"Es el 30 de septiembre de 1989. En el balcón de la embajada alemana en Praga, el ministro de Exteriores alemán Hans-Dietrich Genscher toma la palabra: "Hemos venido aquí para informarles de que hoy su salida del país...". Los vítores de los miles de refugiados de la RDA ahogan las palabras de liberación de Genscher.

Se trata de una de las frases inacabadas más célebres de la historia de Alemania. Uno de los momentos más importantes del país. Y uno de los hitos que, finalmente, culminaron el 3 de octubre de 1990 con la adhesión de la República Democrática Alemana a la República Federal de Alemania, el conocido como Día de la Unidad Alemana.

En cualquier caso, las personas y el país no fueron los únicos que volvieron a reunirse. También lo hicieron las selecciones de fútbol de la RDA y de la RFA. Varias figuras de Alemania del Este pasaron a compartir vestuario con estrellas mundiales como Lothar Matthaeus, Rudi Voeller, Andreas Brehme y Juergen Klinsmann, entre otros. El Káiser Franz Beckenbauer vaticinó que serían invencibles durante años. Sin embargo, no fue así. Las diferencias se hicieron evidentes. Tras la caída del muro, hace ya 30 años, la reintegración necesitó su tiempo.

"La selección alemana era mucho más profesional. En la RFA siempre íbamos a los mejores hoteles y recibíamos una atención constante. Ahora es aún más exagerado: los jugadores ya no tienen que hacer nada. Pero en la RDA era distinto", recordaba Ulf Kirsten en una entrevista con FIFA.com.

"La RDA habría tenido una selección excelente y habría sido capaz de competir perfectamente a nivel internacional. ¿Hasta dónde habríamos llegado? Eso ya es otra cosa. Lo que sí creo es que, si hubiéramos tenido la oportunidad de disputar otra fase de clasificación para una Eurocopa o un Mundial, nos habríamos clasificado", añadió. El formidable delantero marcó 34 goles en 100 partidos: 49 con la RDA y 51 con Alemania.

Es importante recordar que la RDA también posee un pasado insigne en la historia del fútbol. Si bien el milagro de Berna, los tres triunfos en las Copas Mundiales de 1974, 1990 y 2014, así como las tres Eurocopas son éxitos reconocidos a nivel global y, especialmente, en Alemania, la historia de la selección nacional de la RDA ha tenido menos difusión.

En los Juegos Olímpicos, por ejemplo, la selección de Alemania del Este de la Federación de Fútbol de Alemania Occidental (DFV) cosechó mejores resultados que el combinado del oeste. La fortaleza del equipo olímpico de la RDA radicaba, entre otras cosas, en que su núcleo era el mismo que el de su selección absoluta. Mientras que los países occidentales no podían inscribir a sus jugadores profesionales, todos los jugadores del este estaban considerados amateurs, por lo que estaban autorizados para competir.

Aún hoy suele decirse que la selección de la República Federal de Alemania de la década de los 1970, que conquistó la Eurocopa del 72 y la Copa Mundial del 74, es la mejor de la historia del país. Y algo muy similar podría afirmarse del combinado nacional de la RDA, que también vivió su época dorada en los setenta.

En los Juegos Olímpicos de Múnich 1972, la selección de la RDA se enfrentó al equipo olímpico de la RFA, en el que jugaba Uli Hoeness, con el billete para el partido por el tercer y cuarto puesto en juego. La RDA venció 3-2 y acabó conquistando el bronce. No obstante, su gran golpe llegó cuatro años después, cuando se colgó la medalla de oro en Canadá.

Con su plata en Moscú 1980, la selección de la RDA completó su colección de medallas. Sin embargo, la mayor campanada de su historia futbolística la dio en la prueba reina del fútbol: la Copa Mundial de la FIFA de 1974, que tuvo lugar en la vecina República Federal de Alemania. El azar quiso que estos dos países hermanos se vieran las caras en la fase de grupos, donde la RFA, gran favorita, cayó 1-0 con gol de Juergen Sparwasser.

La RDA también cosechó buenos resultados en las Copas Mundiales juveniles, si bien solamente participó en las ediciones de 1987 y 1989 de la Copa Mundial Sub-20 de la FIFA. No obstante, en Chile 1987, la RDA perdió por la mínima ante Yugoslavia en semifinales (2-1), pero consiguió el bronce tras doblegar al país anfitrión en la tanda de penales del partido por el tercer puesto.

Eduard Geyer, último seleccionador de la RDA, confesó en cierta ocasión que le habría gustado que "el muro se hubiera abierto tres meses más tarde. Quería ir al Mundial". Si bien el sueño que tenían los futbolistas de Alemania del Este de jugar una última Copa Mundial se hizo añicos —habría sido su segunda participación tras la de 1974—, el combinado de la RFA conquistó el título en Italia.

Pero las diferencias siempre han estado presentes. En la temporada 1990/91 de la primera división de la RDA compitieron un total de 14 clubes, y dos de ellos ingresaron posteriormente en la Bundesliga: Hansa Rostock, campeón de la competición, y Dynamo Dresden, subcampeón. Otros seis clubes recalaron en la segunda división de la Bundesliga. Sin embargo, ninguno de ellos compite actualmente en ninguna de las dos máximas categorías del fútbol alemán.

Los acontecimientos de entonces influyeron notablemente en la posterior carrera de Bernd Schneider, como él mismo cuenta. "Lógicamente, en el equipo se hablaba de aquello", recordaba con FIFA.com. "Y pensábamos que sí, que jugar en la Bundesliga podía estar al alcance de nuestra mano".

En aquel momento, Schneider, que acabó siendo un centrocampista de clase mundial, tenía apenas 15 años. Jugaba en el Carl Zeiss Jena, y en 1998 se marchó al oeste para fichar por el Eintracht de Frankfurt. Schneider disputó 81 partidos con la selección alemana, de la que se convirtió en su segundo capitán. En 2006, este jugador de técnica exquisita tuvo el gran honor de capitanear al combinado anfitrión en el encuentro inaugural de la Copa Mundial de la FIFA 2006™.

Schneider sentó las bases de su brillante carrera en los entrenamientos que recibió en Alemania Oriental. No obstante, el "brasileño blanco" —como pasaron a llamarle más adelante por su excelente dominio del balón—, acabó de pulir su estilo gracias a las influencias de la Alemania Occidental.

"No tardé en tener entrenadores procedentes del oeste. Y sí que había diferencias. Daban más importancia a los aspectos tácticos y técnicos, a diferencia de en la RDA, donde la condición física era fundamental, así como los entrenamientos y los ejercicios de resistencia y de fuerza. Durante décadas, ambos estilos crecieron en direcciones distintas".

Aún más consciente de todo lo que pasó durante aquellos históricos meses de finales de 1989 y principios de 1990 fue Kirsten. El delantero vivió la reunificación alemana entrada la veintena, cuando era jugador del Dynamo Dresden. Posteriormente, y ya en el oeste, acabó convirtiéndose en uno de los mejores atacantes alemanes de su generación.

"Para nosotros, que vinieran tantos asesores y mánagers de otros equipos a nuestros partidos o entrenamientos y que se dirigieran directamente a nosotros era una novedad. En la segunda vuelta del campeonato de 1990 lo notamos muchísimo. Nos contactaron infinidad de personas interesadas", cuenta Kirsten sobre el que fue su punto de inflexión.

"En el este entrenábamos más, dos veces al día. Nunca teníamos un día libre. En la Bundesliga era y es normal que el día posterior a un partido los jugadores hagan solamente carrera continua y les den descanso al día siguiente. Para nosotros, aquello era algo completamente nuevo".

Pocos meses después de la caída del muro, Kirsten, que de niño admiraba a Gerd Mueller, fichó por el Bayer Leverkusen. Le abrió el camino su compañero en ataque Andreas Thom, quien aún en 1989 se convirtió en el primer futbolista en dar el salto del este al oeste. En total, entre los años 1989 y 1991, fueron más de 20 jugadores de Alemania del Este los que recalaron en equipos de la Bundesliga, entre ellos futuras estrellas como Thomas Doll, Matthias Sammer, Steffen Freund y la propia pareja de atacantes compuesta por Kirsten y Thom.

"No mucha gente pudo vivir las experiencias que viví yo tanto a nivel deportivo como personal", declaró Sammer en una entrevista concedida a la agencia de prensa alemana. Nacido en Dresde, Sammer conquistó tres títulos de la Bundesliga, ganó la Liga de Campeones y triunfó con Alemania en la Eurocopa de la UEFA de 1996.

"A veces pienso qué habría pasado si no hubiera caído el muro. El hecho de haber podido tomar este camino, también en lo que respecta a mi vida privada, es algo que asumo con humildad y un agradecimiento total. Es casi un regalo divino", subraya Sammer, quien en diciembre de 1990 se convirtió en el primer alemán del este en vestir los colores de la selección alemana, en una victoria por 4-0 sobre Suiza.

En los años posteriores a la caída del muro, un total de 37 jugadores profesionales formados en equipos de Alemania Oriental vistieron los colores de la Alemania reunificada. Entre ellos se encuentra también el campeón del mundo Toni Kroos. Para él, ser el único integrante de la expedición alemana que viajó a Brasil en haber nacido en uno de los nuevos estados federados de Alemania no tiene mayor relevancia. Es un tema que no le toca tan de cerca, puesto que no tuvo el mismo contacto con aquella época como sí lo tuvieron sus padres.

Ya hace 30 años que el muro pasó a la historia. Derribar el muro de la cabeza de las personas, sin embargo, ha costado algo más de tiempo. Eso sí, desde entonces, ha florecido algo que ha servido para unir. Y, al final, eso es lo que cuenta.