martes 16 octubre 2018, 20:12

Gelareh Nazemi, una pionera del arbitraje

  • Dirigirá la final femenina en Buenos Aires 2018

  • Es la primera árbitra iraní en participar en un torneo FIFA de fútsal

  • "Decirle a los hombres que podía hacerlo fue una motivación"

Gelareh Nazemi Deylami mira con profundidad a través de sus ojos oscuros. Sentada en un salón del piso 24 de un hotel en pleno centro de Buenos Aires, transmite cierta timidez que tiene poco que ver con la firmeza de sus movimientos dentro de una cancha de fútsal. Y es lógico. Gelareh no lleva en la sangre ser entrevistada, lo que la moviliza es ser árbitra. La primer árbitra iraní en un torneo FIFA de fútsal.

Con 34 años es una pionera en su país. Y esa decisión de romper barreras, sumada a la capacidad demostrada dentro de la pista, tendrá una recompensa: será la árbitra principal en la final del Torneo Olímpico Juvenil de Fútsal Femenino Buenos Aires 2018, que jugarán este miércoles Portugal y Japón en Tecnópolis.

En lo que va de competencia olímpica, tanto ella como sus cinco compañeras -6 de los 24 jueces designados son mujeres- han dirigido tanto el certamen femenino como el masculino. De hecho, Gelareh fue referí principal en el Egipto-Eslovaquia que decidió el pase de los africanos a las semifinales de hombres.

FIFA.com dialogó con ella para conocer un poco más su historia, que conjuga pasión por el arbitraje con la organización de partidos femeninos en su país a través de la Federación Iraní de Fútbol.

¿Cómo vive su experiencia en Buenos Aires? Es una designación muy importante, aquí están los mejores árbitros de cada país y el nivel de la competencia es muy alto. Estoy feliz.

¿Por qué quiso ser árbitra? Hace 15 años jugaba al fútbol en Irán y mi hermano, que era árbitro en la SuperLiga, me empujó a hacerlo. Me dijo "puedes hacerlo, puedes estar entre las primeras". En la RI de Irán el primer grupo de árbitras empezó justo 15 años atrás.

¿Por qué eligió fútsal y no fútbol? Porque el fútsal en la RI de Irán tiene un nivel muy alto, más que el fútbol. Al principio arbitré fútbol, pero no era suficiente para mí. En fútsal somos el número 1 en la AFC, el nivel es muy bueno. Era una manera de mejorar, el fútsal me permitía crecer en el arbitraje.

¿Cuán difícil fue abrirse paso? Al principio fue difícil pero como en cualquier país, si tú quieres hacer algo, lo puedes hacer. Muchas veces, sobre todo los hombres, decían que las mujeres no podían arbitrar bien. Pero para sostener mi decisión fue importante poder decirles, poder mostrarles, que podía hacerlo. Lo usé como motivación. Igual, tanto mi hermano como mi familia, fueron un gran apoyo. Eso fue muy importante.

¿En algún momento pensó en abandonar? Sí, lo pensé porque estaba cansada. No tenía apoyo en el país, pero saqué lo más fuerte de mí. Tú puedes y debes hacer lo que quieres. Y yo quería mostrarlo, sobre todo a los hombres, que podía hacerlo. Estaba sola, pero lo intenté y lo logré.

¿Cómo fue la carrera de las mujeres que empezaron con usted? Había 7 u 8 árbitras pero todas abandonaron porque era muy difícil. Sus familias o sus maridos no lo aceptaban, no entendían por qué querían viajar para hacer esto y muchas quedaban en el camino. Hoy, en cambio, hay tres niveles de fútsal sólo para las mujeres. Hay 50 árbitras en la liga principal y unas 100 en todo el país.

¿Se siente una pionera? Me veo así. También otras árbitras del país. Hay muchas que quieren crecer. Cuando fui convocada para este torneo quizás al principio no se tomó como algo bueno, sobre todo por los hombres. Pero luego de esta designación, y otras en la AFC, en mi país vieron mi evolución y lo aceptaron. Hoy creen en mí, confían en mí.