Canadá ha conquistado el oro olímpico por primera vez en su historia tras superar a Suecia en los penales al cabo de un dramático 1-1 en el Estadio Internacional de Yokohama.

La portera Stephanie Labbé volvió a erigirse en la heroína en la tanda de penales para las canadienses, que se convirtieron en apenas la cuarta nación (tras Estados Unidos, Alemania y Noruega) en triunfar en esta competición. 

El calendario de partidos en los Juegos Olímpicos es intenso, sin dar tregua y, para las jugadoras participantes, resulta innegablemente agotador. Pero habida cuenta de los altos niveles de técnica, velocidad y resistencia que pudieron verse en Yokohama, cualquiera diría que no se hubiesen derrochado tantos esfuerzos…

Antes incluso de que llegasen los goles, fue un excepcional partido de fútbol, por méritos de ambas selecciones y de sus respectivos entrenadores. La primera parte perteneció a Suecia, que ya había ido incrementando su presión antes de que Stina Blackstenius rematara al fondo de las mallas un centro raso de Kosovare Asllani.

Bev Priestman reaccionó con un doble cambio al descanso, y una revitalizada Canadá volvió a la carga. Jessie Fleming, su heroína en las semifinales, volvió a exhibir su sangre fría desde el punto fatídico, engañando a Hedvig Lindahl después de decretarse pena máxima (tras una revisión del VAR) por una entrada a destiempo e innecesaria de Amanda Ilestedt sobre Christine Sinclair.

Canadá se mostró más incisiva y ambiciosa que su rival con vistas a la prórroga, aunque Lina Hurtig desperdició dos ocasiones de oro para una Suecia que reaccionó con unas últimas embestidas en los diez minutos postreros del alargue. 

Así pues, los penales decidieron el desenlace de un encuentro que ninguno de los dos equipos mereció perder. Julia Grosso convirtió el lanzamiento victorioso tras una tanda en la que los nervios y la brillantez de las arqueras salieron a relucir.

Lindahl detuvo los envíos de Ashley Lawrence y Adriana Leon, pero después de que Caroline Seger disparara demasiado alto un lanzamiento que habría dado la victoria a Suecia, fue Labbé quien, con su segunda parada, fue decisiva para lograr el oro de la forma más dramática posible.

Seger ha firmado un torneo verdaderamente extraordinario, en línea con toda su carrera internacional llena de récords. Por tanto, resultó extremadamente cruel que fuese la veterana capitana de Suecia la que fallase cuando el oro (su primer oro en un gran campeonato) parecía al alcance de la mano.

Labbé ha esperado mucho tiempo para convertirse en la portera titular de Canadá, pero, sin duda, la espera ha merecido la pena con creces tanto para ella como para su selección. Tras sus soberbias actuaciones durante todo el torneo, y tras haber sido la salvadora de su equipo en la tanda de penales de un choque de cuartos igual de reñido contra Brasil, la guardameta de las Canucks volvió a lucirse a lo grande a la hora de la verdad.

Además de convertirse en apenas el cuarto país en lograr el oro en el Torneo Olímpico de Fútbol Femenino, Canadá es solo el tercero en subir al podio más de dos veces. La selección más laureada, Estados Unidos, es la que suma más medallas, con 6; seguida por la medallista de oro de 2016, Alemania (con 4). Por otro lado, en 24 enfrentamientos contra Suecia, esta fue solamente su sexta victoria.