La Copa Mundial Femenina de la FIFA 2023™ recibió críticas positivas por parte de jugadoras, entrenadores, aficionados y medios de comunicación. Con la ampliación del número de selecciones participantes de 24 a 32 por primera vez en la historia, había preocupaciones antes del torneo sobre una posible "brecha" demasiado amplia entre los equipos más veteranos y los ocho debutantes en la competición celebrada en Australia y Nueva Zelanda.

No obstante, en contra de lo esperado, el torneo experimentó un descenso del nueve por ciento en el promedio de goles por partido, disminuyendo de 2,81 en las ediciones de 2015 y 2019, a 2,56 en la edición de 2023. Al mismo tiempo, los partidos con porterías en ceros se incrementaron en un 14% en comparación con 2015, registrándose diez empates sin anotaciones, en contraste con los cuatro de 2015 y 2019.

Los empates sin goles no suelen ser motivo de celebración para los organizadores de torneos pero, en el caso de la Copa Mundial Femenina de la FIFA 2023™, para el Grupo de Estudios Técnicos de la FIFA y los seleccionadores, la reducción de la tasa de goles reflejó el aumento de la competitividad y el crecimiento del juego a nivel mundial.

"El juego es más rápido, los espacios son menores, defensivamente es más compacto, se conceden [menos] goles, las porteras son mejores", afirmó Jill Ellis, que como seleccionadora de Estados Unidos ganó dos veces la Copa Mundial Femenina de la FIFA en 2015 y 2019 y ahora es miembro del GET. "Atrás quedaron los días (en los que) son solo tres o cuatro las selecciones los que tienen jugadoras realmente especiales; casi todos los participantes en este torneo tenían una jugadora muy especial, una jugadora de clase mundial".

La táctica también ha evolucionado: "Vimos mucha más flexibilidad por parte de las selecciones... Hubo rotación de jugadoras, hubo flexibilidad en los sistemas, los seleccionadores hicieron cada vez más ajustes, lo que, de nuevo, habla de la profundidad de las jugadoras que tienen y de lo bien que están entrenadas, pero también de nuestros seleccionadores y seleccionadoras y de su crecimiento y evolución en el juego".

Gemma Grainger, que fuera seleccionadora de Gales y ahora en el cargo en Noruega, dijo que las mejoras reflejaban la inversión que la FIFA ha hecho en el fútbol femenino a nivel mundial bajo la Estrategia de Fútbol Femenino, elaborada en 2018.

"Cuando yo jugaba, nunca podría haber imaginado la infraestructura que existe hoy en día. Para mí, como jugadora, si ahora tuviera 15 años, el recorrido sería muy diferente", destacó.

"Creo que se debe a la inversión: la inversión de la FIFA, la inversión en todo el mundo en el fútbol y la profesionalización. El fútbol femenino está en el camino de la profesionalización… Se puede ser jugadora profesional a tiempo completo, pero no sólo en los clubes, sino también en las selecciones nacionales".

Jitka Klimková, que condujo a las coanfitrionas a la primera victoria de una selección oceánica en la Copa Mundial Femenina de la FIFA, explicó que se había producido una mejora general, y que las jugadoras estaban ahora bajo los focos.

"Se trata de decisiones mucho más rápidas con el balón, de un acondicionamiento diferente", añadió Klimková. "La [preparación física] de las jugadoras es totalmente diferente a la de hace 10 años. Las exigencias en los partidos son diferentes. La presión influye mucho más, porque ahora a las jugadoras se les ve de verdad".

"Estamos contentos de que nos vean, estamos contentos de que haya mucha gente en los estadios, estamos contentos de que haya gente que siga de verdad a nuestras jugadoras, así que están [en] el radar, bajo la cámara todo el tiempo....... Veo, de verdad, en cada pilar del juego, una mejora increíble".

Tony Gustavsson, que llevó a Australia a su primera semifinal, añadió que la psicología también estaba desempeñando un papel importante. "Al fin y al cabo, es el juego mental, cuando estás en ese momento de ganar o perder los partidos. Ese único momento que puede hacerte ganar o perder el partido y, normalmente, eso se reduce al aspecto mental".

En cuanto al futuro, Jill Ellis afirmó que hay sitio para más especialistas a balón parado. "Yo no diría que todas las selecciones cuentan con una lanzadora de jugadas a balón parado de categoría mundial, y eso es lo que a veces marca la diferencia: el margen que existe en la máxima categoría a la hora de marcar goles. Por lo tanto, creo que seguiremos viendo evolucionar y crecer a esa especialista a balón parado", afirmó.

"Y creo que la inteligencia general de las jugadoras, la sofisticación de los movimientos, la interacción que se ve, la rotación de posiciones. Creo que es un área en la que seguiremos viendo un crecimiento masivo".

El equipo de FIFA Football Performance Insights colabora para recopilar datos durante un torneo y trabaja con el Grupo de Estudios Técnicos para analizarlos e interpretarlos. El mismo detalle y nivel de recopilación de datos se aplica por igual, ya se trate de la Copa Mundial Femenina de la FIFA 2023™, la Copa Mundial de la FIFA Catar 2023™ o los torneos juveniles masculinos y femeninos sub-17 y sub-20 de la FIFA.

Los datos permiten a los equipos hacer comparaciones entre torneos y entre diferentes grupos de edad para entender dónde se está produciendo el desarrollo del juego.

Un equipo de 52 analistas trabajó en la recopilación de datos durante la Copa Mundial Femenina de la FIFA 2023, con un analista observando a cada jugadora de manera individual durante todo el partido, recopilando datos sobre cada cosa que hacía esa jugadora.

El equipo de la FIFA recoge alrededor de 15.000 puntos por partido, que se enriquecen con datos de seguimiento, tanto de lo que ocurre con el balón como de los movimientos de las jugadoras.

Puede encontrar más información y análisis en el FIFA Training Centre.