Ganar la Copa Mundial de Futsal de la FIFA en 2016 resultó más un punto de partida que uno de llegada para la Asociación del Fútbol Argentino, que se propuso aprovechar ese éxito para buscar el crecimiento sostenido de la actividad.

En ese contexto, el desafío era encontrar la manera de alcanzar a todo el país con una disciplina que tenía su epicentro en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), y cosechar en el tiempo los resultados de ese proceso: más clubes y mejor preparados, mayor competencia, más jugadores sobre el parqué y, eventualmente, una base más amplia de futbolistas seleccionables.

Así surgió la Liga Nacional de Futsal Argentina (LNFA), un torneo para hacer competir a los clubes del interior, agrupados en el Consejo Federal, con los afiliados directamente a AFA. La idea la impulsó Diego Giustozzi, el entrenador de la gesta mundialista, y tuvo el firme respaldo de Claudio Tapia, el presidente de la AFA. El empujón final llegó de parte de la FIFA, que a través del Programa Forward apoyó su lanzamiento en 2018.

La ayuda logística y financiera se mantuvo durante las cinco ediciones disputadas hasta hoy -en 2020 no se jugó por la pandemia-. La de 2019, con fondos operativos del programa. Las últimas tres (2021, 2022 y 2023), bajo un segundo proyecto de FIFA Forward que concluyó con la consagración de Barracas Central en marzo de este año.

Allí estuvo Sergio Palacios, Gerente de Desarrollo de la Oficina Regional de Asunción Subdivisión Américas. "Desde 2018, tenemos el orgullo de acompañar a la AFA en la creación de este producto. Ha crecido en nivel de participación en todas la regiones y el futsal argentino está hoy más descentralizado que nunca. Es un modelo del crecimiento constante de una competición", explica Palacios, quien recalca cómo el formato de la LNFA se replicó en la Copa Federal Femenina de Argentina.

Jonathan Sanzi, presidente de la Comisión de Futsal de AFA, también hace un balance sumamente positivo. "Estamos creciendo mucho a nivel país. De la primera edición a esta última se nota que los equipos del interior vienen más preparados, los chicos más entrenados y los entrenadores más capacitados. Sigue habiendo diferencias con los equipos del AMBA, que son casi profesionales, pero la brecha es cada vez menor".

Un dato que marca el crecimiento la Liga: la fase nacional pasó de jugarse con 12 equipos en las primeras tres ediciones a 16 en 2022 y 2023. Para la última, tras las etapas provinciales y regionales, nueve de los clasificados del Consejo Federal llegaron de las provincias de San Luis, Santa Fe, Chaco, Santiago del Estero, Río Negro, Córdoba y Tierra del Fuego, una de las regiones más australes del mundo.

"La ayuda de FIFA ya sido clave, este es un país grande y no es fácil juntar a los clubes para darles un torneo de primer nivel como este. Los que vienen del interior realmente se sienten profesionales, juegan en una cancha para 5.000 personas y con televisación para todo el país por un canal público y por la página de YouTube de AFA", agrega Sanzi.

Uno de los más entusiasmado con el progreso de la Liga Nacional de Futsal es Matías Lucuix, ayudante de Giustozzi en 2016 y su sucesor desde julio de 2018. Subcampeón del mundo en 2021, Lucuix ha seguido de bien cerca la evolución de una competencia crucial para el desarrollo del futsal.

"Primero, es el único torneo anual realmente federal, y ayuda tanto a visibilizar al deporte como obliga a los clubes que quieren participar a invertir y crecer”, resalta a FIFA el técnico de 38 años, presente en la final en la que Barracas Central venció por penales a Boca Juniors, logrando su tercer título consecutivo.

"Desde la selección, nos permite ver a muchos más futbolistas. Dada la extensión del país, veces se complica llegar a todos los lugares donde se juega futsal, por eso durante la fase final le presté más atención a los equipos del interior. Hablé con jugadores, entrenadores y dirigentes, juntando información importante para nosotros", agrega.

Lucuix ya está en "modo preparación" para la Copa Mundial de Futsal de la FIFA de Uzbekistán, donde Argentina, hoy potencia, parte como candidato. "Es complicado, pero conocemos nuestra responsabilidad en la actualidad. Vamos con las expectativas de siempre: jugar los siete partidos y llegar a los más alto".

Aun así, no quita del foco a la LNFA. "Federalizar la disciplina es clave porque las potencias compiten con jugadores de todo un país. Argentina, en cambio, con los una sola provincia (Buenos Aires). Depende de nosotros seguir creciendo y desarrollando la Liga, y no solo con los mayores: soñamos con una Liga Nacional Juvenil".

Sanzi asiente. "Lo hablo con los dirigentes del interior: la Liga llegó para quedarse. La FIFA nos ayudó mucho, y si nosotros ahora no lo replicamos, todo lo que hicimos se pierde, y no tiene sentido. Los que somos del futsal sabíamos lo que este torneo podía generar, pero debíamos mostrárselo a los clubes, ligas y provincias de todo el país".

Por eso, Sanzi mira hacia adelante. "Hay ideas de que el torneo dure 3 o 4 meses, y que los partidos de la fase de grupos sean de ida y vuelta. Si logramos más competencia, sobre todo con chicos sub-15, sub-17 o sub-19, los captaremos más rápido y estarán más cerca de la selección, de la élite, siendo más fácil que se mantengan ahí".