martes 26 noviembre 2019, 05:33

Laduche, de televidente a capitán de la sorpresa

  • Uruguay está en cuartos de Paraguay 2019

  • Se enfrenta a Japón el jueves 28 de noviembre

  • Laduche: "Es nuestra final del mundo"

La última vez que Uruguay había jugado una Copa Mundial de Beach Soccer de la FIFA, la de Dubái 2009, Gastón Laduche tenía solo 14 años. Y contrariamente a lo que alguno puede suponer, entendía perfectamente de qué se trataba el fútbol playa.

“El uruguayo es muy futbolero, el equipo andaba bien y daban los juegos del Mundial por televisión, así que los veíamos”, dice el joven capitán charrúa a FIFA.com, minutos después de avanzar a los cuartos de final de Paraguay 2019 pese a perder con Tahití.

“Esa era una generación demasiado buena: fue vice campeona del mundo, tercera y cuarta antes de no clasificarse más. Lo de hoy nos vuelve a hacer protagonistas”, agrega en primera persona.

Así conoció “a quienes hoy son nuestros referentes y nos ayudan día a día, como el entrenador (Miguel Aguirre Zabala) o Matías Cabrera, que todavía está jugando”.

De hecho, fue uno de los integrantes de esa generación, Sarandí ‘Pampero’ Sobral, quien le sugirió en 2016 que probara el fútbol playa.

“Llevaba casi dos años jugando fútbol sala cuando me contó que había pruebas buscando nuevos jugadores, y que me veía condiciones. Fui con él y ese día me enamoré del deporte”, explica una de las revelaciones de Paraguay 2019.

Y eso que la adaptación no fue tan fácil. “Un par de veces terminé con ganas de no ir más, pero ahí aparecieron los referentes para explicarme que acá necesitás convicción, dedicación y profesionalismo. Y que depende de uno hasta dónde quiere llegar”.

Laduche, que además ayuda a su padre en una empresa familiar, les hizo caso y este año jugó la dura temporada europea. “Eso me ayudó a llegar en ritmo al Mundial”, razona el ala, que anotó un gol en cada uno de los tres partidos.

batrp77noduihbojr5c3.jpg

El proceso de aprendizaje del capitán, elogiado por su entrenador en una entrevista con FIFA.com, coincide con el del equipo, que antes del Mundial jugó un torneo en Catar y perdió sus tres encuentros, con Rusia, El Salvador y Japón, su próximo rival.

“Si había un momento para cometer errores y corregirlos era ese. Hace dos años que trabajamos sin parar, pero en esas tres semanas aprendimos muchísimo de los rivales y de nosotros. Tenemos nuestras armas”, analiza.

¿Cuáles son? “Intentar minimizar al rival, y desde la defensa generar ataques verticales y rápidos. Quizás no sea el beach soccer más vistoso, y si bien tenemos condiciones para ponerlo en práctica, nos falta experiencia para soltarnos”.

El grupo tiene otras virtudes inherentes al futbolista uruguayo. “Actitud, sacrificio, compañerismo y confiar hasta el final no se negocian. Con Tahití estábamos 1-5 abajo y ese resultado nos dejaba afuera. Pintaba mal, pero no nos entregamos”.

Y a no confundir alegría con satisfacción. “Es lindo estar entre los mejores ocho, pero Uruguay nunca había quedado afuera en la fase de grupos, así que satisfechos nunca. Vamos paso a paso. Para nosotros, el próximo partido es la final del mundo”.