viernes 26 febrero 2016, 12:52

Cuando un fútbol deja huella en otro pueblo

Es consabido que el fútbol une a los pueblos, pues se trata de un lenguaje que vehiculan millones de personas en todo el mundo. El año 2015 dejó patente la fuerza del fútbol: numerosos clubes y asociaciones nacionales se movilizaron para ayudar a los refugiados y, así, recibieron el Premio Fair Play de la FIFA 2015, que recogió el alemán de origen ghanés Gerald Asamoah durante la Gala del FIFA Ballon d’Or 2015.

El propio Asamoah subrayaba así para FIFA.com la importancia del fútbol como factor cohesionador: “El fútbol tiene el poder de unir a las personas. Independientemente de su origen, cualquiera lo conoce y puede practicarlo”.

En el Líbano, todos reconocen la buena integración de los habitantes de origen armenio en una sociedad marcada por la diversidad. Pese a las costumbres y tradiciones específicas de los libaneses armenios, el fútbol siempre ha constituido para ellos una forma de hacerse sitio en el corazón de todos los libaneses durante las últimas décadas.

Los 3.000 espectadores que, hace dos años, acudieron en masa al derbi armenio entre el Homenmen y el Homenetmen son una muestra del amor que profesan por el fútbol los libaneses de origen armenio. Esos dos equipos de Beirut estaban entonces en tercera división, pero el número de espectadores fue superior al de algunos encuentros de primera división.

Wartan Ghazarian es uno de los principales libaneses de origen armenio que han sobresalido futbolísticamente. Hasta hace poco era el máximo goleador en la historia de la selección nacional, hasta que le superó el actual capitán, Roda Antar. Ghazarian, asimismo, participó en dos fases de clasificación para la Copa Mundial de la FIFA™, y formó parte del equipo que representó al Líbano por primera y única vez en la Copa Asiática, hace 16 años.

Ghazarian habló con FIFA.com sobre la importante contribución de los jugadores libaneses de origen armenio al desarrollo del fútbol libanés: “Cuando el Homenmen y el Homenetmen estaban en primera división, había muchos jugadores de origen armenio en la selección libanesa. En su momento, llegó a haber cinco…”

“El Homenmen y el Homenetmen se apoyan en los jugadores de origen armenio, pero muchos de ellos militan en otros clubes”, continuó. “Su contribución ha sido importante merced a su talento, tanto en el fútbol de clubes como en la selección”. ** **

Fe en el futuro Desde el último partido internacional que jugó Ghazarian, el 30 de mayo de 2001 contra Tailandia en la fase de clasificación para el Mundial de 2002, la cantidad de jugadores de origen armenio en la selección fue disminuyendo. De hecho, el último fue Hagob Donabedian, en 2006.

Desde entonces, ningún jugador de origen armenio ha vestido la camiseta de la selección libanesa, que alcanzó la última ronda clasificatoria para Brasil 2014. En esa competición preliminar, Líbano logró derrotar, entre otros, a la República de Corea y a Irán, dos países que acabaron clasificándose para la cita mundialista.

En la competición preliminar de Rusia 2018, los jugadores de origen armenio siguen estando ausentes de la selección, que lucha por seguir adelante en el Grupo G junto a la República de Corea, Kuwait, Myanmar y Laos. Los libaneses mantienen sus aspiraciones de reeditar el resultado de hace cuatro años pasando a la última ronda.

Tal vez esa ausencia se explique por el descenso de Homenmen y Homenetmen a divisiones inferiores, junto a otros factores que resalta Ghazarian: “Claramente, se presta poca atención a las categorías menores en los jugadores del Líbano, y eso explica la ausencia de jugadores de origen armenio en los grandes clubes”.

“Antes, el Homenmen y el Homenetmen se interesaban mucho por los jóvenes jugadores”, añadió el miembro del cuerpo técnico del Tripoli. “Pienso que una recuperación de ese interés permitiría devolver a los jugadores de origen armenio a un primer plano y a la selección nacional”.

Ghazarian espera que la convocatoria con la selección olímpica de Armen Khadarian y Shant Kevorkian por parte de Miodrag Radulovic suponga un primer paso para el regreso a la absoluta de los jugadores de origen armenio, quienes así podrían contribuir a llevar por fin a su país hasta un Mundial.