Al analizar la majestuosa trayectoria de Estados Unidos hacia la cúspide del fútbol en la Copa Mundial Femenina de la FIFA Francia 2019™, es fácil cifrar su éxito en su formidable ataque, con Megan Rapinoe y Alex Morgan en punta, y Rose Lavelle irrumpiendo desde atrás para unirse a la batalla.

Las tres están nominadas merecidamente al premio The Best a la Jugadora de la FIFA en los próximos FIFA Football Awards. Con todo, hay otra representante de Estados Unidos en la lista, y su contribución al trofeo que levantaron las Barras y Estrellas en Lyon no puede subestimarse.

“Uno de los principales motivos de que ganásemos el Mundial es porque tuvimos a una Julie Ertz en gran forma”, afirma a FIFA.com Steve Swanson, segundo entrenador de la selección de Estados Unidos en los Mundiales Femeninos de 2015 y 2019.

“Da ejemplo sobre el campo. Cuando ella juega, no hay miedo en el apartado físico del juego. Creo que es una inspiración para sus compañeras de selección”.

Además de sus funciones con la selección absoluta estadounidense, Swanson ha estado al frente del programa de fútbol femenino de la Universidad de Virginia durante 19 años, tras reemplazar a la ex seleccionadora estadounidense April Heinrichs.

En ese tiempo, ha visto cómo Becky Sauerbrunn, Morgan Brian y muchas otras jugadoras talentosas se matriculaban en su programa.

El primer campeonato mundial tanto para Swanson como para Ertz tuvo lugar hace siete años, en la Copa Mundial Femenina Sub-20 de la FIFA Japón 2012, con Swanson como seleccionador y Ertz (entonces Julie Johnston) como su capitana.

“Fue votada para ser nuestra capitana por el equipo, y su triunfo fue bastante aplastante”, recuerda Swanson. “En muchos sentidos se echó el equipo a sus espaldas, especialmente en la faceta defensiva, una y otra vez”.

“No hay un ejemplo mejor que su actuación en la final de 2012. Menudo partidazo contra Alemania y [Dzsenifer] Marozsan, que también ha pasado a tener una extraordinaria carrera en categoría absoluta… Pero Julie jugó fantásticamente ese día, y en mi opinión fue la mejor jugadora sobre el césped en muchos aspectos”.

Estados Unidos derrotó a una potente selección alemana por 1-0 en esa final, con Ertz abortando repetidamente los frenéticos movimientos ofensivos de Marozsan y compañía desde su posición de defensa central.

Tan dominante fue su presencia durante todo el campeonato que fue premiada con el Balón de Bronce adidas, una distinción que no se concede a menudo a los defensas.

Pese al caché de Ertz en categoría sub-20, Swanson precisa que no hay garantías de que una jugadora pueda trasladar su dominio como juvenil a una exitosa carrera como sénior. Entonces, ¿cómo lo ha hecho Ertz, al mismo tiempo que se reconvertía de defensa central a medio centro defensiva?

“Posee un verdadero espíritu como futbolista”, subraya Swanson. “Cuando la ves jugar, tiene un repertorio de habilidades único. Imprime un sentido competitivo inigualable a cada entrenamiento y cada partido que juega”.

“Julie es valiente. Tiene coraje. Hace todas esas pequeñas cosas que impiden que los equipos obtengan oportunidades de gol. Lo hizo entonces [en 2012], y creo que lo está haciendo más aún ahora con la selección absoluta”.

Swanson sabe lo que se siente al obtener el reconocimiento de la comunidad futbolística mundial. En 2012 fue nominado al premio al Entrenador Mundial de la FIFA de Fútbol Femenino, aunque la entonces seleccionadora absoluta de Estados Unidos, Pia Sundhage, acabó llevándose el galardón.

“Estos premios son cosas en las que realmente no piensas hasta que ocurren”, observa Swanson. “Y cuando ocurren, pueden darte confianza y seguridad”.

“Cuando miro a Julie, pienso que es una especie de confirmación. Reconozco que tiene mucho mérito. Estar aspirando a este premio muestra lo mucho que es respetada en el mundo”.