jueves 21 julio 2016, 01:20

Unos renovados Kiwis, al alza

Lo bueno se hace esperar, dice el refrán. Al seleccionador de Nueva Zelanda, Anthony Hudson, la espera se le debió hacer eterna. Pero la recompensa, cuando llegó, fue muy gratificante.

El premio fue la victoria en la Copa de Naciones de la OFC, en la que los Kiwis recuperaron la corona continental tras su decepcionante eliminación en semifinales en 2012. Además de meterse en el bolsillo el billete para la Copa FIFA Confederaciones Rusia 2017, los All Whites han escalado nada menos que 54 puestos en la Clasificación Mundial FIFA/Coca-Cola, hasta el 93º. No no sólo supone el ascenso más acusado del mundo este mes, también es la mejor posición de Nueva Zelanda en los últimos tres años.

Hudson asumió el cargo en agosto de 2014 tras la fallida campaña de los oceánicos en la competición preliminar de la Copa Mundial de la FIFA Brasil 2014™, que terminó con una abultada derrota a manos de México en la repesca intercontinental. En los siguientes dos años, Nueva Zelanda sólo disputó seis partidos en vísperas de la Copa de Naciones. A pesar de la falta de preparación, en junio conquistó su quinto título continental, asegurándose en el proceso el pase a la tercera fase de las eliminatorias de Rusia 2018. El triunfo llegó en la tanda penal ante la anfitriona, Papúa Nueva Guinea, luego de 120 tensos minutos de juego sin goles. Previamente, en su trayectoria hasta la final los All Whites cosecharon cuatro victorias consecutivas.

Su solidez defensiva y cohesión sin el balón fueron los puntos clave de su juego en la cita de la OFC. Es más, el combinado sólo ha recibido seis goles en contra en los diez encuentros disputados desde la derrota por 3-1 frente a Uzbekistán, el debut de Hudson al frente de los Kiwis. Cabe destacar que aquel duelo se celebró pocas semanas después de que el técnico londinense se pusiera al frente del equipo.

Objetivo: La Copa Mundial El siguiente paso son los clasificatorios de la Copa Mundial, en los que Nueva Zelanda ha quedado encuadrada en el Grupo A junto a dos países a los que ya se impuso en la Copa de Naciones, Nueva Caledonia y Fiyi. El vencedor se medirá al líder del Grupo B, en el figuran Papúa Nueva Guinea, Islas Salomón y Tahití. En juego, la posibilidad de enfrentarse al quinto mejor combinado de Sudamérica en la repesca intercontinental.

Los pupilos de Hudson podrán establecer su propia dinámica, dado que en noviembre comienza la Fase 3 de la competición preliminar oceánica, a lo que hay que sumar varios encuentros internacionales que tienen programados. Tras el éxito en la Copa de Naciones, el seleccionador nos asegura que la formación tiene ahora la profundidad necesaria para establecer una base sobre la que seguir creciendo de cara a las campañas de la Copa FIFA Confederaciones 2017 y Rusia 2018. "Ahora tenemos un verdadero equipo para elegir", explica el entrenador a FIFA.com. "No se puede elevar el nivel si no hay competición en el seno del grupo, y ahora la tenemos, lo que me satisface enormemente. Todos y cada uno de los miembros del colectivo está convencido de que podemos hacer algo juntos. Los jóvenes que convocamos para la Copa de Naciones se han quedado y son bastante buenos. Ahora mismo tenemos una buena mezcla de jugadores".

Profundidad Nueva Zelanda no pudo contar con "seis o siete titulares" para la Copa de Naciones, según Hudson. Entre los ausentes estaban el capitán, Winston Reid, y el veterano artillero Shane Smeltz, así como otros nombres vitales, aunque menos conocidos, como Ryan Thomas o Deklan Wynne.

El desgaste natural desde la última campaña Mundialista propició una avalancha de caras nuevas en sus filas, gente joven con limitada experiencia al más alto nivel. De hecho, la mayor parte de los All Whites en la Copa de Naciones no superaba los 23 años. "Teníamos tantos jugadores nuevos que cada vez que nos concentrábamos había que empezar desde lo básico", añade Hudson. "No pudimos contar con nuestros mejores hombres todo el tiempo y la Copa de Naciones fue el ejemplo perfecto. Tener cohesión y desarrollar una dinámica es algo que realmente afecta a tu capacidad, porque los intervalos entre partidos fueron demasiado grandes".

Nueva Zelanda aún está lejos de su mejor marca histórica, el puesto 49º que alcanzó en 2002, pero Hudson se muestra convencido de que los suyos están en plena trayectoria ascendente. "Ahora, por primera vez desde que estoy aquí, puedo elegir . Esos problemas ya se han solucionado. Es más, superar todo eso ha aportado carácter a los jugadores y al cuerpo técnico. Juntos nos hemos hecho más fuertes, y lo cierto es que ya forma parte de nuestra historia".