La última vez que los aficionados al fútbol ugandeses se interesaron activamente por la Copa Africana de Naciones fue en 1978, cuando las Grullas lideradas por Jimmy Kirunda obtuvieron un sensacional segundo puesto en el torneo bianual de la CAF, celebrado entonces en Ghana. Aquella supuso la tercera participación consecutiva del equipo en la fase final, y Kirunda, defensor del KCC, lució el brazalete de capitán en todas ellas.
Desde entonces, los ugandeses fueron meros espectadores a todas las ediciones del certamen que reúne cada dos años a las mejores selecciones africanas para elegir al campeón del continente. Sin embargo, ahora hay indicios que apuntan a que eso podría cambiar, y para bien. En primer lugar, este país del este de África ha alcanzado su mejor registro histórico en la Clasificación Mundial FIFA/Coca-Cola, al subir un peldaño desde diciembre y ocupar el puesto 62 del ránking. Hace un año, estaba 15 posiciones más abajo.
Y lo que da esperanzas a los hinchas no es únicamente su firme y constante avance en el escalafón. Los resultados de los seis últimos meses han sido enormemente positivos. La mejoría empezó en junio, cuando las Grullas vencieron por 2-0 en casa a Botsuana, en su primer clasificatorio de la Copa Africana de Naciones 2017, que se celebrará en Gabón. El 0-1 cosechado en las Comoras en septiembre dio al equipo el primer puesto del Grupo D, con una ventaja de tres puntos sobre el siguiente.
En noviembre el combinado ugandés centró su atención en la cita mundialista, al actuar en la segunda ronda de la competición preliminar de la zona africana para la Copa Mundial de la FIFA Rusia 2018™. Y, de nuevo, ganó sus dos compromisos, al vencer por 0-1 en Lomé a Togo, participante en el Mundial de 2006, para luego conseguir un cómodo 3-0 en su cancha. El triunfo por 4-0 global situó a Uganda como único país del este de África clasificado para la fase de grupos.
Y por si todo eso no bastase, los hinchas ugandeses se llevaron otra alegría cuando su equipo se adjudicó la Copa CECAFA 2015, el torneo regional disputado en Etiopía, y sumó su 14º título al imponerse por 1-0 a Ruanda en la final.
Los cimientos del éxito La selección ugandesa tomó impulso en 2013, cuando la asociación nacional contrató al exseleccionador de Ruanda Milutin “Micho” Sredojevic. El técnico serbio ya había logrado éxitos significativos con el SC Villa ugandés, al alzar dos títulos consecutivos entre 2001 y 2004. El exdelantero, que ha entrenado en otros países africanos, como Sudáfrica y Etiopía, se puso manos a la obra para encontrar una combinación ganadora. Desde su llegada ha convocado a unos 150 jugadores con la selección, además de recuperar al veterano artillero Geoffrey Sserunkuma, quien llevaba varios años sin vestir los colores de su país.
Micho está convencido de haber encontrado ya un bloque capaz de conducir al equipo a Gabón, e incluso al que sería su primer Mundial. “Creo que tengo un equipo lo suficientemente potente como para plantar cara a otras naciones. Una buena preparación será un factor decisivo”, afirma.
Denis Onyango y Farouk Miya son dos de los hombres de mayor peso del plantel. El guardameta Onyango, de 30 años, es el capitán del equipo, y predicó con el ejemplo en los clasificatorios de la Copa Africana y del Mundial, al mantener su puerta a cero durante los cuatro partidos y detener penales decisivos tanto en el choque que el equipo ganó 0-1 en las Comoras como en el encuentro de clasificación para el Mundial de Togo, con idéntico resultado para las Grullas.
Onyango lleva varias temporadas rindiendo a un buen nivel en Sudáfrica, con el Supersport y el Sundowns, que han ganado la Premier League con el internacional ugandés en sus filas. El mes pasado contribuyó a la conquista de la Copa Telkom del Sundowns, al vencer por 3-1 en la final nada menos que al Kaizer Chiefs. Onyango volvió a mostrarse decisivo en la victoria de los suyos en esa contienda, deteniendo dos penales en el segundo tiempo.
Y al mismo tiempo que Onyango defiende la meta de las Grullas, Miya es el encargado de llevar peligro en ataque. Este ariete de 18 años, que juega en el Vipers, ha explotado esta temporada, exhibiendo un temible olfato de gol. Aunque es uno de los integrantes más jóvenes del equipo, ya ejerció de capitán en el torneo de la CECAFA, y marcó tres goles, los mismos que había anotado antes en los dos clasificatorios del Mundial ante Togo. Todo marca un camino ascendente y optimista para el equipo.