Por primera vez en una Copa Mundial Femenina de la FIFA™, la cobertura del certamen por parte de la FIFA estará encabezada por un equipo de 24 reporteros asignados a cada una de las selecciones, para ofrecer a los aficionados información personalizada y pormenorizada.

Hasta el arranque de Francia 2019, algunos de estos reporteros de las selecciones compartirán sus impresiones y expectativas de cara a la inminente cita mundialista. Hoy nos fijamos en Cecilia Lagos, una experimentada periodista que seguirá a Chile en su primera participación en un Mundial Femenino.

Me enamoré del fútbol cuando sólo tenía 5 años, con el Mundial de 1982. El delantero chileno Carlos Caszely falló una pena máxima contra Austria en la primera fase y, durante días, lo único que oía y leía era la palabra “penal”. En la radio, por televisión, en los periódicos, en boca de mi familia… en todas partes.

Me dio mucha curiosidad. ¿Qué significaba “penal”? Así que empecé a ver el resto del Mundial con mi papá. Al cabo de un tiempo, me di cuenta de que había un factor común cada vez que el comentarista decía “penal”. Así que le pregunté a mi padre: “Papá, ¿un penal es cuando un señor se cae cerca del arco?”. “Sí, mi niña. Algo así”, me dijo. Y el resto es historia.

Con 11 años, ya sabía que quería ser periodista deportiva. Pero en 1988, al menos en Chile, eso era como hablar de trabajar con computadoras en el siglo XVIII.

También quería jugar al fútbol. Era lo bastante ingenua para pensar que podría incorporarme a la academia de mi club favorito con los chicos; así que, con 13 años, mi madre me llevó a su sede, y el tipo que estaba detrás del mostrador simplemente se rió y dijo que no creía que eso ocurriría. “De todas formas, preguntaré al director de la academia y les volveré a llamar”, nos dijo.

Por supuesto, eso nunca ocurrió. Tuvimos que llamarlo semanas más tarde, y nos dijo apurado que la respuesta era no. Sabíamos que en ningún momento había preguntado. Y ahí se esfumaron mis ambiciones de convertirme en futbolista.

Pero a los 14 años ya comencé a hacer realidad mi sueño en el periodismo deportivo, escribiendo una columna sobre fútbol. Se publicaba en la sección de deportes de uno de los periódicos nacionales más populares de Chile. Desde entonces, llevo 30 años trabajando como periodista deportiva para radio, medios digitales, televisión y prensa escrita, y lo he hecho en algunos de los medios nacionales y globales más importantes.

Sin embargo, solamente descubrí las consecuencias de ser una mujer que se atreve a hablar de fútbol cuando me convertí en la primera y, hasta la fecha, única mujer periodista en presentar y comentar resúmenes de partidos en el noticiero central de un canal de televisión chileno a nivel nacional.

Tuve que hacer frente a graves insultos, acoso, amenazas y odio por parte de algunos aficionados, pero también de otros colegas, que me juzgaban e insultaban con ira en las redes sociales sin conocerme.

Me quedé conmocionada. Aunque finalmente comprendí que el problema era suyo, empecé a limitar mi exposición pública por instinto de conservación. Con el tiempo descubrí que, sin importar mis aptitudes, había un techo de cristal muy bajo que me impedía progresar.

Era agotador. Por primera vez en mi vida, consideré seriamente rendirme. Me sentía enjaulada… hasta que reaccioné. Soy una luchadora por naturaleza y, simplemente, no podía dejar mis sueños sin cumplir. Eso me hizo reactivar mi poder interno. Por eso, con 40 años, decidí marcharme a Europa para luchar por mis principales objetivos profesionales, y el tiempo ha demostrado que tenía razón.

De hecho, el lema de este Mundial Femenino ha sido una inspiración enorme para esta etapa de mi vida, porque, ahora más que nunca, ¡es mi momento de brillar!

El panorama está mejorando lentamente para el fútbol femenino en Chile, pero todavía estamos a años luz de una situación ideal.

Por eso, clasificarse para la primera Copa Mundial Femenina de la FIFA de su historia ha sido importantísimo para la Roja. Basta con pensar en que antes de esto, y durante dos años enteros, Chile desapareció por completo de la Clasificación Mundial Femenina FIFA/Coca-Cola.

Ahora, la selección nacional ha dado una visibilidad enorme al fútbol femenino en el país. Ha llenado estadios y batido récords de audiencia televisiva, y tanto las niñas como los niños consideran heroínas a sus jugadoras.

Es maravilloso ver cómo estas nuevas generaciones reaccionan tan positivamente en un país donde el fútbol femenino sigue siendo mayoritariamente aficionado. Estoy segura de que, gracias a la participación de Chile en el Mundial Femenino, muchas niñas que aman el fútbol se dedicarán profesionalmente a este deporte. Perseguirán ese sueño porque verán que es realmente posible.

Espero que este campeonato marque un punto de inflexión para la visibilidad de las mujeres en el fútbol, en Chile y en el mundo en su conjunto. Para mí, esa visibilidad es clave.

Este será mi primer Mundial en el que trabaje in situ, y estoy emocionadísima por poder acompañar a estas jóvenes chilenas mientras hacen historia. Me siento muy agradecida y bendecida, y estoy deseando compartir su extraordinario periplo con toda la gente de mi país y del resto del mundo.