El Trofeo de la Copa Mundial Femenina de la FIFA™ relucía al sol en las proximidades del Estadio de la Copa Mundial de Ulsan, un escenario impregnado de tradición, al haber albergado tres encuentros de la Copa Mundial de la FIFA Corea/Japón 2002™.

La selección masculina de la República de Corea estaba en la ciudad para enfrentarse a Bolivia en un amistoso. Pero antes, todas las miradas apuntaban al Trofeo del Mundial Femenino, en un acto al que asistieron dos internacionales surcoreanas: la guardameta Kim Jungmi y la mejor jugadora nacional de 2018, Jang Selgi.

También estuvieron presentes representantes de la FIFA, la Federación Coreana de Fútbol (KFA) y el socio patrocinador Hyundai, en un ambiente de gran interés mediático. Muchos periodistas esperaban conocer de boca de las dos estrellas de la selección cómo afrontan la preparación para Francia 2019.

Para Kim, este será su tercer Mundial, tras haber jugado en Canadá 2015 y haber formado parte del equipo con 18 años en Estados Unidos 2003.

Al ver de cerca el trofeo, junto con la aglomeración de medios de comunicación que la rodeaban a ella y a Jang, la arquera tomó consciencia de lo rápido que se aproxima el campeonato.

“Antes de que viniese el trofeo a Ulsan, pensaba que todavía quedaba mucho tiempo para el Mundial, pero ahora me doy cuenta de que tengo que intensificar mi preparación”, admitió Kim. “Siento que me corre prisa estar lista para este verano”.

Las surcoreanas abrirán el telón del Mundial contra la anfitriona Francia, antes de afrontar sendos choques complicados contra Nigeria y Noruega. Kim, que suma más de 100 internacionalidades con su país, tendrá que hacer frente en la fase de grupos a excepcionales talentos ofensivos como Eugenie Le Sommer (Francia), Asisat Oshoala (Nigeria) y Caroline Graham Hansen (Noruega). Pero tras haber crecido en un entorno donde muchos no consideran que el fútbol sea para las chicas, sabe perfectamente lo que es afrontar desafíos duros; especialmente como portera.

“Mucha gente piensa que este deporte es para hombres, pero cuando las mujeres juegan al fútbol, creo que es impresionante. Con cualquier guardameta pasa lo mismo: la presión está vinculada con no recibir goles. Pero a mí y a mi entrenador nos corresponde vencer esa presión”, aseveró Kim.

Una manera de aligerar esa presión sobre Kim y su defensa podría ser la capacidad de la República de Corea para retener el balón y desgastar a sus rivales con un estilo basado en la posesión. La arquera del Incheon Red Angels describió su estilo de juego como “de alto nivel”, al compararlo con sus vecinas asiáticas de la RDP de Corea, Japón y Australia.

Con jugadoras como Jang y las figuras de la liga inglesa Ji Soyun (Chelsea) y la capitana Cho Sohyun (West Ham), la República de Corea tiene abundantes talentos a los que recurrir. Kim tiene esperanzas de que, con la aportación de ese trío y con una intensificación de la preparación, su selección rinda bien en Francia y, de ese modo, pueda animar a más mujeres y chicas a practicar este deporte en su país natal.

“En Corea, la base del fútbol femenino es muy pequeña; no muchas mujeres juegan al fútbol”, señaló. “Pero si jugamos bien en el Mundial, mucha gente lo verá y se motivará, con lo que más mujeres y niñas querrán jugar al fútbol”.