sábado 25 septiembre 2021, 07:00

El Mesrar, la cabeza, las piernas y el corazón de Marruecos

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  • Soufiane El Mesrar marcó los tres goles de Marruecos contra Venezuela

  • Frente a Brasil, espera seguir escribiendo la historia

  • Ha compaginado su carrera en el fútbol sala con estudios de alto nivel

¿No hay dos sin tres? Todo depende de qué estemos hablando. Cuando Soufiane El Mesrar ya había marcado dos goles contra Venezuela en los octavos de final de la Copa Mundial de Futsal de la FIFA Lituania 2021™, se puso muy contento por añadir otra diana a su cuenta personal para subir el 3-1 al marcador y acercar un poco más a Marruecos a un puesto en los cuartos.

En cambio, unos días antes, para los Leones del Atlas era impensable marcharse de su tercera cita mundialista con el mismo balance que en las dos primeras. En Tailandia 2012 y Colombia 2016, habían hecho las maletas al cabo de la primera fase sin sumar ni un solo punto. Así, cuando arrancaron en Lituania 2021 con una victoria sobre Islas Salomón (6-0), ya habían firmado su mejor actuación en la escena mundial.

"Hemos trabajado mucho para eso, hemos pasado por muchas dificultades”, admite El Mesrar a FIFA.com en relación a ese alivio y a esa victoria tan esperada. “Este resultado no llega así por casualidad. Llevamos ocho años de trabajo con Hicham Dguig. La federación puso en marcha un plan para desarrollar el fútbol sala marroquí. Hoy estamos cosechando los frutos, y estamos orgullosos de nosotros".

Un reto y una alegría a la vez

Sin embargo, las celebraciones siguieron siendo comedidas. Asimismo, cuando los marroquíes consiguieron una clasificación histórica para la siguiente ronda tras haber obtenido dos empates contra Tailandia (1-1) y Portugal (3-3), es cierto que cantaron, bailaron y gritaron de alegría, pero sin caer en la euforia. "Era histórico superar la primera fase, pero sabíamos que todas las selecciones que se clasifican para octavos eran fuertes, incluida Venezuela. Era su primera Copa Mundial, y estaban todavía más motivados que nosotros. Por tanto, teníamos un poco de presión, un poco miedo, y estábamos impacientes por disputar ese partido".

Con el pitido final, después de 40 minutos sumamente reñidos (3-2) y un triplete de Soufiane, esta vez ya no era cuestión de refrenar las emociones. El propio seleccionador, Hicham Dguig, no pudo contener las lágrimas.

Pero aunque cueste imaginarlo, esa avalancha de alegría y emociones podría ser aún mayor si Marruecos salvase el obstáculo siguiente. En efecto, el rival que le espera en Vilna no es otro que Brasil, con su palmarés que la convierte en la mejor selección de la historia, y su plantilla que la hace favorita en la presente edición. Un reto enorme, pero sobre todo una gran alegría para el ala marroquí. "Si juegas tres Mundiales y no juegas nunca contra Brasil, ¡es frustrante! Por fin dispongo de esta oportunidad por primera vez", valora con una amplia sonrisa.

Una cabeza bien amueblada

Y si bien confiere a la Seleção el respeto que se merece, ni por un segundo se le pasa por la cabeza que el resultado pueda estar decidido de antemano. “Todo el mundo conoce a esta selección; su historia, sus estrellas… Sabemos que será un partido difícil, que estaremos bajo presión, y que habrá que defender muy bien”, admite El Mesrar, que promete plantar cara a los pentacampeones mundiales. “Será muy difícil para nosotros, ¡pero tiene que serlo para ellos también!".

Y aunque la lógica se respetase, los marroquíes volverán a casa con la cabeza bien alta, llena de buenos recuerdos. En la de Soufiane, ya bien amueblada –lo que le ha permitido sacarse una Licenciatura Fundamental en Química Orgánica y una titulación en Redes Informáticas–, tal vez afloren los recuerdos de sus comienzos en su ciudad natal, Kenitra.

Entonces practicaba el fútbol, pero el ritmo de los entrenamientos y de los partidos no era compatible con sus estudios. "Ya no era posible compaginar las dos cosas, y me vi obligado a elegir", explica. Así, optó por el fútbol sala, para seguir disfrutando con el balón en los pies sin que sus estudios se resintiesen. Entonces distaba mucho de imaginar que, diez años más tarde, su palmarés en futsal estaría aún más repleto que su currículo universitario.  

Cinco jugadores a los que derrotar

"Si alguien me hubiese dicho en 2010 que iba a jugar el Mundial –¡e incluso tres Mundiales!–, y luego jugar un choque de cuartos de final contra Brasil, le habría tratado de mentiroso”, afirma riendo un jugador que últimamente ha estado compartiendo vestuario en el ACCS francés con monumentos del fútbol sala como el español Carlos Ortiz, el portugués Ricardinho, y el entrenador español Jesús Velasco.  

Esa tarjeta de visita le confiere un estatus prestigioso en su selección, al igual que su bagaje mundialista. “Tengo responsabilidades, no es algo de ahora. En esta selección, cada jugador, a partir del momento en que ya ha jugado un Mundial, tiene el deber de ayudar a los más jóvenes o los menos experimentados que se estrenan a este nivel”, precisa Soufiane, quien cumple esa misión en compañía del capitán Youssef El Mazray.

Entonces, ¿cuál será su discurso en el vestuario antes de disputar el partido más importante en la historia del fútbol sala marroquí? "Cuando jugamos contra estrellas, la concentración aumenta, naturalmente. Pero cuando empieza el partido, sea cual sea su historial y su caché, no miramos sus nombres ni su reputación. Simplemente vemos cinco jugadores a los que queremos vencer", concluye.

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