sábado 30 noviembre 2013, 12:53

Iwabuchi, una joya para una corona

Que los alemanes saben celebrar fiestas por todo lo alto se hace evidente al ver imágenes del famoso Oktoberfest muniqués. Que las futbolistas japonesas no les quedan en absoluto a la zaga se puso de manifiesto el 17 de julio de 2011, cuando levantaron al cielo de Fráncfort el trofeo de la Copa Mundial Femenina. Y si una futbolista japonesa emigra a la Bundesliga alemana y logra ascender a la división de honor con su club a los pocos meses, se pueden imaginar las celebraciones. Es lo que ha conseguido Mana Iwabuchi.

A primeros de este año, la internacional japonesa decidió mudarse a Alemania y enrolarse en el TSG 1899 Hoffenheim. “En Alemania la selección nacional es muy fuerte, y el nivel de la liga también es muy alto. Además se juega otro tipo de fútbol. Yo quería familiarizarme con esta nueva clase de fútbol en Alemania para crecer como futbolista”, explica la vigente campeona del mundo en su entrevista en exclusiva para FIFA.com. “Otro motivo fue que el Hoffenheim hizo un gran esfuerzo y puso mucho empeño en contratarme”.

Los recuerdos que recolectó en el Mundial Femenino 2011 escenificado en Alemania jugaron un papel determinante en su decisión de expatriarse, al igual que el Torneo Olímpico de Fútbol Femenino en Londres 2012. Fue en esas dos competiciones donde Iwabuchi se dio cuenta de que aún le faltaban algunas habilidades para llegar a su cima. La delantera no tardaría en percatarse de las diferencias que hay entre la liga teutona y la nipona.

Altas velocidades y fuertes individualidades “La mayor diferencia radica para mí en la velocidad. No sólo la velocidad en la carrera y en el pase, sino también la velocidad en el contraataque —vital a la hora de robar el balón y dirigirse con él hacia la portería contraria— que en mi opinión son aquí más altas que en Japón”, analiza Iwabuchi. “En cambio, me parece que el juego en mi país está más orientado al equipo y a la organización colectiva. Aquí, en cambio, las cualidades individuales de las distintas jugadoras ejercen una mayor influencia en el juego”.

Esas diferencias tal vez tengan que ver con el hecho de que el fútbol femenino no se encuentra todavía tan extendido en Asia, y está dominado por las mismas naciones desde hace tiempo. “Desearía que algún día fuera como en Europa, en donde hay un montón de países que participan en la clasificación, con partidos de ida y vuelta. Para eso debemos esforzarnos por transmitir el entusiasmo de Japón hacia el resto de Asia”, comenta la delantera de 20 años, que en la Copa Mundial Femenina Sub-17 de la FIFA en Nueva Zelanda 2008 fue distinguida con el Balón de Oro adidas a la mejor jugadora del torneo.

“Justo después de la conquista del Mundial, el fútbol femenino en Japón estaba en todas las bocas. Ahora ya han pasado dos años de aquello y, en comparación con entonces, el entusiasmo se ha retraído un poco. Desearía que el entusiasmo siempre fuera tan grande como lo fue después del Mundial”, agrega Iwabuchi, cuya situación no ha cambiado mucho desde la prueba reina. “Hay muchísimas cosas en las que aún debo mejorar. Por eso voy a entrenarme lo mejor que pueda para alcanzar mis metas”.

Mantener el nivel El próximo objetivo de Iwabuchi es, además de la permanencia en la primera división con el Hoffenheim, viajar con Japón a la Copa Mundial Femenina de la FIFA Canadá 2015.  Mientras que en Europa ya se han disputado un buen número de clasificatorios, Iwabuchi y las Nadeshiko no pelearán por un billete mundialista sino hasta mayo, en la Copa Asiática 2014. “Para estar en Canadá, tenemos que ganar la competición preliminar de Asia. Como miembro del equipo, yo pondré todo de mi parte para contribuir a ese logro. En ese sentido, me prepararé de todas las formas posibles para llegar a jugar regularmente en el combinado nacional”.

A sus apenas 20 años, Iwabuchi se halla aún en los albores de su carrera. Sin embargo, ya es una de las mejores jugadoras de su país. Y, quién sabe, tal vez el 5 de julio de 2015 vuelva a alzar la copa del mundo y a acariciar así otro de sus sueños: ser nominada a Jugadora Mundial del Año de la FIFA.

“Las futbolistas de la lista de candidatas a Jugadora Mundial de la FIFA son todas extraordinarias. Yo no me puedo elegir a mí misma, pero como japonesa espero que mis dos compañeras de selección lleguen muy lejos. A mí también me gustaría mucho colarme algún día en esa lista…”