La relación de Abby Wambach con la Copa Mundial Femenina de la FIFA™ se acabó convirtiendo en una intrincada historia de amor. Como tantas otras historias de este género, la suya tuvo un final feliz, y la legendaria futbolista estadounidense acabó proclamándose campeona del mundo a los 35 años.

Pero Wambach sufrió muchos desencantos entre ese momento y el de su primer gol en una Copa Mundial Femenina. Fue en 2003, contra Nigeria, un choque que la selección estadounidense —anfitriona, defensora del título y principal favorita— ganó por un contundente 5-0.

En los dos partidos siguientes a su debut mundialista, Wambach vio portería dos veces más y catapultó al conjunto de las Barras y Estrellas hasta las semifinales. A finales del 2003, la artillera recibió el primero de sus seis premios a la mejor jugadora del año según la federación estadounidense de fútbol.

No obstante, guarda un mal recuerdo de aquel año. Wambach se culpa a sí misma por el gol de cabeza con el que Kerstin Garefrekes abrió el marcador en el encuentro de semifinales que Estados Unidos perdió 3-0 ante Alemania.

"En mi opinión, el motivo por el que perdimos contra Alemania fue porque la jugadora a la que yo debía cubrir en el córner anotó el primer gol", declaró Wambach tiempo después.

"Me sentí responsable. Pero aquel Mundial acabó siendo algo positivo, porque ese fracaso sin duda determinó el éxito posterior de mi carrera. Recuerdo que [las jugadoras alemanas] corrían sin parar de un lado a otro [celebrando]. April Heinrichs [seleccionadora de Estados Unidos] me vio cómo las miraba, y me dijo: 'Venga, vamos adentro'. 'No, quiero recordar esto', contesté".

La amargura de aquella experiencia espoleó a Wambach, que llegó a ser una de las mejores futbolistas de la historia en honrar la camiseta de Estados Unidos y la Copa Mundial Femenina. No en vano, su último gol en la prueba reina de 2015 —y que, al igual que el primero, lo marcó contra Nigeria— fue su 14ª diana. Solamente Marta, con 15, ha anotado más goles que ella en la cita planetaria.

Además, Wambach coronó su estelar trayectoria convirtiéndose en la máxima realizadora estadounidense de todos los tiempos gracias a sus 184 goles, un récord mundial tanto en fútbol femenino como masculino que sigue vigente a día de hoy.

La Copa Mundial Femenina del año que viene será la primera desde 1999 que el combinado norteamericano deba afrontar sin la que fue su talismán durante tantos años. Desde luego, el reto de suplir sus dotes goleadoras se antoja gigantesco.

¿Sabías que...? No fue del metal que quería Wambach, pero esta medalla de bronce de su primera Copa Mundial Femenina está expuesta en el Museo del Fútbol Mundial de la FIFA en Zúrich.