En 1999, México ganó el primer gran título de su historia: la Copa FIFA Confederaciones. En el tanto decisivo intervinieron dos figuras históricas del Tri.

El contexto El anfitrión México ganó con autoridad en el Grupo A tras vencer a Arabia Saudí (5-1), empatar con Egipto (2-2) y derrotar a Bolivia (0-1). Ya en semifinales, los mexicanos se impusieron 1-0 a Estados Unidos, su gran rival, merced a un gol de oro de —quién si no— Cuauhtémoc Blanco.

Brasil, por su parte, ganó todos los partidos de la fase de grupos, en la que doblegó a Alemania (4-0), Estados Unidos (1-0) y Nueva Zelanda (0-2). En semifinales, ante Arabia Saudí, encajó sus dos primeros goles, pero metió ocho.

La selección brasileña, que llegaba como subcampeona del mundo, era la gran favorita. México, sin embargo, se puso 2-0 en el marcador gracias a los tantos de Miguel Zepeda y José Manuel Abundis antes de que se cumpliera la primera media.

La Seleçao, eso sí, estableció el empate a dos en los primeros compases de la reanudación. Poco después, Zepeda volvió a adelantar a los locales, y en el minuto 62 llegó el momento estelar de Temo.

El tanto decisivo Una combinación entre dos leyendas del fútbol mexicano otorgó al Tri su primer título en un torneo de la FIFA: Rafael Márquez recibió el balón más allá de la línea medular, levantó la mirada y envió un preciso pase en profundidad a Cuauhtémoc Blanco, que se internó por el vértice derecho del área a toda velocidad. El artillero fintó para driblar a Odvan y, desde unos once metros, disparó raso y cruzado al segundo palo.

Apenas un minuto después, Brasil recortó distancias (4-3), pero ya no pudo hacer nada más por cambiar el signo del encuentro.

A la postre, Blanco se alzó además con el Balón de Plata adidas y la Bota de Plata adidas del torneo.

El goleador Cuauhtémoc Blanco Bravo es uno de los mejores futbolistas que ha dado México. Es más, el regate que consiste en bloquear el balón con los pies y, a continuación, saltar entre dos defensores para zafarse de ellos se bautizó en su honor como la Cuauhteminha.

Blanco es también una leyenda de Club América, con el que jugó 15 años entre 1992 y 2007 (intervalo en el que fue cedido, entre otros equipos, al Real Valladolid) y con el que se proclamó campeón por primera vez en 2005.

Cuando tenía 34 años, edad a la que otros profesionales cuelgan las botas, Cuauhtémoc Blanco decidió emprender una nueva aventura y recaló en el Chicago Fire estadounidense.

Tras otras seis experiencias más en distintos clubes mexicanos, en febrero de 2016 —ya con 43 años—, Temo regresó para disputar un último partido con Club América.

Hemos oído... "En la jugada del gol, lo importante era llegar arriba con el balón lo antes posible. Tuve la fortuna de poner un centro bastante aceptable, y eso que fue con la izquierda, mi pierna menos buena. Después, Blanco completó una gran jugada y definió perfectamente. Cuauhtémoc fue, y continúa siendo, un ídolo en México. Era un referente para todos nosotros. En la Copa Confederaciones demostró la calidad que tenía". Rafael Márquez

"Sabía que debíamos hacer una cosa, principalmente, para derrotar a Brasil: meter más goles que ellos, porque estaba claro que aquella selección brasileña de Ronaldinho iba a marcar. Pero nosotros teníamos a Cuauhtémoc. Ambos estuvieron espléndidos en el torneo y acabaron en lo más alto de la tabla de goleadores". Manuel Lapuente, seleccionador de México

"Guardo recuerdos maravillosos de la final en el Estadio Azteca, porque es un recinto en el que se crea un ambiente único. Cuando repaso todos los éxitos que coseché a lo largo de mi carrera, el triunfo en la Copa Confederaciones de México es uno de mis momentos más preciados. Ganar ese título es algo grandioso para cualquier futbolista. Fue una victoria que no olvidaré jamás". Rafael Márquez

*En la antesala de la Copa FIFA Confederaciones Rusia 2017, FIFA.com recuerda cada dos semanas algunos de los goles decisivos que se han marcado en este torneo. *

Entregas anteriores: Goles decisivos: el contragolpe de Rasmussen* En la próxima entrega:* Los franceses insaciables ganan con astucia