miércoles 05 junio 2019, 06:50

La historia de nuestros reporteros: Emma Coolen, con Países Bajos

  • 24 reporteros de la FIFA seguirán a las selecciones participantes

  • Emma Coolen te ofrece la información de las Oranjeleeuwinnen

  • Calendario de partidos de Francia 2019

Por primera vez en una Copa Mundial Femenina de la FIFA™, la cobertura del certamen por parte de la FIFA estará encabezada por un equipo de 24 reporteros asignados a cada una de las selecciones, para ofrecer a los aficionados información personalizada y pormenorizada.

Hasta el arranque de Francia 2019, algunos de estos reporteros de las selecciones compartirán sus impresiones y expectativas de cara a la inminente cita mundialista. Hoy la protagonista es Emma Coolen, que está haciendo realidad su sueño de acudir a una Copa Mundial Femenina de la FIFA con Países Bajos… aunque con una función diferente a la que se imaginaba.

La historia de Emma

“Papá, ojalá pudieras ver esto. Es… no puedo explicarlo. Es extraordinario”.

Con los dientes castañeteando, iba saltando de un pie al otro en un intento por impedir que se me congelasen los dedos, mientras trataba de transmitir por el teléfono mi entusiasmo por lo que acababa de ver.

Mi padre estaba sentado en el sofá de casa, a 1.300 kilómetros del frío barrio periférico de Estocolmo donde yo hacía cola para ir al baño durante el descanso de un partido de fútbol. Podría decir que en realidad no le interesaba mi historia, ya que apenas mascullaba algunas respuestas lánguidas y soltaba un ‘Mmm, sí’ de vez en cuando. Pero eso no me importó.

Esa noche había experimentado una revelación. En aquel momento yo era una chica fiestera de 20 años que fumaba un cigarro tras otro. Había jugado al fútbol la mayor parte de mi vida, pero nunca más arriba de la octava división holandesa (la categoría aficionada más baja del país), y nunca había mostrado ningún talento significativo.

Pero esa noche en Estocolmo, me inspiraron tanto las extraordinarias deportistas que vi que decidí, allí mismo en el acto, que iba a cambiar mi vida para siempre. Iba a intentar convertirme en una futbolista profesional.

Aquella fría noche de noviembre en Suecia, me enamoré del fútbol. Ese día vi mi primer partido de fútbol femenino profesional, un choque de cuartos de final de la Liga de Campeones Femenina de la UEFA entre el Tyreso FF y el Fortuna Hjorring danés. En ese mismo momento decidí que quería llegar a ser futbolista profesional, y que mi meta iba a ser entrar en la convocatoria de la selección holandesa para la Copa Mundial Femenina de la FIFA 2019. Dicen que hay que soñar en grande, ¿verdad?

Un sueño con una diferencia

Cinco años y medio más tarde, efectivamente, me estoy preparando para ir al Mundial. Pero no como jugadora con las Oranjeleeuwinnen. ¿Significa eso que he fracasado? Sí y no.

No he cumplido mi objetivo de jugar con la selección nacional (todavía); eso es cierto. Pero estaré en Francia con el equipo entre bastidores para compartir su aventura mundialista con todos en mi país, en mi calidad de reportera digital de la selección para la FIFA.

Personalmente, no siento que esta oportunidad sea “la siguiente mejor opción”. De hecho, es lo mejor que podría haberme pasado en la vida. Claro que estar en el campeonato como jugadora de la selección era mi máximo sueño y, desde luego, no he renunciado a conseguirlo en algún momento.

Pero también tengo que ser sincera conmigo misma. En este momento, sencillamente no soy lo bastante buena. Y el hecho de que aun así tenga la oportunidad de estar en el Mundial con la selección nacional, haciendo lo que más me encanta después de jugar al fútbol –mostrar por Internet lo increíble que puede ser el fútbol femenino–, es un honor inmenso.

El despertar con la Eurocopa

Cuando las Oranjeleeuwinnen comenzaron su primer encuentro en la Eurocopa Femenina 2017 que acabaron ganando, yo era una de las 23.500 personas en el estadio. Cuando tocaron el himno nacional, lloré. ¿Por qué? Porque durante todo el tiempo que podía recordar, no más de unas mil personas venían a ver un partido de fútbol femenino. En un buen día, tal vez dos mil.

Las jugadoras eran completamente anónimas y, cuando jugaba la selección femenina, la única forma de enterarse de qué estaba pasando en el partido era, o bien ir al estadio, o llamar a alguien que estuviese allí. Entonces, casi de la noche a la mañana, parecía que el país entero había descubierto lo extraordinario que podía ser el fútbol femenino.

Las Oranjeleeuwinnen empezaron a agotar las entradas de estadios de 20.000 localidades en cuestión de minutos, miles de personas visitaron las ‘Fan Zones’ en cada ciudad donde jugaban las mujeres, y millones vieron los partidos por televisión. Tras ganar el campeonato, las jugadoras se convirtieron inmediatamente en celebridades, apareciendo en programas de entrevistas, publicando libros y firmando contratos de patrocinio.

Acceder a su primer Mundial Femenino en 2015 fue el primer gran paso para esa selección holandesa. Albergar y ganar la Eurocopa dos años después supuso un paso de gigante hacia delante. Ahora, Francia 2019 brinda la oportunidad de demostrar a los Países Bajos que el fútbol femenino no es flor de un día. Está aquí para quedarse.

El crecimiento del fútbol femenino en Países Bajos durante los últimos años ya ha sido una historia increíble. Pero ahora es el momento de escribir el capítulo más apasionante hasta la fecha.