ha tenido la suerte de estar a poca distancia de las jugadoras en el campo durante algunos partidos, y como aficionado al fútbol de toda la vida se ha quedado asombrado por el nivel de habilidad que ha visto.

"No me puedo creer la clase que tienen estas jugadoras, lo rápido que se mueven y lo fuerte que golpean el balón".

Admite que la Copa Mundial Femenina de la FIFA dejará un vacío en su vida cuando el certamen se traslade de Dunedin/Ōtepoti, pero ya ha puesto la mira en más acontecimientos.

"El año que viene seré voluntario en el Abierto de Golf de Nueva Zelanda, y sin duda quiero formar parte de la próxima Copa Mundial masculina en 2026".