Es lógico que su rostro te resulte familiar, pero no tanto su gesto. Al fin y al cabo, Silvia Neid, una de las figuras más laureadas en la historia del fútbol femenino, no estaba acostumbrada a estas situaciones.

De entre todas las derrotas que sufrió la exinternacional y exentrenadora alemana, la final de la Copa Mundial Femenina de la FIFA 1995 fue de las más difíciles de digerir. La selección liderada por Neid había ganado su tercer título continental apenas tres meses antes, y había derrotado a Noruega por un marcador global de 7-2 en sus dos finales europeas anteriores.

Pero el sueño de las alemanas de ceñirse su primera corona mundial se desvaneció bajo el cielo plomizo de la ciudad sueca de Solna. Neid, capitana de las subcampeonas, aún lo recuerda como si fuera ayer. “No estuvimos atentas en la primera mitad, nos fuimos 0-2 al descanso y acabamos perdiendo”, comenta abiertamente dos décadas después acerca de aquella derrota.

En efecto, el encuentro se decidió en tres de aquellos fatídicos 45 minutos iniciales, en los que Hege Riise y Marianne Pettersen anotaron los goles. El de Riise todavía se considera uno de los mejores tantos en la historia de la Copa Mundial Femenina, y la futbolista noruega fue elegida como la mejor jugadora del torneo­.

"Hay momentos que no se olvidan, y ese gol de la final es uno de ellos", confesó Riise a FIFA.com en 2016. "Pero, pese a ser tan superiores [en la primera mitad], siempre fuimos conscientes de que enfrente estaba Alemania, una selección que nunca se rinde. Así que no nos relajamos hasta que terminó el partido. Después, lo celebramos a lo grande".

"Fue el mejor momento de mi carrera, sin ninguna duda", añade. "El triunfo en los Juegos Olímpicos [en Sídney 2000] fue maravilloso, pero el transcurso del torneo no fue igual. El Mundial de 1995 fue mi mejor experiencia, y el Balón de Oro que gané es algo de lo que sigo muy orgullosa".

Pero los motivos del orgullo que siente Riise van más allá de los trofeos, de los goles y de las distinciones individuales, y llegan hasta su contribución a potenciar el éxito de la Copa Mundial Femenina.

"Como jugadoras, siempre creímos que tener una Copa Mundial significaría un gran paso para el fútbol femenino, y así se ha demostrado", afirma. "El comienzo, allá por el año 1991, fue algo inmenso para el fútbol femenino y para el deporte femenino en general. Fue un paso clave para llevar las cosas a una nueva dimensión y, para mí, es fantástico ver cómo es el torneo en la actualidad. Estoy encantada de haber aportado mi granito de arena en esa historia".

¿Sabías que...? Entre los objetos de la Copa Mundial Femenina expuestos en el Museo del Fútbol Mundial de la FIFA en Zúrich se encuentran una camiseta de Riise, una medalla de oro de la edición de 1995 y la primera reproducción del trofeo. Noruega fue la última selección en levantar aquella versión, ya que en Estados Unidos 1999 se presentó un diseño nuevo.

Hage Riise es una de las tres ganadoras de Juegos Olímpicos, EURO y Copa Mundial Femenina de la FIFA.

Además de ganar con Noruega la Copa Mundial de 1995, se hizo con el Balón de Oro.

Tenemos una medalla de las ganadoras de aquel torneo, así como una de sus camisetas.