Los modelos de conducta fueron el tema principal del taller de Football for Schools en Ulán Bator (Mongolia), ya que el director ejecutivo de la Fundación FIFA, Youri Djorkaeff, colaboró con su padre, Jean, también exinternacional francés, para ayudar a dirigir el acto.

Los Djorkaeff, que tienen ascendencia mongola, estuvieron acompañados por el máximo goleador de todos los tiempos de la República de Corea, Cha Bum-kun, y su hijo Cha Du-ri, también exinternacional, con 76 encuentros en su destacada trayectoria.

Ambas parejas de padre e hijo participaron en el proyecto Football for Schools de la Fundación FIFA, que fomenta la participación de los jóvenes en el fútbol en las escuelas mediante sesiones estructuradas que utilizan juegos de índole futbolística para transmitir mensajes educativos y animan a los niños a responsabilizarse de sus decisiones en un entorno seguro y de apoyo.

Este proyecto, que se lleva a cabo en todo el mundo, otorga al fútbol un papel protagonista en el desarrollo social.

"Es positivo parar durante el entrenamiento, hacer un círculo y transmitir recursos o habilidades para la vida a partir de esta comunicación: igualdad de género, comunidad. Todo momento es bueno cuando se utiliza el deporte para el bien", explicó Youri Djorkaeff.

Youri Djorkaeff, campeón de la Copa Mundial de la FIFA™ con Francia en 1998, expresó su agradecimiento por las lecciones que le enseñó de niño su padre, Jean, internacional con los Bleus en 48 ocasiones.

"Para mí fue muy importante, porque recuerdo el orgullo que sentí al ver a mi padre trabajando, entrenándose y tratando de hacerlo lo mejor posible por su país, y me di cuenta de lo importante que es tener carácter, humildad, esfuerzo y alegría para practicar este deporte; es importante mejorar cada día", dijo Youri.

"No se trata solo de dar lo que me dio mi padre; yo nací con este don y me esforcé mucho para poder compartirlo hoy con otros niños, con mi equipo y con los miembros de la delegación de Mongolia".

"Es importante, pero cuando uno tiene la oportunidad de que su padre le enseñe, de que le muestre cómo es, después tiene que enseñárselo a los niños, enseñarles a disfrutar de este deporte".

El padre de Jean Djorkaeff pertenecía a la etnia mongola de los kalmukos, de modo que para él fue un momento especial volver a Mongolia y compartir sus conocimientos y su experiencia vital con los cientos de niños asistentes.

Jean comprendió el papel fundamental que desempeñó en el desarrollo de Youri.

"Me alegro mucho por Youri, porque él lo consiguió, es un jugador buenísimo, aunque no lo consiguió él solo", explicó su progenitor, de 82 años.

"Creo que fue una suerte que yo triunfase antes que él, así pudo ver el trabajo que tenía que hacer".

"Le ayudé con el fútbol, intenté incluirlo. Cuando yo iba a correr, él venía conmigo. Todo eso hizo que en un momento dado se convirtiera en un gran jugador: lo consiguió. Así que creo que es importante que los niños tengan oportunidades de poder esforzarse".

Las FIFA Legends participaron en varios partidos de fútbol con los niños, además de impartir clases en el aula para transmitir sus conocimientos.

Cha Bum-kun, por su parte, considera que las lecciones aprendidas dentro del terreno de juego se extienden mucho más allá del propio fútbol.

"Yo empecé con este tipo de clases en Corea, hace 32 años. Después de volver de Alemania me decidí a dirigir estas clases no para enseñar a los niños a llegar a ser profesionales, sino para transmitirles lecciones sociales en general a través del fútbol", señaló Cha Bum-kun, quien es asimismo el futbolista que más veces ha vestido los colores de su país, con 136 internacionalidades.

"Este papel me pareció muy importante. Ser futbolista es igualmente importante, pero a través del fútbol también se puede aprender sobre uno mismo, los compañeros y los rivales. Si eso se incorpora a la vida diaria a una edad temprana, si pasa a ser parte de su cultura, creo que también será crucial para el futuro del país".

"El fútbol no es algo que se pueda practicar en solitario. Creo que el fútbol puede desempeñar un gran papel en la construcción de los cimientos de nuestras comunidades, para convivir en armonía, en una sociedad común. Esto edificará una sociedad más sana, por eso insisto en la finalidad que tienen estos proyectos".

Su hijo, Cha Du-ri, se crio en Alemania, mientras él jugaba allí al fútbol profesional.

"Mi padre era mi héroe y mi sueño. Decidí ser futbolista por él, punto", confesó Cha Du-ri.

"Así que, en mi caso, mi padre tuvo el papel más importante en mi vida y en mi carrera futbolística".

La excentrocampista internacional alemana Julia Simic también estuvo en Ulán Bator para ensalzar las virtudes de la colaboración dentro y fuera de la cancha.

"Básicamente, allí había un balón, jugábamos al fútbol. Y creo que eso es lo bueno del fútbol, que puede jugar todo el mundo. Es un juego para todos", apuntó Simic, que se retiró del fútbol profesional hace poco.

"No importa la edad que se tenga, ni de dónde se proceda, ni el idioma. Yo no hablo mongol y nos llevamos muy bien. Además, congeniamos muy rápido, eso es lo bonito del fútbol".

"Tengo muchos recuerdos positivos: la vinculación con la gente, jugar en un ambiente de equipo y también aprender mucho del fútbol".

Football for Schools es un ambicioso programa dirigido por la FIFA, en colaboración con la UNESCO, que tiene como objetivo contribuir a la educación, al desarrollo y al empoderamiento de alrededor de 700 millones de niños.

Pretende hacer que el fútbol sea más accesible para niños y niñas de todo el mundo incorporando actividades futbolísticas en el sistema educativo, en colaboración con las autoridades y los grupos de interés relevantes.

El programa está diseñado para promover las aptitudes para la vida y competencias específicas mediante el fútbol y contribuir a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU (ODS) y otras prioridades.