"¡No lo sabía, es fantástico!", dijo asombrada Carli Lloyd cuando FIFA.com le recordó que ha marcado en todos los partidos por una medalla olímpica que ha disputado. En 2008, hizo el único gol de la final contra Brasil, en la prórroga, y en 2012 un doblete suyo permitió al conjunto de las Barras y Estrellas ganar el oro frente a Japón.

Este jueves, en Kashima, Carli Lloyd fue de nuevo providencial a la hora de catapultar a Estados Unidos a la conquista de la medalla de bronce ante Australia, al materializar dos dianas. "Me encanta subir mi nivel de juego en las finales, y hoy quería guiar con el ejemplo. El equipo lo necesitaba", señaló la jugadora, de 39 años, que se convirtió este jueves en la segunda futbolista con mayor número de internacionalidades (312) de la historia de su país, tras Kristine Lilly (354).

Sin duda, un verdadero broche de oro a una carrera cuyo fin no desea anunciar a pesar de las repetidas preguntas de la prensa al respecto. "Es una cuestión que tenía en mente, pero siempre he querido ser yo quien tome la decisión. No los medios de comunicación ni los entrenadores. Voy a tomarme un tiempo para pensármelo cuando vuelva a casa".

"Físicamente me siento muy bien, pero en algún momento habrá que colgar las botas y retomar una vida normal. Mi marido tiene muchas ganas de que lo deje", bromeó. "Me pasó por la cabeza. El trayecto hacia el estadio hoy fue distinto. Pensé en muchas cosas, aunque sobre todo quería ayudar a la selección a colgarse una medalla", afirmó Lloyd, ganadora del Premio The Best a la Jugadora de la FIFA en 2015 y 2016.

"Esta noche he marcado dos goles, aunque antes de este partido no había logrado ninguno. Para una delantera, eso hace replantearse las cosas y pensar qué más se puede hacer para ayudar al equipo. En momentos así hay que conservar la confianza y pensar que el balón va a volver a entrar. Ganar trofeos y medallas es estupendo, pero lo que me interesa es siempre dar lo mejor de mí misma. Ha sido difícil, pero llega un momento en el que se obtiene la recompensa", insistió la primera estadounidense en marcar en cuatro Torneos Olímpicos.

Aunque no había visto puerta en toda la prueba, Lloyd apareció en el momento oportuno para impulsar a un combinado que había pasado apuros en estas Olimpiadas. “El primer partido, contra Suecia, fue un duro golpe, y desde entonces no arrancábamos. Nos faltaba esa mentalidad, esa solidaridad que nos hace pelear las unas por las otras”, analizó.

"Cuando se gana continuamente es complicado aumentar una marcha y mantener la motivación de mejorar", apuntó. "Por eso es tan difícil ganar un Mundial y luego repetir en los Juegos Olímpicos. Nos perdimos un poco. La mentalidad, la combatividad, la voluntad… No sé qué fue lo que más nos faltó, pero a lo mejor la forma en que ha transcurrido el torneo nos ayuda a darnos cuenta de lo importante que es esta cultura", incidió la atacante.

"Sobre el papel, seguimos siendo la mejor selección del mundo, pero la calidad no gana medallas. En todas las medallas, todos los Mundiales que he ganado, no éramos necesariamente el mejor equipo, pero sí teníamos la mejor mentalidad y éramos las más combativas. Eso es lo que hemos mostrado hoy".

Nadie sabe cuál va a ser la decisión de Carli Lloyd en los próximos días, pero tanto ella como Megan Rapinoe, los estandartes de los triunfos en Canadá 2015 y Francia 2019, han mostrado el camino a seguir para una selección de las Barras y Estrellas que deberá renovarse para revalidar su título de campeona del mundo y apuntar de nuevo al oro en París 2024.